
En paralelo con la escalada de la inflación de los últimos dos meses, crece el atractivo de los plazos fijos ajustables por UVA. Estos instrumentos indexan su capital según la evolución de la inflación más una tasa del 1% anual, por lo que permiten preservar el poder adquisitivo del ahorro. Sin embargo, por distintos motivos se trata de una opción casi olvidada o poco tenida en cuenta por los pequeños y medianos ahorristas.
Los plazos fijos ajustables por UVA tienen mayor flexibilidad desde febrero de este año. El titular del BCRA, Miguel Pesce, dispuso en el arranque del año que los bancos también tienen que ofrecer la opción “precancelable”. Es decir que si bien deben realizarse a un plazo mínimo de 90 días, el inversor podría reclamar su dinero a partir del día 31. En ese caso, la tasa que debe pagar el banco equivale a un 70% el rendimiento de las Leliq, es decir 30,5% anual.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que divulgó el Banco Central, en los próximos meses la inflación tendrá un salto aún mayor. Luego del 3,8% de octubre, los analistas esperan 3,6% en noviembre para dar un nuevo salto al 4% en diciembre, luego al 4,1% en enero y 3,8% en febrero. Y para todo el 2021 se estima una inflación anual del 50%.
La proporción de colocaciones ajustables por UVA es ínfima en relación a los tradicionales. El stock actual entre inversores privados es de $38.000 millones contra nada menos que 2,1 billones de plazos fijos tradicionales, lo cual tiene poca lógica.

¿Por qué hasta ahora los plazos fijos UVA tuvieron poca aceptación entre el público? Hay varias razones, entre las que se pueden mencionar las siguientes:
- El fuerte aumento del dólar a lo largo del 2020. Indudablemente apostar a la divisa fue por lejos la mejor opción del año, teniendo en cuenta que el dólar “solidario” arrancó apenas arriba de $70 y ahora está a $150, es decir más que duplicó en menos de doce meses. Ante esta situación, cualquier alternativa en pesos quedó rezagada medida en “moneda dura”. Pero para adelante nadie tiene la certeza de que vaya a suceder lo mismo en 2021. Es más, el dólar libre está ahora mucho más alto en términos reales que hace un año, por lo que tiene sentido pensar que la inflación podría ganarle al tipo de cambio en los próximos doce meses. Si esto es así, conviene estar invertido en un instrumento ajustado por UVA (o CER, que es exactamente lo mismo).
- Los bancos no le dan publicidad. Para las entidades no es negocio ofrecer este instrumento. Prefieren captar depósitos a la vista por los que no pagan intereses (ya sea cuenta corriente o caja de ahorro) o bien un plazo fijo con una tasa de interés regulada por el Central, que se viene ubicando claramente por debajo de la inflación mensual. Prácticamente no hay una sola pieza publicitaria que lo ofrezca y en el menú de opciones de inversión aparece como una alternativa que está casi escondida.
- Existen otras opciones para apostar por la suba de la inflación. Casi todos los bancos y sociedades de Bolsa que los ofrecen tienen alguna opción en instrumentos en pesos ajustables por inflación. Sobre todo compran bonos emitidos por el Tesoro que tienen ajuste CER. Es una opción elegida sobre todo por inversores institucionales, que deben quedarse por regulación en moneda local. La ventaja de los fondos es que están manejados profesionalmente, por lo que eligen entre distintas opciones atractivas del mercado de pesos, pero además tienen liquidez inmediata.
Justamente la suscripción de fondos comunes que ofrecen alternativas ajustadas por CER vienen aumentado fuerte sus suscripciones en las últimas semanas, lo que provocó una suba de los bonos que indexan por esta modalidad, en especial los de corto plazo que emite el Tesoro. Algunos incluso llegaron a tener una tasa de interés ligeramente negativa ante el aumento de la demanda del mercado.
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