Otra vez hay luces amarillas por la energía y asomaron las internas entre funcionarios del Gobierno

El fallido anuncio de un nuevo aumento de la luz y opiniones cruzadas que se filtraron, preanuncian un panorama que puede complicarse más para un sector siempre al límite

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Daniel González, secretario coordinador de
Daniel González, secretario coordinador de Energia; Luis Caputo, ministro de Economía; y María Tettamanti, secretaria de Energía

“Fue un error de comunicación fuerte… te puede pasar en la vorágine”. Así definió el ministro de Economía, Luis Caputo, el golpe de timón que tuvo que dar, la semana pasada, por el anuncio de un recorte de subsidios que iba a generar un fuerte aumento de las tarifas de luz. Muy rápido hubo que hacer público que no se iba a hacer.

No sólo eso. En medio de idas y vueltas, también asoman algunas internas en el equipo a cargo del área energética del Gobierno, de la electricidad, puntualmente, en estos casos. En Economía, el ministerio de Caputo que tiene a cargo el sector, juran que “está todo alineado” entre él; su viceministro coordinador, Daniel González; la secretaría de Energía, María Tettamanti; Osvaldo Rolando, interventor del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y el resto de la estructura.

Como sea, se encendieron luces amarillas en el tablero de control del rubro. Más allá de los 01alineamientos proclamados, se escuchan a viva voz críticas más que encendidas, acusaciones de inoperancia y hasta insultos. En al menos tres conversaciones con altas fuentes oficiales del área que tuvo Infobae, se mencionó la idea cruzada del “boleto picado” para varios de los protagonistas de esa rueda energética. Habrá que ver si es cierto, una promesa de alguien “de arriba” o una simple expresión de deseos. No está claro aún.

¿Funcionarios en tensión en uno de los sectores más polémicos, pero también más prometedores para la economía argentina de mano de Vaca Muerta? Sí, y además en medio del verano y la amenaza permanente de cortes de luz. Días atrás, sin ir más lejos, las zonas centro y norte del país sufrieron fuertes cortes. Mañana se anuncian otra vez máximas por sobre los 35 grados y todos van a mirar los picos de demanda que muestran los gráficos online de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima, o Cammesa. Se trata de la empresa del Estado que intermedia en el sector y que esta semana también estuvo en el ojo del huracán por culpa de una filtración de supuestas críticas de su “hombre fuerte”, Mario Cairella, a Tettamanti y su equipo.

González pasó por YPF e
González pasó por YPF e IDEA, entre otras, antes de ser Secretario coordinador de Energía y Minería de Caputo

¿Déjà vu libertario con lo que pasaba hace dos años durante el gobierno de Alberto Fernández? No parece para tanto, al menos por ahora. A pesar de las tensiones, la situación está lejos aún del “internismo exasperante” energético que denunció el exministro Matías Kulfas, cuando fue echado a mediados de 2022. Un contexto que terminó un mes después con otra salida de peso en el golpeado gabinete kirchnerista: Martín Guzmán. El exministro de Economía mantuvo una feroz disputa con Federico Basualdo, un funcionario de tercera línea de su ministerio al que intentó echar más de una vez sin éxito. Basualdo tenía línea directa con Cristina Kirchner.

Lo cierto es que la energía es un tema “caliente” desde siempre en una Argentina con crisis recurrentes en la que siempre faltan dólares. Rápido y breve repaso. Raúl Alfonsín sufrió innumerables apagones y cronogramas de cortes programados. Carlos Menem privatizó el sector por completo. Eduardo Duhalde comenzó con la regulación. Néstor Kirchner se peleó con su vice, Daniel Scioli, cuando éste sugirió segmentación eléctrica y suba de tarifas; algo parecido pasó luego y derivó en la renuncia de su ministro Roberto Lavagna. Cristina Kirchner armó una madeja de subsidios y terminó con cepo y restricciones. Mauricio Macri, en tanto, prometió sinceramiento tarifario y mega aumentos, pero se quedó a mitad de camino; luego reconoció que había perdido la reelección en gran parte por el tema energético. Fernández siguió con los subsidios y, como se dijo, las internas les terminaron costando la cabeza de dos de sus funcionarios preferidos. Milei, por último, llegó con la meta de quita total de subsidios y la idea de que “hay que pagar lo que vale la energía”. A pesar de los muy fuertes aumentos tarifarios del año pasado, aún no está claro cómo terminará de hacerlo.

