Pasaron tres meses vertiginosos para el real brasileño. La divisa se pacta este martes a 5,76 por dólar, un nivel similar al de mediados de noviembre del año pasado, aunque en el medio la presión devaluatoria en el país vecino escaló fuerte, cuando el dólar se pagó a un récord de 6,30 reales entre el 18 de diciembre y el 1 de enero.
El Banco Central brasileño actuó rápido para estabilizar la moneda, aquejada por el creciente déficit fiscal de la administración de Lula da Silva. Incrementó la tasa Selic de referencia a 13,3% anual, cerca de los topes de 13,8% entre agosto de 2022 y agosto de 2023, y del 14,3% entre agosto de 2015 y septiembre de 2016.
Estos rendimientos son extraordinariamente positivos para una economía con un 4,8% anual de inflación. Pero la estabilidad no está garantizada, pues las tasas altas son una amenaza si se tiene en cuenta que la mayor parte de la deuda pública de Brasil está denominada en reales, además de las consecuencias recesivas que conlleva una política monetaria dura.
Argentina encadenó en enero el sexto mes de rojo comercial con Brasil
Brasil es el principal socio comercial de la Argentina. Con un real debilitado los productos del país vecino son más accesibles para la economía doméstica, que en sentido inverso ve apreciar su moneda por la estrategia del “crawling peg” o devaluación controlada. Por otro lado, el incipiente despegue de la actividad económica lleva a una mayor demanda de importaciones; tal es así que el año se inició con un fuerte incremento del comercio con Brasil.
En cuanto a los montos operados, en enero el intercambio bilateral entre Argentina y Brasil creció un 34,1% en la comparación interanual. De acuerdo a los datos que se desprenden del último informe de comercio bilateral elaborado por la CAC (Cámara Argentina de Comercio y Servicios), el intercambio entre Argentina y Brasil fue de USD 2.098 millones, más de USD 500 millones por encima del mismo mes de 2024, cuando había sido de 1.564 millones de dólares.
Si bien las ventas argentinas a Brasil crecieron en enero de 2025 un 11,2% interanual, en el octavo mes seguido en expansión, por un total de USD 886 millones, el motor del creciente volumen de comercio bilateral fue el aumento de 57,6% de las importaciones desde Argentina por USD 1.212 millones el mes pasado. El déficit comercial con Brasil en enero alcanzó asó los USD 326 millones, el más alto desde 2018.
La tendencia enciende algunas luces de alerta. Más allá del efecto positivo de mayores importaciones para darle sostén a la reactivación, el deterioro de la cuenta corriente de la Argentina se empieza a consolidar. Es decir que al contabilizar ingresos y egresos de divisas por el intercambio comercial de bienes, de servicios y del flujo de capitales, Argentina encadenó siete meses consecutivos de déficit de cuenta corriente.
El saldo comercial con Brasil en enero de 2025 fue negativo en USD 326 millones para Argentina, a diferencia de lo sucedido en enero de 2024 cuando el mismo había resultado superavitario en USD 29 millones. Por el peso de Brasil en el comercio exterior de Argentina -principal destino de las exportaciones y proveedor de importaciones-, la evolución de esta balance será determinante para el desempeño general de intercambio de bienes con el exterior, después de un 2024 con un superávit comercial récord de 18.899 millones de dólares.
“El alza interanual de las importaciones argentinas (57,9%) se explicó principalmente por el incremento de vehículos automóviles de pasajeros, vehículos de calle, vehículos automóviles para transporte de mercaderías, alúmina y cacao en polvo”, detalló el informe de la CAC.
El 2025 arrancó con el mayor rojo comercial con Brasil en siete años, tras el rebote de importaciones
“Argentina se posicionó en cuarto lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China y Hong Kong y Macao (USD 6.052 millones), Estados Unidos (USD 3.443 millones) y Alemania (USD 1.244 millones). A su vez, entre los principales compradores de Brasil, Argentina se ubicó tercera, detrás de China, Hong Kong y Macao (USD 5.470 millones) y Estados Unidos (USD 3.213 millones)”, añadió.
Los analistas de Abeceb subrayaron que “para el resto de 2025 esperamos que el déficit bilateral entre Argentina y Brasil se amplifique significativamente y que probablemente arrime los USD 4.000 millones con importaciones que difícilmente crezcan menos del 30% (al entorno de USD 18.000 millones como piso) y exportaciones subiendo pero menos” en un rango de 11 a 13 por ciento anual.
“Del lado argentino, los principales drivers serán primero que nada la recuperación económica de la Argentina, traccionada por el consumo y la inversión, especialmente considerando que el saldo bilateral es estructuralmente deficitario. A esto se suma un repunte de las importaciones luego de estar comprimidas tanto por los controles y restricciones que se están removiendo -por ejemplo, la desregulación parcial de autopartes anunciada recientemente-, así como por el Impuesto PAIS, que fue eliminado recientemente, así como la quita de aranceles y controles. El último factor de peso será la apreciación cambiaria argentina, que con la baja del crawling peg a 1% probablemente se acentué algo más en lo que resta del año”, agregaron desde Abeceb.
Un informe de Invecq Consultora Económica detectó que “a partir de junio la situación cambió: un dólar cada vez más barato, una actividad que comenzó a mostrar signos de recuperación y la normalización en el acceso al mercado para importadores se tradujo en una notable reducción en el balance de bienes”. Añadió que “otro factor relevante en la reversión del saldo de cuenta corriente fueron los servicios, influenciados principalmente por la apreciación del tipo de cambio real”, que volvió a destinos turísticos en el exterior mucho más accesibles para los argentinos.