Joao Fonseca cayó en la primera ronda del ATP de Río de Janeiro tras su título en el Argentina Open

Apenas dos días después de coronarse en Buenos Aires, el brasileño no pudo con el francés Alexandre Muller luego de haber agotado las entradas hasta la final del torneo

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“¡Qué difícil es esto!”, se escuchó entre algunos asistentes a la cancha Guga Kuerten, del ATP 500 Río Open, cuando ocurrió la catástrofe. Ya lo había dicho durante esta segunda jornada de competencia Francisco Cerúndolo, después de ganar su partido al francés Hugo Gaston y de sufrir para cerrar el primer set: “Gané y eso es bueno, porque es difícil ganar en una primera ronda después de venir de jugar una final”.

Estaba todo preparado para que las victorias se sucedieran en su casa como lo había hecho en Abierto de Argentina la semana pasada. Joao Fonseca había generado tanta expectativa, que la totalidad de las entradas, para toda la semana, habían sido agotadas con anticipación. “Estamos sold out”, decían con satisfacción y orgullo los organizadores.

El “Fenómeno Fonseca” se había hecho notar, se sentía en su tierra y había copado el torneo de su ciudad, el de su club, porque los padres de Joao son socios del Jockey Club, sede del torneo, desde mucho antes de que naciera la joven estrella.

Pero se nota que a la Joya brasileña le pesa aún su juventud y su inexperiencia para manejar estas situaciones y momentos. Los nervios le volvieron a jugar una mala pasada. Ya le había sucedido durante la final del Argentina Open, cuando sacó dos veces por el título y no pudo cerrarlo, situaciones que aprovechó Francisco Cerúndolo para llevar el segundo set al tiebreak, que finalmente quedó en manos del carioca.

Para comprender lo que significa el “Fenómeno Fonseca”, alcanza con saber que el Río Open tiene todas sus localidades vendidas, inclusive hasta el domingo de la final, sólo para verlo a él. Si en cuanto apareció el lunes por la tarde para realizar el primer entrenamiento, luego de conseguir el título en el Argentina Open, la gente desbordó la cancha en la que fue a tomarle la temperatura a su tenis. Las “crianzas” lo rodeaban y lo llenaban de admiración. “Los niños son el combustible que me alimenta para intentar seguir ganando más cosas”, dijo sonriendo para la prensa.

Joao Fonseca venció a Francisco
Joao Fonseca venció a Francisco Cerúndolo en la final del ATP de Buenos Aires el domingo pasado (Foto: REUTERS/Matias Baglietto)

Pero la fiesta acabó casi antes de comenzar, apenas dos días después de levantar su primer título ATP. En el último turno de la noche del martes, y a los pies del Cristo Redentor que brilla en lo alto del morro, el francés Alexandre Müller rápidamente se puso 5-0, en el primer set, y comenzó a notarse que jugar en casa no era el fuerte del carioca. Sin embargo, pareció iniciar una recuperación, cuando ganó su único game del parcial inicial, pero rápidamente el europeo cerró con un contundente 6-1.

A continuación, el público tuvo su tiempo para jugar desde la platea, de alentar a su nuevo ídolo, al que ya se han encargado de colocarle una pesada mochila, comparándolo con Guga Kuerten y diciéndole que él debería ser mejor. La paridad se mantuvo hasta el desempate en el tiebreak y volvió a aparecer Müller, para despedir al que todos llegaban a ver con un 6-1 y 7-6 (4).

“El tenis es así, pierdes más de lo que normalmente ganas. Quiero mejorar como deportista y como persona. Estaba al 100% físicamente, pude dormir bien dos noches y descansar. Hoy no tuvo nada que ver con lo físico, fue la parte mental”, dijo el brasileño después del partido.

Jugar en casa y con su público fue una carga de nerviosismo que no pudo manejar. “Sabía que me iban a golpear los nervios, que iba a tener que enfrentarme al miedo de jugar con tanta gente. Intenté con todas mis fuerzas afrontar el momento, pero no pude, es parte del deporte. Es aprender de estas experiencias para fortalecerse”, sostuvo y reafirmó los conceptos de lo que se había visto. El público en contra en Buenos Aires lo mantuvo activo, el favoritismo de su gente lo atrapó.

El fenómeno Fonseca se desmoronó, la fiesta estaba preparada para él y el público carioca, pero la joven figura terminó a los pies de Müller, que venía de caer en primera ronda del challenger de Rosario, ante el brasileño Felipe Meligeni (193° del ranking de ATP), y en el debut en el Argentina Open, ante Laslo Djere (SER).

Con calma, pero conmovido, Joao Fonseca, un joven sencillo de palabra y acciones, quiso reconocer a la gente, en medio de su pena por la derrota: “Solo tengo que agradecer el cariño de todos los aficionados y del pueblo brasileño. Lástima no poder jugar otro partido con la mejor audiencia del mundo. Estoy trabajando para tener más momentos como éste en el futuro”.

Joao Fonseca tiene apenas 18 años, talento es lo que le sobra, sólo le falta experiencia para aprender a manejar estas situaciones.