Semana caliente

Esta semana hubo dos hechos que hicieron “ruido” en el sector.

  • La marcha atrás por los precios de la luz. El martes se oficializó que iba a haber subas en la boleta de luz de hasta 8,4% a usuarios de clase media y 12,3% a los de ingresos bajos. Pocos minutos después de que Infobae publicara la noticia, se supo que la Casa Rosada no sabía nada del aumento. “Nos enteramos por Infobae”, dijeron. Hablaron de “malestar” y de una decisión “inconsulta”. Todos los dardos apuntaron al ENRE, el eslabón más pequeño de la cadena de responsabilidades. Muy rápido hubo marcha atrás y Caputo mencionó, en una entrevista con Luis Majul, que trató de un “error técnico”. El aumento que se esperaba para el año se había aplicado, por una resolución oficial equivocada, todo junto en febrero.
  • Cortocircuitos con Cammesa. El sitio especializado Econojournal publicó chats filtrados de Cairella en el que, supuestamente, criticaba el plan de normalización energética de Tettamanti.
En el centro, Mario Cairella,
En el centro, Mario Cairella, vice de Cammesa

“Fue un ‘dedazo’, era imposible que pusiéramos ese aumento. Va en contra de lo que se viene haciendo”, dijeron cerca del ministro sobre la suba que no fue. Es verdad que sonó extraño el incremento de hasta 12% de golpe, y mucho menos en un año electoral. En la Rosada hubo bronca. Se aceptó la explicación, pero igual tomaron nota.

Con Cammesa, por su parte, sigue el ruido. Cairella, que ya estuvo en la empresa con Macri, es cuestionado por algunos sectores y conocido por su carácter duro y frontal. En esta etapa llegó de la mano de José Luis Espert. Si bien no respondió los mensajes de este medio, desde su entorno aseguraron que los chats filtrados fueron “un malentendido”. Otro dedazo. Con todo, también confirmaron que no está nada de acuerdo con algunos lineamientos que salen de Energía.

El vicepresidente de Cammesa es quien opera el organismo que, a su vez, es presidido siempre por quien ocupa la secretaría de Energía. En este caso, Tettamanti. La actual secretaria, que reemplazó a Eduardo Rodríguez Chirillo, viene de ocupar cargos en el sector privado y llegó de mano de Macri, meses atrás, cuando las conversaciones entre el líder del PRO y Milei eran más fluidas. Desembarcó sin equipo y por ese motivo, y otros, no son pocos dudan de su poder real y de cuánto estará en el cargo. Va todas las semanas a las reuniones de directorio de la empresa, dicen en su entorno. No es algo habitual.

Cammesa es un ente técnico, pero con mucho poder económico: maneja una caja con un flujo de unos USD 15.000 millones por año, que cobra a las empresas de distribución y cooperativas eléctricas y con lo que paga a las generadoras y transportistas. El año pasado, post devaluación, surfeó una crisis por una deuda de unos USD 1.200 millones con las generadoras que, finalmente, Caputo saldó con un bono. A regañadientes, las empresas aceptaron.

Eduardo Rodríguez Chirillo, primer secretario
Eduardo Rodríguez Chirillo, primer secretario de Energía del gobierno de Milei

Desde siempre, el plan del equipo de Milei fue desarmar Cammesa, o acotarla mucho. Buscan que se limite sólo a hacer el despacho eléctrico y no a contratar barcos de gasoil para hacer funcionar las turbinas que generan energía cuando el gas no alcanza, ni a licitar muy jugosos contratos. El plan de Chirillo y ahora de Tettamanti es reducirla al mínimo y que los contratos se hagan entre privados: que las generadoras directamente convengan precios, plazos y condiciones con las distribuidoras y con las empresas grandes y medianas que necesitan de grandes flujos de energía para producir.

Cairella no quiere saber nada y para ser sólo un funcionario técnico y de segundo orden, demuestra tener “banca” en la Casa Rosada. Al menos hasta ahora. “Todo el mercado posible, todo el estado necesario. Porque acá la costumbre es no pagar”, se lo escuchó decir varias veces en reuniones con empresas del sector. Según sus allegados, está de acuerdo con desregular el sistema, pero no con el momento ni con la receta de Tettamanti. “Quieren correr y no saben ni caminar. Escriben títulos para los medios en lugar de resoluciones. Necesitamos más de 7.000 megas extra. ¿Quién va a invertir si Cammesa no es el garante?”, argumentaron.

