A partir del próximo 18 de diciembre, los usuarios del transporte público dispondrán de un mayor saldo de emergencia en sus tarjetas SUBE físicas. Este beneficio permitirá viajar sin la necesidad de trámites adicionales en caso de que el saldo de la tarjeta sea insuficiente. Según el anuncio oficial, el saldo negativo disponible será:
- $1.200 para colectivos de todo el país, subtes en la Ciudad de Buenos Aires y transporte público fluvial en el Delta.
- $650 para las líneas de trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), incluyendo Mitre, Sarmiento, Roca, San Martín, Belgrano Norte y Sur, así como el Tren del Valle en Neuquén.
- El Tren Urquiza, que aún no ha completado la modernización de sus molinetes, mantendrá su saldo en $480 hasta que finalicen los trabajos tecnológicos.
La implementación de este aumento busca adaptarse a las necesidades de los usuarios en un contexto donde el transporte público es esencial para millones de argentinos que diariamente lo utilizan para trabajar, estudiar o realizar actividades cotidianas.
Para aprovechar este beneficio, los usuarios deberán realizar recargas que superen el saldo de emergencia para habilitarlo nuevamente. La tarjeta SUBE puede recargarse en puntos presenciales, como kioscos y terminales automáticas, o de manera electrónica mediante la app SUBE, homebanking, cajeros automáticos y billeteras virtuales. En el caso de las cargas electrónicas, el saldo debe acreditarse utilizando la app SUBE, la funcionalidad “Carga a Bordo” o en una terminal automática.
El transporte público desempeña un papel central en la economía argentina, no solo como un servicio esencial para la movilidad diaria, sino también como un motor para la productividad y la sostenibilidad urbana. Según datos del Ministerio de Transporte, más de 13 millones de personas utilizan diariamente colectivos, trenes y subtes en todo el país.
En el contexto económico actual, donde la inflación acumulada afectó el poder adquisitivo de los hogares, el aumento del saldo de emergencia ofrece un alivio temporal, especialmente para las familias de menores ingresos que dependen del transporte público. Además, esta medida contribuye a mantener el acceso al trabajo y la educación, mitigando el impacto de los costos de transporte en el presupuesto familiar.
La actualización del saldo negativo también refleja la necesidad de alinear el sistema SUBE con las realidades económicas del país. Desde su creación en 2009, la tarjeta SUBE se consolidó como una herramienta clave para centralizar y facilitar el pago del transporte público en la Argentina. Sin embargo, el sistema enfrenta desafíos en términos de modernización tecnológica e integración con servicios digitales.
A pesar de los avances, esta medida no está exenta de desafíos. Expertos en transporte han señalado que, aunque el incremento del saldo negativo es un paso positivo, el sistema SUBE aún enfrenta problemas estructurales que limitan su eficacia, como la dependencia de subsidios para mantener tarifas bajas y las dificultades para extender el servicio a áreas rurales. Por otro lado, la falta de claridad en políticas de largo plazo para el transporte público genera incertidumbre entre los usuarios y operadores del sistema. Mientras tanto, el ajuste del saldo de emergencia puede ser una solución paliativa, pero no reemplaza la necesidad de inversiones más profundas en infraestructura y calidad del servicio.
Fin de la exclusividad
Además de la SUBE, desde comienzos de mes, en 81 de las 90 estaciones de subte de Buenos Aires está habilitado el pago del boleto con tarjetas o con el celular. En pocos días, se estima que los nuevos medios de pago estarán disponibles en toda la red porteña de subterráneos y que al menos habrá un molinete multipagos en cada acceso a cada estación.
Para los usuarios, se abre un cambio de costumbres que puede facilitarle el viaje, evitar el trámite de carga y validación de la SUBE y, al menos durante el próximo verano, aprovechar fuertes descuentos para el pasaje e incluso la posibilidad de viajar gratis gracias a la ola de promociones lanzada por bancos, tarjetas y billeteras virtuales. Así funcionará el nuevo esquema, que por supuesto irá completándose con el correr de los días.