Una vida juntos en el tenis: la historia de Navone y Díaz Acosta, los debutantes argentinos en Copa Davis

La Selección Argentina de Tenis YPF abre un nuevo capítulo en su historia en la Copa Davis, esta vez vuelve al frío nórdico, para competir ante Noruega en el Fjellhamar Arena de Lørenskog, a unos 20 minutos de la ciudad de Oslo. La serie ante los locales se disputará entre este jueves y viernes, para definir un lugar en los Qualifiers de septiembre.

A causa de las bajas por lesión en la convocatoria, el combinado nacional tendrá a dos nuevos integrantes que recibieron el llamado para competir por la Ensaladera de Plata por primera vez. Pero la particularidad de estos dos novatos es que traen una historia en común.

A pesar de haber nacido a 269 kilómetros de distancia, Facundo Díaz Acosta y Mariano Navone se vieron unidos por una misma pasión: el tenis. Un deporte que no sólo los hizo compartir momentos divertidos en la infancia, sino que los llevó a trazar sus carreras en paralelo y hoy los encuentra a ambos dentro del Top 100 y compartiendo la responsabilidad de representar al país en el torneo más importante por equipos del mundo.

Uno es zurdo; el otro, diestro. Nacieron con apenas 77 días de diferencia, aunque por esas cosas del calendario, lo hicieron en años distintos. Facundo asomó al mundo un 15 de diciembre de 2000, en la localidad de La Lucila, partido de San Isidro, mientras que Mariano fue recibido por sus padres en la localidad bonaerense de 9 de Julio, el 27 de febrero.

El inicio de sus incursiones en el mundo del tenis fue bastante diferente. Los abuelos maternos, los Acosta, lo llevaron al Club Comercio, en el barrio porteño de Núñez, cuando tenía ocho años, hasta que en 2013 se incorporó a la Academia de Mariano Monachesi y Mariano Hood, quienes aún continúan como entrenadores en el circuito profesional.

“Yo arranqué a jugar a jugar los 3 años, en 9 de Julio, una ciudad de 50 mil habitantes”, comenta Mariano, quien al cumplir 15 se trasladaba todos los días 100 kilómetros para ir a entrenar a la ciudad de Junín, en búsqueda de mejorar su nivel. Ese periplo duró dos años, cuando culminó la enseñanza de Nivel Medio, y a los 17 emigró a la Capital para entrenar en el alto rendimiento y comenzar su etapa como profesional.

De niños, los torneos de infantiles y menores que se desarrollan en el país comenzaron a verlos llegar con sus raquetas y sus padres. Por eso, desde antes de cumplir 10 años los encuentros empezaron a ser más frecuentes.

“Nos conocemos desde los 9 o 10 años, de toda la vida, desde que competíamos en los G3”, cuenta Facundo sobre la relación con Mariano, quien, además, agrega que compartieron torneos en dobles, “en categorías sub-10 y sub-12”.

A esta altura, con 23 y 24 años, llevan más del 60 por ciento de sus vidas lado a lado. “Quieras o no, estamos viajando juntos desde los 12 años y compartimos mucho más tiempo, casi, que con nuestras propias familias. Así que tenemos una relación muy linda y llegar a estar acá, compartiendo este momento con él, también es muy lindo”, se sincera Díaz Acosta.

Si bien comparten torneos desde muy chicos, sus caminos no se cruzaron demasiado en sus carreras como profesionales. De hecho, en los registros figura tan solo un choque entre ellos, en el torneo Tigre 1 de 2022, con victoria para Facundo por 6-3 y 6-2.

A partir de la categoría Junior, sus carreras se bifurcaron y fueron por caminos diferentes. La situación económica de Mariano y su posición en el ranking nacional lo llevó a probar, directamente, en los torneos profesionales, lo que le permitía sostener y sustentar sus entrenamientos y algunos viajes cercanos. Por su parte, Facundo continuó en el circuito Junior de ITF y fue el primero de los dos en destacarse. Alcanzó la final de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, y luego, durante la pandemia, se hizo viral en las redes con aquel video entrenando contra un colchón. Esa época los frenó a los dos y el que pareció salir mejor parado pareció ser el zurdo, quien logró cruzar la barrera de los 200 en octubre de 2022 e ingresó en el Top 100 en julio de 2023.

Navone siguió en circuitos menores, en la búsqueda de sus chances en el país y en Europa, que lo nutrieron de historias ricas en experiencias, pero también de las que se padecen mientras suceden.

Y la vida los llevó a volver a coincidir. Esos amigos que recorrían los torneos de menores juntos, en los que se podía ver a Mariano ser alentado por Analía, su mamá, muy cerquita del alambrado, o a Facundo por su papá Pedro, tuvieron, con tan sólo siete días de diferencia, un mes que les cambió los lineamientos y objetivos de su carrera.

El 18 de febrero de 2024, Díaz Acosta se daba el gusto de conseguir su primer título profesional en un torneo de ATP, el Argentina Open, y trepaba hasta el puesto 59 del ranking. Una semana después, de la nada, Navone aparecía en su primera final de un certamen y en un ATP 500, el de Río, en un salto de calidad de casi 50 lugares, que no estaba planificado en tan corto plazo, y que lo llevó a quebrar la barrera del Top 100 hasta depositarlo en el puesto 60. Meses después, llegó a quedar entre los mejores 60.

Un año más tarde, en otro febrero caluroso en Sudamérica, el tenis y la vida les tenía otra invitación para compartir, la primera convocatoria a formar parte de la Selección Argentina de Tenis YPF para debutar en la serie de Copa Davis ante Noruega.

Ya no es uno de los G3 al que debían llevarlo sus padres en el interior de la Argentina, pero es un nuevo viaje, un nuevo torneo y una nueva competencia que los vuelve a reunir, como en sub-12, cuando ganaban juntos en dobles.

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