Conoció a Francisco cuando estaba en las Inferiores de San Lorenzo y asegura: “A mí el Papa me iluminó, me dio suerte”

Gonzalo Ramírez surgió de las Inferiores del Ciclón y participó de varias misas y charlas con Jorge Bergoglio antes de que fuera ungido Sumo Pontífice. Al año, debutó en Primera: “Fue una emoción muy grande conocerlo”

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Uno de los trofeos que
Uno de los trofeos que obtuvo en El Salvador

El destino unió a Julio Gonzalo Ramírez y Jorge Bergoglio en 2009, cuando el futbolista era parte de la Sexta División de San Lorenzo y el entonces arzobispo participó de una ceremonia en la Capilla Lorenzo Massa, donde les dio el sacramento de la Confirmación a jugadores de la pensión, entre los que se encontraba el mediocampista entrerriano y el delantero Ángel Correa, campeón del Mundo con la selección argentina en Qatar 22.

El Sapo Ramírez tuvo el honor de estar cerca de Bergoglio durante tres misas que el ex Sumo Pontífice ofició ante los juveniles sanlorencistas. El recientemente fallecido papa Francisco era un gran apasionado por San Lorenzo de Almagro. Era socio del club desde 2008 y mantuvo su amor por los colores azulgrana a lo largo de su vida.

A mí me dio suerte conocerlo (a Bergoglio), porque luego de haber estado con él, al otro año debuté en la Primera de San Lorenzo. A mí me iluminó. Y algo me habrá dejado, ya que fui el primero en debutar de esa camada de jugadores que estuvimos con él”, remarca Ramírez, quien se encuentra jugando en el Dragon FC, de la máxima categoría de El Salvador.

El oriundo de Villaguay, Entre Ríos, llegó al Ciclón en el 2009 desde su ciudad natal. Estuvo dos años en las Divisiones Inferiores, donde brilló por su desequilibrio y velocidad, hasta que el entrenador Omar Asad lo mandó a la cancha contra Quilmes en el Nuevo Gasómetro, partido que terminó con derrota por 2-0. En la máxima categoría, Ramírez jugó 12 partidos en dos periodos, entre el 2011 y 2013, y en la temporada 2014/15. “No fueron los mejores momentos de San Lorenzo en lo futbolístico, peleando el descenso en el 2012, pero me quedaron los mejores recuerdos”, sentencia el futbolista de 32 años en diálogo con Infobae.

Tras debutar en San Lorenzo,
Tras debutar en San Lorenzo, uno de los clubes en los que jugó fue Sportivo Belgrano

Tras su paso por Boedo, se fue a Almagro hasta que le tocó pegar el salto al fútbol griego. Después, desandó el camino del Ascenso argentino, vistiendo las casacas de Defensores de Pronunciamiento, Sportivo Belgrano, San Martín de San Juan y Central Norte de Salta antes de este presente en Centroamérica.

- ¿Qué de tu vida, Gonzalo?

- Estoy en El Salvador jugando en el club Dragón en la Primera División. Estamos tratando de aprovechar lo último que nos queda.

- ¿Cómo es jugar en el futbol salvadoreño después de haber estado en el argentino?

- Es mucho el cambio. No es un fútbol muy profesional como el de allá (Argentina). La verdad es que en su momento me surgió la oportunidad y la aproveché. Estaba jugando en Sportivo Belgrano y surgió esta posibilidad, así que preferí venirme para acá.

- Cuando decís que no es muy profesional, ¿a qué te referís?

- Hay muchas diferencias con el fútbol argentino. Por ejemplo, en las concentraciones o en los entrenamientos, pero en lo económico es mucho mejor. Por ahí falta un poco de infraestructura, remodelar los estadios que han quedado viejos. No hay mucha capacidad en los estadios y no están muy bien mantenidos. Les faltan algunas cosas.

- ¿Pero se llena el estadio durante los partidos que disputan de local?

- Acompaña un poco el público, pero no es como estamos acostumbrados en Argentina. Va la gente, pero no como allá, no acompaña tanto. Aparte, también acá hace mucho calor; es distinto. Acá se juega a las tres de la tarde y hace casi 40 grados de temperatura y se siente el agobio; se siente mucho.

- ¿Y cómo es la vida en El Salvador?