En el kirchnerismo piensa parecido. “¿Las generadoras aceptarían firmar esos contratos? Hoy Cammesa maneja el precio monómico de la energía, una suerte de promedio de todos los contratos. Son esquemas a 15 años, que se firman en dólares en un país que sigue teniendo inestabilidad económica y está siempre a tiro de una devaluación”, aseguraron.

Otro exfuncionario del área durante la última parte del gobierno anterior, dijo: “Están controlando un precio relativo más en un año electoral: tasas, tipo de cambio y, ahora, tarifas. Los errores técnicos a ese nivel no existen: hay falta de planificación”, afirmó. Y a la hora de hablar de paralelismos con años anteriores, reconoció: “Teníamos internas, pero existía coordinación y las tarifas las manejaba directamente el ministro. La puja Guzmán-Basualdo me hace acordar a lo que pasa ahora”.

En el comienzo de 2025
En el comienzo de 2025 hubo menos cortes, por temperaturas no tan altas, pero igual se registraron apagones en AMBA y el resto del país (Gastón Taylor)

Desde Economía insisten con que la idea de coordinación total. Es posible, pero la tensión entre González, que se fue de viaje por estos días a Arabia Saudita con el canciller Gerardo Werthein, y Cairella es evidente.

“La prioridad era evitar la catástrofe macro y el sector, como otros, quedó bajo ese paraguas. Estuvo bien eso. Pero ahora que todo comienza a acomodarse, parece que seguirán las postergaciones. Esta vez, por la política y el año electoral. No está bien, es un gran error. El sector está al límite”, le dijo a este medio Emilio Apud, actual referente energético de Mauricio Macri.

“En los próximos 15 años, sólo en el sector eléctrico y para volver a tener la calidad de servicio de hace 20 años, hay que invertir USD 25.000 millones. Y para exportar gas licuado, la única salida que tiene Vaca Muerta, hay que invertir un promedio de USD 15.000 millones por año a lo largo de dos décadas. ¿Quién va a hacer esas inversiones privadas si siguen las tensiones?”, se preguntó Apud.

“Estuvo bien eso. Pero ahora que todo comienza a acomodarse, parece que seguirán las postergaciones. Esta vez, por la política y el año electoral. No está bien, es un gran error. El sector está al límite” (Apud)

En el sector se preguntan si, más allá de los chispazos mencionados, las internas llegan más arriba en el esquema de poder del Gobierno, y qué impacto tendría eso en las definiciones políticas para la industria y, sobre todo, para las inversiones que deben llegar.

Lo que viene

La primera gran tensión energética de este Gobierno llegó un viernes feriado: el 8 de diciembre de 2023, dos días antes de la asunción de Javier Milei. Ese día, Infobae publicó que el área, que iba a estar en el ministerio de Infraestructura de Guillermo Ferraro, pasaba a la órbita de “Toto” Caputo. Fue un fuerte impacto para el recientemente fallecido Ferraro, a quien Milei echó de su cargo un mes y medio después de asumir.

Luego llegó la negociación con las generadoras y los fuertes aumentos de tarifas y baja de subsidios.

Después de asumir, Tattamanti anunció un plan para obras de transporte eléctrico en el AMBA. Básicamente, era un nuevo impuesto –con lo que eso significa para esta gestión– que iban a pagar todos los usuarios del país para que no se corte la luz en CABA y GBA. Los gritos de la Rosada se oyeron en Economía sin necesidad de teléfonos. El plan quedó en el olvido.

El viernes, después de la marcha atrás con el aumento de luz, desde Economía le confirmaron a este medio que las subas van a acompañar a la inflación, mes a mes, a lo largo de todo el año. “Eso y nada más”, prometen. Todo mientras volvieron a surgir rumores de que Energía podría volver a ser un ministerio.

El termómetro no castigó tanto en el primer mes del 2025 y el día que se esperaba el récord, la semana pasada, los cortes en el norte del país ayudaron al AMBA. Pero el verano todavía no terminó y las internas sólo aportan calor.

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