
Carlos Alcaraz revolucionó a sus fanáticos al revelar los viajes que realizó para participar de fiestas en Ibiza, en la antesala de algunos de los torneos más importantes de su carrera. Sin dudas, se trató de una decisión que generó tensiones dentro de su equipo técnico y que cuestiona su enfoque frente a las exigencias del tenis profesional.
En el documental Carlos Alcaraz: A Mi Manera, una serie de tres capítulos producida por Netflix, el número tres del planeta admitió que, semanas antes de conquistar su primer título en Wimbledon en 2023, pasó “tres días de fiesta en la isla española de Ibiza". Y el viaje, realizado tras su derrota en semifinales de Roland Garros ante Novak Djokovic, fue recibido con recelo por su entorno.
“Intenté explicarle que quizá no fuera buena idea ir a Ibiza tres o cuatro días de vacaciones cuando tenía Queen’s la semana siguiente y luego Wimbledon”, comentó su agente Albert Molina en el largometraje. Sin embargo, Charly decidió continuar con sus planes: “En Ibiza, no voy a mentir, todo es fiesta y salir”, dijo el joven de 21 años. “No digo que ganara por la fiesta, pero esos días fueron buenos para mí”, argumentó.
El resultado fue inesperado: tras su regreso, Alcaraz ganó el certamen de Queen’s y posteriormente el Grand Slam del Reino Uniod, venciendo a Nole en una final inolvidable.
La situación se repitió en 2024. El murciano regresó a la reconocida ciudad de las Islas Baleares antes de iniciar la gira sobre césped, pese a la oposición de su equipo. Esta vez, los efectos no fueron los mismos: fue eliminado prematuramente en el torneo de Queen’s por el británico Jack Draper.
“Puede salir de fiesta si quiere, puede escaparse. Pero que no lo haga antes de prepararse para un Grand Slam”, advirtió su preparador físico Alberto Lledó. En la misma sintonía, su entrenador personal, Juanjo Moreno, fue más contundente: “Está siendo egoísta en el presente con su futuro”.

El documental expuso la tensión entre la necesidad de Alcaraz de vivir como un joven de su edad y las demandas del tenis de alta competencia. Por lo tanto, su entrenador, Juan Carlos Ferrero, campeón de Roland Garros en 2003, expresó dudas sobre el compromiso del jugador con el sacrificio necesario para alcanzar la cima. “Es tan diferente a Djokovic que me hace dudar de si realmente puede ser el mejor de la historia”, analizó el español, al tiempo que Charly reconocía sus propios límites: “No me cuido tanto, paso muchos días disfrutando de la vida. Quizás más de lo que debería. Pero quiero hacerlo a mi manera”.
Por otro lado, en las últimas horas la figura internacional puso en duda su participación en el Masters 1000 de Madrid porque todavía no está totalmente recuperado de la lesión muscular que sufrió el pasado domingo en la final del certamen de Barcelona, ante el danés Holger Rune.
El ganador de cuatro Grand Slam postergó al jueves su decisión definitiva una vez se reúna con su cuerpo médico y analice sus sensaciones. “Me hice unas pruebas el lunes y estoy a la espera. Pensaba que iba a estar mejor. El jueves, con todo el equipo decidiremos como sigue. Está en duda la participación. Hay que escuchar el cuerpo. Hablaré con el equipo médico y veré lo que dice el cuerpo. Madrid es un sitio especial para mi y haré todo lo posible para poder jugar”, dijo en el programa el popular programa televisivo El Hormiguero.