- Una vida tranquila. Hay distintas culturas, se puede vivir bien, es tranquilo. El club donde estoy ahora no es uno de los más grandes, pero es conocido, es popular. En la ciudad donde vivo se puede estar tranquilo. Es diferente a los equipos argentinos, porque si estás en un club grande, no podés vivir tranquilo. No tenés paz. Acá todo es más tranquilo.

Bergoglio, en una de las
Bergoglio, en una de las misas con juveniles del Ciclón. En la de la foto, Ángel Correa, campeón del mundo con Argentina, recibió la Confirmación

- ¿Te pudiste adaptar a las comidas, al estilo de vida, a la cultura salvadoreña?

- Sí, sí, estoy desde hace un año acá, y por suerte me pude adaptar a todo eso. Tampoco es muy distinto. Ellos (salvadoreños) comen con mucho picante y cosas así. Por este motivo, prefiero cocinarme yo, digamos, para cuidar un poco más la alimentación.

- ¿Estás acompañado o solo?

- Mirá, acá estamos en una casa con otro compañero argentino. Para mí es mucho mejor, así no estoy tan solo. Así que, bueno, la llevamos bastante bien, por suerte.

- ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol?

- Estuve casi 10 años en Buenos Aires porque soy de Entre Ríos. Llegué a Sportivo Barracas, que estaba en la D. Después, por suerte tuve una prueba en San Lorenzo de Almagro a los 15 años, y tuve la chance de quedar fichado. Estuve durante dos años y pude debutar en Primera División. De esta manera comencé mi carrera deportiva. Llegué con edad de Sexta División. Cuando estuve en Quinta, por suerte tuve la chance de subir a Primera. Fueron dos años en las Divisiones Inferiores. Después, tuve la chance de debutar de la mano de Omar Asad, el Turco. Yo debuté antes que Ángel Correa, soy más grande que él. Debuté dos o tres años antes que él.

- ¿A qué edad debutaste?

- Yo debuté a los 17. Fue medio un poco de suerte también, viste, porque justo se dio la casualidad de que en un partido de Quinta estaba el Turco viendo el partido, y ahí me convoca.

-Tenés una historia linda con Jorge Bergoglio. ¿Cómo lo conociste?

- En una misa que hicieron en San Lorenzo con varios chicos de la Sexta división, entre ellos, Ángel Correa. Igualmente, fueron tres misas las que estuvimos con él y fui bendecido por el futuro Papa Francisco sin saber que iba a hacerlo (risas). Así lo conocí.

- ¿Qué te acordás de aquel primer encuentro?

- Fue hace bastante. Justo él daba misas en una iglesia de Flores, y como era hincha de San Lorenzo, nos dio tres misas. Estuvimos un rato con él, compartimos momentos lindos que quedaron para el recuerdo. Nadie iba a pensar que él iba a ser el Papa, pero fue algo muy lindo para nosotros.

- ¿Tomaste la confirmación con él?

- No, no, no, yo la confirmación no la tomé, sí Correa, pero fui bendecido por Bergoglio en esas tres misas que compartimos. Él habló bastante, me acuerdo de eso. Y fue lindo conocerlo.

- ¿Vos y Ángel Correa fueron los únicos bendecidos por Bergoglio?

- No sé si alguno más estaba ahí. Creo que también estaba Leandro Navarro, la Bomba Navarro. Creo que todavía anda jugando en Chile. Estuvo un poco más tiempo.

- ¿Hacía mención a San Lorenzo?

- Sí, se la pasaba hablando de San Lorenzo y su amor por el club, obvio. Ahí estábamos todos los chicos y me acuerdo justo de que Ángel fue uno de los que tomó la Confirmación y la Comunión con él.

- ¿Tomaste alguna vez la Confirmación?

- Sí, sí, sí, tengo Confirmación y Comunión, las dos. Pero no con Jorge Bergoglio.

- Al enterarte de que se convirtió en Papa Francisco y que lo habías conocido, ¿cómo lo tomaste?

- Siempre lo cuento en mi casa. Todavía no puedo creer que estuve con él y que luego se haya convertido en el Papa Francisco. En ese momento, no tomé magnitud de conocerlo, pero mirá qué grande fue la casualidad y por suerte lo pude conocer. Fue una emoción muy grande haberlo tenido tan cerca las tres veces que lo vi, que me haya tocado la cabeza y el poder hablar con él. Lo pudimos saludar.

