Enero arrancó con una suba en términos reales del gasto público cercana al 15%, según dejan ver los datos preliminares. Una base de comparación baja en el primer mes del año pasado por el inicio del fuerte ajuste fiscal y el efecto de la fórmula jubilatoria actual hizo crecer anualmente el ritmo de erogaciones por primera vez desde octubre de 2023.
Así lo midió un estudio de la consultora Analytica, que toma el gasto devengado -esto implica gastos “comprometidos” pero no necesariamente pagados- del primer mes del año, en base a datos oficiales. La conclusión fue que el gasto primario creció 15% -6,63 billones de pesos contra 5,74 billones, a precios de enero- y que ese crecimiento estuvo explicado en distintos renglones presupuestarios.
El principal fue jubilaciones y pensiones, que tuvo un crecimiento en términos reales de 26,6% y que tiene mayor relevancia por ser el que más peso implica en el gasto total, unos 3,68 billones de pesos, 55% del total de enero. Le siguieron, en proporción, Asignaciones Familiares y AUH, que tuvieron un aumento real de 28,3% pero equivalen al 9% del gasto del primer mes del año.
También creció por encima de la inflación el gasto en subsidios (16,1%) y de Bienes y servicios (33,6 por ciento). Por el contrario, hubo caídas significativas en los fondos para obra pública, de casi 89% real, sobre una base de comparación ya muy baja en enero de 2024. El gasto en Otros programas sociales fue recortado en 8,4% y el de Gasto en personal, 4,4 por ciento.
La conclusión de Analytica fue que el gasto primario creció 15% -6,63 billones de pesos contra 5,74 billones, a precios de enero- y que ese crecimiento estuvo explicado en distintos renglones presupuestarios
El Gobierno busca sostener el ajuste fiscal este año para asegurarse equilibrio en las cuentas públicas. De todas formas, en 2024 hubo ingresos extraordinarios que este año no estarán disponibles, pero si la economía creciera ese 5% que esperan el Gobierno y el FMI, los ingresos tributarios asociados a la actividad también deberían mejorar.
Una primera muestra de un efecto atenuador de ese tipo podría verse en el caso del recorte de alícuotas de derechos de exportación. El costo fiscal estimado en los despachos oficiales ronda los USD 800 millones, aunque algunas proyecciones privadas lo elevan a más de USD 1.000 millones, según el grado de aceleración de liquidaciones.
La Fundación Mediterránea analizó ese impacto y también el de segunda mano, que sería más leve y no llegaría a compensar el primer efecto. “La recaudación tributaria total cae proporcionalmente menos que la recaudación perdida por la baja de los derechos de exportación (19%)”, planteó.
“Esto se debe a que tras la reducción de los derechos de exportación aumenta la recaudación de otros impuestos y se compensa parcialmente la pérdida. Este efecto se explica fundamentalmente por la mayor recaudación de Ganancias (15% a 21%, según la zona), pero también se recaudaría más por Sellos (6%), y al Cheque (4%)”, detalló el Ieral de Fundación Mediterránea.
El Gobierno busca sostener el ajuste fiscal este año para asegurarse equilibrio en las cuentas públicas. De todas formas, en 2024 hubo ingresos extraordinarios que este año no estarán disponibles
Según un análisis de Grupo SBS, “los desafíos fiscales de 2025 podrían venir tanto por el lado de los ingresos como del gasto”, plantearon sus economistas en un informe reciente. “En cuanto a los ingresos, la pérdida de vigencia del Impuesto PAIS (1,2 puntos del PBI en 2024) planteará un desafío para el Tesoro. Será necesario compensar estos ingresos en todo 2025 en un contexto en que, si bien creemos que la economía rebotará respecto a 2024, la vigencia de controles de cambios y el aumento de los costos en dólares podría contener el upside, limitando la dinámica alcista en ingresos asociados a actividad y empleo”, consideró la consultora.
En términos de gasto, SBS advirtió que la baja de la inflación le quitará “batería” a la “licuadora” por lo que el Gobierno debería apuntar a otro tipo de medidas y más “motosierra”; y consideró que “todavía hay espacio para reducciones en gasto salarial y subsidios económicos”.
En tanto, un informe de la consultora Empiria planteó que “repetir este año el desempeño fiscal de 2024, es decir, un excedente financiero de 0,3% del PBI, luce desafiante”. Según Empiria, “por ciertos ingresos con los que el fisco este año no podrá contar, que denominó déficit inercial, el Gobierno requerirá de medidas para compensar esa pérdida.
Ese punto de partida fiscal de este año estaría marcado por recaudación que no habrá en 2025 como el impuesto PAIS, que se extinguió a fines de 2024, y medidas incluidas en el paquete fiscal como el blanqueo, la moratoria y el anticipo de Bienes Personales. Por esa vía suman 1,5% del PBI, y por gastos con aumentos automáticos. como jubilaciones y Asignación Universal por Hijo, habrá otro 0,3% del PBI”.