El Gobierno encendió la aspiradora de pesos para evitar presión sobre el dólar y postergó la baja de tasas

El BCRA prefirió esperar, pero seguramente lo hará en febrero una vez que haya arrancado la reducción del ritmo de ajuste del dólar oficial. Advierten que se profundizará la apreciación cambiaria en los próximos meses

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El ministro de Economía, Luis
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili (Gustavo Gavotti)

Finalmente, el Banco Central decidió en su reunión de directorio mantener sin cambios la tasa de política que monetaria, que de esta forma quedó en 32% anual. La medida va en línea, en realidad, con las señales que había dado el Tesoro en su licitación de títulos del último miércoles, cuando fue en sentido contrario: pago tasas más altas con el propósito de absorber pesos.

En el mercado especulaban con la posibilidad de una disminución de tasas inminente, tras el anuncio por parte del BCRA de reducir el ritmo de ajuste del dólar oficial del 2% al 1%. Sin embargo, como la medida regirá recién desde el 1 de febrero, no tenía demasiado sentido apurar una reducción de tasas.

El Tesoro salió a pagar 2,15% mensual para colocar bonos a tasa fija en pesos con vencimiento en junio de 2026. Esta emisión demostró la confianza de los inversores que compraron un bono a tasa fija en moneda local, pero al mismo tiempo el premio fue significativo. De hecho se espera que la inflación ya desde febrero perfore el 2%.

Tal como adelantó ayer Infobae, finalmente el directorio del Central privilegió mantener la tranquilidad cambiaria y en particular no introducir cambios en un mes complejo desde el punto de vista monetario.

Sucede que en diciembre hay un fuerte aumento estacional de la demanda de pesos, por la necesidad de las empresas de pagar el medio aguinaldo y del público por las vacaciones. Pero luego, a partir de mediados de enero y sobre todo en febrero empieza a caer esa necesidad de pesos. Por lo tanto, los esfuerzos ahora estarán puestos justamente en absorber del mercado esos pesos que no tienen demanda. Así se busca evitar que quede dinero excedente que puede presionar de dos maneras: sobre el tipo de cambio y sobre los niveles de inflación.

Por eso, la lógica indica que la próxima reducción de tasas ocurra recién en febrero, cuando ese excedente de pesos haya desaparecido y al mismo tiempo ya esté en marcha la disminución del crawling peg del tipo de cambio oficial al 1%.

En diciembre hay un fuerte aumento estacional de la demanda de pesos, por la necesidad de las empresas de pagar el medio aguinaldo y del público por las vacaciones

Claro que la decisión también generó críticas por parte de aquellos que consideran que solo se prolonga el premio para los que hacen bicicleta financiera. Con tasas cercanas al 2,7% mensual y un tipo de cambio muy estable, el premio para los que invierten en pesos se vuelve muy grande. Sobre todo cuando el Gobierno sale a intervenir cada vez que los dólares financieros amenazan con acelerar su ritmo de suba.

Sin embargo, con un incremento de solo 1% mensual para el dólar oficial, el espacio para que una reducción de tasas más temprano que tarde. Uno de los objetivos es que los exportadores tengan incentivo para liquidar rápido las divisas y quedarse en pesos, en vez de esperar la pequeña suba que tendrá el tipo de cambio.

Un informe de Equilibra señaló respecto a esta dinámica: “El BCRA anunció que el ritmo del crawling peg pasará de 2% a 1% mensual en feb-25 para bajar más la inflación. Pero como la convergencia al 1,5% mensual (1% mensual + inflación internacional) no será automática, la apreciación cambiaria se profundizará. Esta política se enmarca en un complejo contexto internacional y una creciente sequía que afecta la cosecha gruesa”.

El aumento del riesgo país de estos últimos días, superando los 600 puntos básicos, también es un llamado de atención vinculada con las dificultades que presenta el BCRA para acumular reservas. Justamente la caída del precio de la soja y la apreciación cambiaria juegan en contra de ese objetivo. El próximo capítulo será en ese sentido el acuerdo con el FMI y la posibilidad de obtener un desembolso significativo que permita ir desarmando las restricciones cambiarias.

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