- ¿Por qué fueron elegidos ustedes para estar con Bergoglio?

- No, no es que fuimos elegidos, digamos, fuimos porque estábamos bien en el campeonato de la Sexta, y nos dio varias misas como para desearnos que fuéramos campeones, qué al final lo logramos, pero no es que fuimos solamente dos o tres personas.

- ¿Después le perdiste el rastro o lo volviste a ver en el club?

- La verdad es que después le perdimos el rastro, porque me fui de San Lorenzo por un año. No lo volví a ver, aunque no supe si él seguía teniendo relación con San Lorenzo. Haber estado ahí cerca de él, haber podido hablar un poquito con él... Esos recuerdos van a quedar.

- Algunos dicen que tenía una energía especial cuando estabas cerca de él

- A mí me dio suerte conocerlo, porque luego de haber estado con él, al otro año debuté en la Primera de San Lorenzo. A mí me iluminó y algo me habrá dejado, ya que fui el primero en debutar de esa camada de jugadores que estuvimos con él.

- ¿Cómo siguió tu carrera después de San Lorenzo?

- Después de debutar en Primera, me fui a Almagro, donde estuve un año. Volví a San Lorenzo, pero no me dieron la posibilidad de continuar y me fui casi un año al Panserraikos FC de Grecia. El fútbol de allá es muy lindo. La cultura también, pero bueno, tuve una desgracia con gente que no me acompañó bien y me tuve que volver. La verdad es que fue una experiencia linda, pero a la vez media mala, digamos.

En El Salvador, Ramírez, de
En El Salvador, Ramírez, de 32 años, vive con un compañero argentino

- ¿Qué pasó?

- Me llevó un representante que le pidió plata al club griego para que yo siguiera jugando. La verdad es que venía jugando bien todos los partidos, y de un día para otro, me dijeron que tenía que regresar a Argentina y hablar con mi representante. Al final, no lo vi nunca más. Eso perjudicó mi carrera, porque después estuve seis meses parado y me costó conseguir un nuevo club. Tuve que arrancar de nuevo.

- ¿Fue el mismo representante que te llevó a San Lorenzo?

- No, fue otro. La verdad es que ya no lo quiero ni nombrar, pero la verdad que me perjudicó en mi carrera ese señor.

- ¿Después de Grecia dónde continuaste?

- De Grecia volví a la Argentina. Estuve en el club Defensores de Pronunciamiento durante un año y medio. Volví a Sportivo Belgrano y me fui tres temporadas a San Martín de San Juan. Luego, pasé a Central Norte de Salta durante un año y ahora estoy en El Salvador.

- ¿Tenés ganas de volver a San Lorenzo en algún momento?

- Me encantaría, obvio que sí, siempre fue mi sueño, pero la verdad es que no se dieron las oportunidades. Nunca más volví al club. Hoy no está pasando por una buena situación San Lorenzo. A mí nunca me pasó algo parecido, pero en todos los clubes hay cosas de esas que no se ven.

- ¿Fuiste parte de esa época en la que San Lorenzo estaba peleando el descenso con Ricardo Caruso Lombardi como técnico?

-Claro, claro, sí, sí, yo estuve con Caruso, estaba ahí. Estuve en las dos finales de la Promoción. Fue un momento difícil del club. Capaz, si me hubiese tocado en otra situación, sería otra la historia. Pero, bueno, me tocó pasar por esa.

- ¿Cómo se vivieron esos partidos decisivos puertas adentro?

- Ah, ¿sabes lo que fue todo eso? Fue fuerte, pero bueno, había que jugarlos. Lo que me acuerdo es que estábamos muy nerviosos. Por suerte, salió todo bien y nos quedamos en Primera.

- ¿Sufriste en esos días?

-Sí, no te da ni idea. Yo tenía 17 años, ¿sabés lo que era entrar al vestuario, con jugadores de experiencia? La mayoría de los jugadores que estaban en San Lorenzo eran todas figuras. Los grandes le pusieron el pecho a la situación y lo sufrían más todavía, porque bueno, creo que, con las carreras que tenían, no querían estar en esa situación.

- ¿Creías que se le iba a dar el hecho de salvarse del descenso?

- Sí, estábamos confiados en que íbamos a salir de eso, la verdad, porque en un momento nos agarró una racha de varios partidos ganados y todo. Después, bueno, nos acompañaron los resultados. Por suerte se dio.