La exigencia de Verstappen a Red Bull en medio del escándalo por la maniobra de Antonelli ante Norris

El campeón mundial reaccionó pese al comunicado de su equipo, que desestimó que el italiano se hubiese dejado pasar en Qatar

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Max Verstappen tiene una buena
Max Verstappen tiene una buena relación con Kimi Antonelli y le pidió a Red Bull una disculpa pública al joven de Mercedes (REUTERS/Jennifer Gauthier)

La presión mediática y las reacciones en cadena dentro de la Fórmula 1 han vuelto a quedar expuestas tras la reciente controversia que involucró el joven piloto italiano, Kimi Antonelli (Mercedes), el pasado domingo, cuando por un error fue superado por Lando Norris (McLaren) en el final del Gran Premio de Qatar. Max Verstappen, rival del inglés por el título, le pidió un gesto a su equipo, Red Bull, para ponerle un punto final al asunto.

El episodio se desencadenó durante las últimas vueltas del Gran Premio de Qatar, cuando Antonelli, al volante de su monoplaza, logró resistir los embates de Norris. El británico, a bordo de su McLaren MCL39, enfrentaba dificultades tras un posible daño en el suelo del coche, lo que complicó aún más su desempeño en Lusail. A pesar de contar con el DRS abierto en la recta, Norris no consiguió reducir la distancia con el W16 de Antonelli, quien se mantuvo inalcanzable hasta la penúltima vuelta.

En ese momento, un error de Antonelli en una curva donde entró muy abierto, atribuido en parte al desgaste de los neumáticos de su vehículo, permitió que Norris, con neumáticos más frescos, aprovechara la oportunidad para adelantar y sumar dos puntos valiosos en la lucha por el campeonato. Este incidente, lejos de quedar como una simple anécdota deportiva, se transformó en el detonante de una ola de críticas y amenazas dirigidas al piloto italiano, quien no tenía relación alguna con las acusaciones que surgieron posteriormente.

Helmut Marko fue uno de
Helmut Marko fue uno de los primeros que acusó a Kimi Antonelli y luego debió retractarse (REUTERS/Jeenah Moon)

La situación se agravó cuando Helmut Marko, asesor de Red Bull, sugirió que Antonelli había dejado pasar deliberadamente a Norris. La falta de una rectificación inmediata por parte de Marko y del equipo austriaco alimentó la campaña de desprestigio en redes sociales.

Toto Wolff, jefe de Mercedes, manifestó su descontento con la situación. No obstante, el mayor foco de controversia recayó sobre Marko, cuya acusación infundada y tardía retractación intensificaron la presión sobre Antonelli. El joven piloto, visiblemente afectado, optó por aislarse y cambió su foto de perfil en Instagram por una imagen completamente negra, un gesto que evidenció el impacto emocional de los ataques recibidos.

El lunes Red Bull emitió un comunicado en el que negó que Antonelli hubiese actuado de forma deliberada y repudió el hostigamiento que sufrió en las redes sociales. Marko, aunque con retraso, se retractó y reiteró que el adelantamiento fue consecuencia de un error y no de una acción deliberada.

El comunicado de Red Bull
El comunicado de Red Bull negando que la acción de Antonelli fue deliberada y repudiando el hostigamiento que sufrió el joven italiano (@redbullracing)

Sin embargo, Verstappen reaccionó y su intervención resultó decisiva. El tetracampeón del mundo, le pidió a Red Bull que ofreciera una disculpa pública a Antonelli, quien es considerado su gran amigo. La información fue publicada por el sitio especializado F Uno Analisitecnica y confirmada por el periodista italiano, Leo Turrini, quien cubre la F1 desde hace varios años.

Mercedes, por su parte, prometió acciones legales contra quienes difundieron mensajes difamatorios contra Antonelli, en un intento por frenar la escalada de hostigamiento en redes sociales. Este episodio ha puesto de manifiesto la necesidad de que los protagonistas de la F1 actúen con mayor responsabilidad en sus declaraciones públicas, especialmente en un entorno donde las redes sociales amplifican cualquier comentario sin filtros ni controles efectivos.

La acusación de que un piloto de 19 años haya influido intencionadamente en la disputa por el título mundial, cuando los hechos demuestran que se trató de un error, fue calificada de imprudente. La gestión de la crisis por parte de Red Bull, y en particular de Helmut Marko, fue objeto de críticas, al considerar que declaraciones públicas sin fundamento pueden derivar en consecuencias graves tanto para los implicados como para la imagen del equipo.