La decisión del Gobierno de reducir de forma transitoria las retenciones a las exportaciones agrícolas generó un impacto significativo en el esquema de tipos de cambio efectivos que afectan a los productores agropecuarios.
El análisis del economista David Miazzo, de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), destaca cómo esta medida redefine los ingresos en pesos que perciben los productores por cada dólar exportado, particularmente al considerar el blend de tipo de cambio mayorista y financiero establecido por la normativa vigente.
Tipo de cambio efectivo con blend, definido por el economista como el valor en pesos por dólar que reciben los productores luego de aplicar retenciones y el esquema de liquidación oficial, presenta diferencias importantes según el producto. Este sistema obliga a las exportadoras a liquidar el 80% de las divisas a la cotización mayorista del dólar oficial, mientras que el 20% restante puede liquidarse al dólar MEP.
Previo a la entrada en vigencia de la reducción en las retenciones, el tipo de cambio mayorista se situaba en $1.047,67. Para el caso de la soja, que tenía 33% de derechos de exportación, el tipo de cambio efectivo con blend era de $717,38 por dólar. Con la rebaja a 26%, este valor ascendió a $792,33, representando una mejora en los ingresos por tonelada comercializada.
De manera similar, los cultivos de maíz, trigo, cebada y sorgo, que redujeron sus retenciones del 12% al 9,5%, vieron aumentar su tipo de cambio efectivo con blend de $942,23 a $969 por dólar. Por su parte, el girasol, cuya retención pasó del 7% al 5,5%, alcanzó un tipo de cambio efectivo con blend de $1.011,83, marcando un máximo relativo entre los principales productos agrícolas.
Impacto fiscal
El anuncio del ministro de Economía incluyó, además de la baja de retenciones, la eliminación de derechos de exportación para economías regionales. Esto abarca productos como azúcar, tabaco, algodón y cuero bovino, entre otros, con el objetivo de aliviar la presión fiscal en sectores clave.
Según el informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI), el costo fiscal estimado de estas medidas sería de USD 800 millones, equivalente al 0,13% del PBI.
Sin embargo, Outlier Consultores consideró que este cálculo podría estar subestimado, considerando el volumen de ventas previsto para 2025. Según sus proyecciones, el impacto fiscal real podría situarse entre el doble y el triple de lo anunciado, dependiendo de las decisiones de venta y la dinámica de producción en los meses siguientes.
En términos productivos, el informe de PPI resalta que la reducción de retenciones podría generar una aceleración en la liquidación de exportaciones. Este efecto estaría impulsado por la mejora en los márgenes de los productores, quienes obtendrían mayores ingresos en pesos por tonelada vendida. Se estima que los márgenes para la soja aumentarían un 10,9%, mientras que los de maíz y trigo crecerían un 3 por ciento.
Un contexto desafiante para el agro
El sector agropecuario enfrenta una coyuntura marcada por condiciones climáticas adversas y precios internacionales deprimidos.
Según la Bolsa de Cereales, al 22 de enero, el 45% de la soja y el 41% del maíz estaban en condiciones regulares a malas debido a la falta de lluvias adecuadas. La consultora Outlier reportó que la producción estimada para la campaña 2024/2025 se ajustó a la baja en 1 millón de toneladas para ambos cultivos, dejando los totales en 49,6 millones de toneladas de soja y 49 millones de maíz.
A pesar de las últimas lluvias, que trajeron alivio parcial a algunas zonas, la combinación de sequía, altas temperaturas y el fenómeno climático de La Niña generó un deterioro en el potencial de rinde de los principales cultivos. En esta línea, Outlier señaló que el Gobierno decidió actuar ahora para evitar mayores pérdidas económicas y fiscales en el futuro.
Posible derrame a precios internos
El esquema de retenciones reducido no solo influye en los ingresos de los productores, sino también en los precios internos de los alimentos. Según Outlier, productos básicos como pan, aceites y harinas, cuyo costo está relacionado con los precios de las materias primas agrícolas, podrían registrar aumentos en los próximos meses debido a la suba en los precios internos de los cereales y oleaginosas.
Además, el informe de Outlier destacó que, al acortar los plazos de liquidación de exportaciones mediante las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE), se busca acelerar la oferta en el mercado de cambios oficial. Esto favorecería la acumulación de reservas por parte del Banco Central, al tiempo que aliviaría las tensiones sobre los tipos de cambio financieros como el Contado con Liquidación (CCL) y el dólar MEP.
Si bien las medidas anunciadas apuntan a aliviar la carga tributaria del sector agropecuario, los analistas destacan su carácter temporal y limitado. Según el informe de PPI, la mejora en los márgenes brutos de los productores no asegura que se revierta la tendencia negativa en los rindes agrícolas, especialmente si las condiciones climáticas continúan deteriorándose.
Por otro lado, Outlier advirtió que la recuperación de precios internacionales, combinada con la suba de precios internos derivada de la baja de retenciones, podría desacelerar el proceso desinflacionario en curso. Sin embargo, este impacto será monitoreado en los meses siguientes, a medida que el mercado agroexportador se adapte a las nuevas reglas.