El Monte Everest, con sus imponentes 8.849 metros sobre el nivel del mar, ha sido escenario de innumerables gestas de superación humana. Sin embargo, ninguna tan singular como la protagonizada por el alpinista polaco Andrzej Bargiel, quien se convirtió en la primera persona en la historia en escalar y descender la montaña más alta del mundo esquiando sin oxígeno suplementario. Este logro, que desafía los límites del montañismo extremo, reportado en detalle por EuroNews, marca un hito sin precedentes en la disciplina.
Bargiel, de 37 años, inició su descenso desde la cima del Everest a las 15 del lunes, tras una ascensión de cuatro días marcada por condiciones extremas. En la cumbre, grabó un mensaje para sus seguidores: “Estoy en la cima de la montaña más alta del mundo y voy a descenderla en esquís”, reportó desde allí a través de sus redes sociales.

Un descenso histórico
La travesía lo llevó a través de la temida zona de la muerte, situada por encima de los 8.000 metros, donde la concentración de oxígeno es apenas un tercio de la habitual y la supervivencia humana se vuelve insostenible por periodos prolongados. Bargiel y su guía, Dawa ‘Speed’ Sherpa, quedaron atrapados en esa región durante 16 horas debido a intensas nevadas, una situación que el propio alpinista describió como “potencialmente mortal, incluso con oxígeno suplementario”.
El descenso, que se extendió durante dos días, incluyó una parada nocturna en el Campamento Dos, a 6.400 metros, cuando la oscuridad impidió continuar con los esquís, detalló Daily Mail. Al amanecer del martes, Bargiel retomó la marcha y alcanzó el Campo Base a 5.364 metros, completando así un trayecto de 3.500 metros de desnivel. Uno de los tramos más peligrosos fue el paso por el Khumbu Icefall, un laberinto de 2,57 kilómetros de grietas y bloques de hielo en constante movimiento.
Para sortear este obstáculo, contó con la asistencia de un drone pilotado por su hermano, lo que le permitió navegar el trayecto sin necesidad de cuerdas ni de quitarse los esquís, una hazaña que solo había logrado antes el esloveno Davo Karnicar en el año 2000, aunque utilizando oxígeno.

Un récord casi imposible en la cima del mundo
EuroNews subraya que, aunque más de 6.000 personas alcanzaron la cima del Everest, menos de 200 lo han hecho sin oxígeno suplementario y ninguno había intentado descender esquiando. Bargiel ya había intentado esta proeza en 2019 y 2022, pero debió abandonar por un bloque de hielo colgante y por fuertes vientos, respectivamente. “La ascensión fue difícil porque otras expediciones están cerradas en esta época del año. Es increíblemente alto. Hay que estar muy bien preparado para poder funcionar durante 16 horas por encima de los 8.000 metros”, relató Bargiel a Red Bull, citado por el Daily Mail.
El reconocimiento a la hazaña no tardó en llegar. Al regresar al Campo Base, Bargiel fue recibido con una khata tibetana, una bufanda tradicional que simboliza respeto en los grandes momentos de la vida. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, celebró el logro en redes sociales con el mensaje: “¿El cielo es el límite? ¡No para los polacos! Andrzej Bargiel acaba de descender el Everest esquiando”.
La trayectoria de Bargiel: récords y montañas conquistadas
El contexto de este récord mundial se enmarca en una carrera personal de Bargiel por conquistar los picos más altos del planeta de una manera inédita. En 2018, se convirtió en el primer ser humano en descender el K2 esquiando, una montaña considerada la más letal del mundo, con una tasa de mortalidad del 13% al 15% entre quienes la intentan. En 2023, sumó a su palmarés el descenso en esquís de las cuatro cumbres de más de 8.000 metros del macizo del Karakórum. Hasta la fecha, esquió seis de los catorce “ochomiles” del planeta, todos sin oxígeno suplementario.

Mientras el Everest sigue siendo escenario de gestas deportivas, enfrenta también un grave problema ambiental. Décadas de montañismo comercial han convertido la montaña en el vertedero más alto del mundo. Solo en 2023, al menos 600 personas escalaron la cima, lo que agravó la acumulación de residuos, especialmente en el Campamento Dos. Nepal exige desde hace cinco años un depósito de USD 4.000 por equipo, reembolsable si cada a USD 100 por cada kilogramo no recuperado.
De acuerdo con la Sagarmatha Pollution Control Committee, en 2017 se retiraron 25 toneladas de basura y 15 toneladas de desechos humanos, aunque solo la mitad de los escaladores cumple con la cuota. Muchos prefieren perder el depósito, que resulta insignificante frente a los USD 20.000 a USD100.000 que cuesta la expedición. Ang Tsering Sherpa, expresidente de la Asociación de Montañismo de Nepal, considera que la solución pasa por crear equipos dedicados exclusivamente a la recolección de residuos.
El desafío que representa el Everest no termina para Bargiel. Su objetivo es convertirse en el primer alpinista en descender esquiando los catorce picos de más de 8.000 metros del mundo, una meta para la que ya ha recorrido buena parte del camino.
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