La apuesta del Gobierno de Javier Milei por mantener la estabilidad cambiaria fue una de las claves del plan oficial para apuntalar la desaceleración de la inflación. Esa estrategia tuvo costos: el Banco Central de la República Argentina (BCRA) resignó en el último año más de USD 18.000 millones que fueron destinados a intervenir, directa e indirectamente, la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos. Así se desprende de datos oficiales informados de manera oficial por el BCRA.
Los mecanismos utilizados por Milei no son nuevos en la Argentina -muchas gestiones sacrificaron divisas para contener presiones devaluatorias- y han sido objetados en varias oportunidades por el Fondo monetario Internacional (FMI). Las reservas de la autoridad monetaria que preside Santiago Bausili son negativas en USD 10.000 millones, un nivel similar al de diciembre de 2023, según cálculos privados, y que imposibilita la eliminación del cepo sin sobresaltos.
La herramienta de mayor relevancia utilizada para sumar oferta de divisas en los mercados paralelos es el llamado “dólar blend” o “dólar exportador”, por el cual el 20% de las exportaciones se liquidan en el tipo de cambio contado con liquidación (CCL) y el resto en el Mercado Libre de Cambios. La otra es parte de la “segunda fase” del plan monetario anunciado en julio pasado, con el que la entidad retira pesos del mercado a través de operaciones con bonos.
La consultora Equilibra calculó que en 2024 se destinaron USD 17.682 millones a “intervenir en el CCL”. De forma “directa”, indicaron, se utilizaron USD 983 millones, con un pico de USD 324 millones en diciembre, en ventas directas del BCRA en el tipo de cambio financiero. De forma “indirecta”, a partir del dólar blend, salieron USD 16.699 millones. A eso hay que sumar los USD 619 millones que utilizó la entidad durante la primera quincena de enero y el 20% de las exportaciones de ese mes, dato que se conocerá en las próximas semanas.
Esos niveles están por encima de los USD 9.619 millones que se habían destinado en 2023 durante el paso de Sergio Massa por el Ministerio de Economía, de los cuales USD 5.709 millones tuvieron que ver con un tipo de cambio diferencial para exportadores y USD 3.910 millones a intervenciones directas en los financieros. La brecha cambiaria a noviembre de 2023 había superado el 200% en el marco de un BCRA con reservas netas negativas por USD 11.000 millones y la incertidumbre sobre el plan económico que iba a iniciar con la llegada de Milei. En 2021 se habían utilizado USD 2.453 millones de forma directa para contener las presiones devaluatorias.
El futuro del dólar blend y las intervenciones son parte de las discusiones con el FMI para alcanzar un nuevo programa. El Gobierno espera un acuerdo que incluya al menos USD 11.000 millones que permitan fortalecer las arcas del BCRA y eliminar el cepo en 2025. El organismo suele rechazar los tipos de cambio diferenciales, algo que también sucedía con el “dólar soja” en tiempos de Massa, y el sacrificio de reservas para sostener la apreciación del peso. El Gobierno mientras tanto anunció una baja de las retenciones para mejorar la competitividad de los principales cultivos y aumentar la oferta de divisas provenientes del agro.
Lorena Giorgio, economista jefe de Equilibra, señaló que las intervenciones en el futuro serán sostenibles en tanto ingresen dólares a través de la cuenta capital. “Durante el segundo semestre hubo déficit de cuenta corriente pero el BCRA compró reservas porque entraron muchas divisas producto del blanqueo, en forma de préstamos financieros y/o bancarios. Ese fondeo extraordinario no va a estar presente en 2025, por lo que el esfuerzo del Gobierno en atraer capitales deberá ser mayor”, dijo.
En cuanto a un posible crédito del FMI, Giorgio consideró que un programa con fondos frescos ayudaría “pero, en definitiva, la forma en la que se salga del cepo, con o sin salto cambiario, dependerá de la cuantía final del préstamo, el calendario de desembolsos y también del resultado de las elecciones legislativas que será clave para formar expectativas”.
La visión del equipo económico que lidera el ministro de Economía Luis Caputo es que no hay un atraso del tipo de cambio. Cómo parte de la política oficial el BCRA implementó desde febrero una reducción del crawling peg -ajuste del tipo de cambio- del 2% al 1% mensual, para apuntar la desaceleración de la inflación. La entidad también aplicó una baja de tasas de interés que garantiza el sostenimiento del carry trade y que haya mayor demanda de pesos.
No son pocos los analistas del mercado que señalan que esa política puede traer riesgos en un contexto en el que el dólar se fortalece a nivel mundial y en el que muchas monedas emergentes sufren, algo que podría acelerar las expectativas de devaluación a nivel local. Esos temores retomaron fuerza este lunes con los efectos del anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a México, Canadá y China. Caputo aseguró que el sostenimiento del orden fiscal y monetario “es el mejor antídoto” contra estos shocks externos, mientras busca dólares del FMI para financiar la eliminación del cepo cambiario en 2025.