El Gobierno apuesta a los dólares del agro mientras negocia con el FMI para reforzar las reservas

El Poder Ejecutivo busca que repunte la liquidación de divisas tras la baja de retenciones y sostiene el carry trade como incentivo. El equipo económico rechaza un ajuste cambiario

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Los exportadores deben liquidar las
Los exportadores deben liquidar las divisas en 15 días hábiles para que los productores puedan contar con la baja de retenciones (Foto: Reuters)

El Gobierno defendió ante los dirigentes agropecuarios la baja temporal de retenciones y pidió que los productores vendan sus granos para aprovechar la ventana de reducción de alícuotas hasta mediados de año. Busca por esa vía recomponer las reservas del Banco Central, a la espera de un acuerdo con el FMI que implique un refuerzo sustancial para las arcas internacionales.

La fuente de dólares que el equipo económico necesita reactivar es la de los préstamos en moneda extranjera, que actualmente deben ser liquidados en el mercado único de cambios y representan divisas que la autoridad monetaria puede comprar. Esa alternativa creció especialmente con el ingreso del blanqueo.

Sin embargo, la normativa vigente establece que los créditos en moneda dura solo pueden ser tomados por exportadores o empresas que tengan ingresos ligados al tipo de cambio, lo que limita su alcance. A fines de 2024, el equipo económico había dejado trascender que analizaba flexibilizar esa restricción. Una opción disponible es fomentar que los exportadores obtengan prefinanciación para el pago de ventas al exterior.

En ese marco, se diseñó la baja temporal de retenciones. El Gobierno estableció que el exportador deberá liquidar en el mercado oficial de cambios el 95% de las divisas obtenidas por la operación antes de los 15 días hábiles de plazo para acceder a las alícuotas reducidas.

Se presentan dos opciones principales para las exportadoras. Las grandes empresas con casas matrices en el exterior pueden solicitar anticipos de pago por sus exportaciones para acceder rápidamente a los dólares y liquidarlos en el MULC, aunque implica costos financieros y mayor endeudamiento. Otra alternativa, disponible también para empresas nacionales, es tomar créditos de prefinanciación en el sistema financiero local.

Fuentes del sector cerealero, que adquiere granos a los productores, destacaron una tercera opción: canalizar la liquidación rápida a través de créditos en moneda dura otorgados por entidades del exterior. La preferencia por el sistema bancario local estaba vinculada a la disponibilidad de dólares provenientes del blanqueo, que podrían utilizarse para financiar a los exportadores.

Un documento del Consejo Agroindustrial Argentino, presentado en la última semana, tras una reunión con funcionarios del gobierno, planteó que la baja de retenciones “generará un impacto significativo en las exportaciones, incentivando mayor comercialización de los stocks, especialmente durante el primer semestre del año”.

“Esto permitiría alcanzar exportaciones por 98,1 millones de toneladas, lo que implicaría un crecimiento interanual del 11%. En términos de valor, las exportaciones agroindustriales podrían llegar a USD 47.954 millones, con un incremento de USD 1.738 millones respecto a la estimación previa a la medida”, destacaron desde esa entidad.

Además, solicitaron que la reducción se extienda más allá de junio, como fue planteado originalmente: “Enviaría una señal clave de confianza al sector, favoreciendo las condiciones para la planificación productiva y la adopción de tecnologías. Esto permitiría un incremento de entre 4 y 7 millones de toneladas adicionales, impulsando tanto la producción como el procesamiento interno. Como resultado, las exportaciones podrían crecer entre USD 1.500 y 2.400 millones”, concluyó el Consejo.

En el mercado consideran que la baja del crawling peg a 1% mensual, junto con el recorte de la tasa de interés en pesos, podrían acelerar ese proceso. “El recorte de tasas (...) sumado a la desaceleración del ritmo de devaluación, le devolvió atractivo al carry trade de exportadores e importadores al ensanchar el spread (diferencia) entre la tasa en pesos y el crawl”, explicó. En otras palabras, sigue resultando conveniente tomar deuda en dólares y colocar fondos en pesos a plazo fijo.

La apuesta por el carry trade tiene lugar en un contexto de debilidad de las reservas del BCRA. Un informe de LCG aseguró que “el fortalecimiento de la posición compradora del BCRA en enero (USD 1.617 millones netos) apalancada en la fuerte liquidación de préstamos y colocaciones en dólares, en buena parte se consumió en las intervenciones del BCRA en los dólares paralelos para controlar la brecha y sostener el carry, alimentando la rueda. Esto evidencia la fragilidad de las cuentas externas”.

“Esperamos que el anuncio de la baja momentánea de retenciones (aplicada entre febrero y junio) y los mayores incentivos al carry impulsen liquidaciones (USD 3.000 millones que restan de la cosecha 23/24 y adelantos de la 24/25). No obstante, existe la duda sobre si será suficiente para compensar el crecimiento de las importaciones y mayores gastos de turismo, aún en un escenario en el cual las restricciones cambiarias se sostengan”, concluyó LCG.

El Gobierno busca que los
El Gobierno busca que los productores de soja vendan más granos y acelerar la liquidación de exportaciones (Foto: Reuters)

La medida tiene lugar como previa a un esperado acuerdo con el Fondo Monetario, cuyas negociaciones siguen en curso. Por lo pronto, el ministro Luis Caputo evitó dar detalles sobre la negociación, pero desestimó versiones y especulaciones del mercado que aseguraban que las conversaciones con el organismo internacional incluyen condicionalidades tales como un salto devaluatorio o el fin de las restricciones cambiarias de manera rápida como requisito para contar con nuevos desembolsos.

Sus declaraciones parecieron responder, por un lado, a informes de Wall Street que planteaban ese escenario, y por otro, a objeciones internas del organismo. En un reporte reciente a propósito del informe de evaluación Ex Post del programa Extended Fund Facility (EFF) iniciado en 2022, el FMI ya había dejado trascender qué elementos separaban al FMI y al Gobierno de un entendimiento sobre la política económica que debería continuar tras el primer año del gobierno libertario.

“Para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria”, definieron los técnicos del FMI en ese momento.

El tipo de cambio

Un análisis de Haroldo Montagú, economista de la consultora Vectorial, planteó que hay factores decisivos que pueden separar a un acuerdo entre el Gobierno y el FMI, y la política cambiaria asoma como el principal. “Difícilmente el organismo otorgue dólares para sostener una política de apreciación cambiaria que coloca al peso como la segunda moneda más apreciada del mundo (...) La apreciación cambiaria preocupa al Fondo, sobre todo, por la dificultad que genera para la acumulación de reservas”, consideró.

En ese sentido, Vectorial estimó que “un primer desembolso se acercaría a USD 2.000 millones. En ese monto se juega, en parte, la estabilidad cambiaria que supo conseguir el equipo económico. De esta manera, no está claro si el ‘puente’ que busca el gobierno para llegar a la liquidación de la cosecha gruesa (baja temporal de retenciones mediante) es lo suficientemente largo como para cruzar un río, un lago o un charco”.

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