La Secretaría de Finanzas alcanzó una aceptación del 64% sobre el total de vencimientos de los títulos que vencían entre mayo y noviembre 2025 y de esta manera se despejaron $14 billones. El sector privado aportó aproximadamente el 55,25% de sus tenencias.
Según informaron desde el Gobierno, se estiró la vida promedio del perfil de vencimientos desde 0,54 años a 1,5 años. A su vez, se redujo la tasa de capitalización desde un promedio ponderado de 3,94% TEM (tasa efectiva mensual) de los títulos elegibles hacia 2,20% TEM de la nueva cartera.
“La estrategia financiera centrada en la extensión del perfil de vencimientos a tasas nominales descendentes es un pilar del ancla monetaria requerida para sostener el proceso de desinflación con crecimiento económico”, explicó el secretario de Finanzas de la Nación, Pablo Quirno.
En total, se ofrecieron once bonos en pesos entre los títulos elegibles para ingresar en la operación de conversión. Se negociaron unos 23 billones de pesos, según una estimación de Portfolio Personal Inversiones (PPI), lo que representó cerca de un 20% de los vencimientos totales en moneda local del 2025. A cambio, se ofreció una canasta de bonos duales que pagarán una tasa fija o una variable que seguirá el ritmo del interés de los plazos fijos mayoristas.
Se allana el camino
En el mercado creen que la extensión de vencimientos y un calendario de pagos en pesos más desconcentrado allana el camino para el desarme de los controles cambiarios. La lógica, indicaron distintos informes financieros, es que podría tratarse de menos riesgo de que haya pesos que no se renueven en las licitaciones habituales de deuda que puedan pulsear por dolarizarse.
“Dado la magnitud de la operación y el momento del año, creemos que está destinada a limpiar los pagos en manos del sector público en el año”, afirmó PPI. “No obstante, nos llama la atención que el último bono dual de la época de Massa (TDE25) no esté metido en la operación, dado que estimamos que el 70% del outstanding está en manos públicas”, remarcó el informe.
Por su parte, PxQ, la consultora que fundó el ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis consideró que “el canje podría servir para otorgarle al BCRA más margen para ejecutar la política monetaria”. “El canje de deuda podría ayudar, liberando presión de corto plazo en el mercado de deuda del Tesoro y permitiendo que el BCRA maneje la tasa de política monetaria con mayor libertad, sin tener que preocuparse por el resultado de cada licitación”, dijo.
Otra interpretación de PxQ estuvo más bien relacionada al año electoral y a las negociaciones con el FMI. “Junto con las intervenciones en el mercado de CCL actuales permite leer el canje como una maniobra del Gobierno para evitar vencimientos grandes y anticiparse a potenciales corridas en la previa electoral”, agregó esa consultora.
Y por último, mencionó que “dado que se está negociando un nuevo acuerdo con el FMI, no se puede descartar que la operación esté dentro de los requerimientos del organismo para realizar un nuevo desembolso y evitar que esos dólares sean utilizados para intervenir, ya sea en el mercado oficial, si el acuerdo viniera con una relajación de los controles, como, caso contrario, en el mercado de CCL”, concluyó.
El calendario de vencimientos en pesos es una de las claves hacia adelante para imaginar la secuencia de desarme del cepo. “Las obligaciones de corto plazo representan un riesgo para levantar las restricciones cambiarias, ya que el exceso de deuda podría presionar los precios”, aseguró Max Capital en un informe a clientes.
“Extender los vencimientos mitiga ese riesgo, dejando que los precios de los bonos absorban el impacto en caso de una venta masiva, en lugar de la inflación y el tipo de cambio”, coincidió Max Capital.