El Clásico Regio entre Tigres de la UANL y Rayados de Monterrey, correspondiente a la jornada 15 del Clausura 2025 de la Liga MX, no solo entregó emociones dentro de la cancha, sino que fue escenario de un enfrentamiento particular que captó la atención de todos: el duelo entre Sergio Ramos y Nahuel Guzmán, dos figuras emblemáticas que protagonizaron un momento inolvidable.

El estadio Universitario fue testigo de un partido cargado de intensidad y tensión. La primera mitad pasó sin grandes oportunidades, pero en el segundo tiempo, el encuentro cambió radicalmente a los 50 minutos gracias a un penal sancionado en favor de Rayados tras un error de Diego Lainez, que terminó siendo expulsado. La oportunidad recaía en Sergio Ramos. El español, conocido por su sangre fría, se preparó para enfrentar a Nahuel Guzmán, un arquero que ha construido su reputación a través de una fuerte personalidad y una dosis de juego mental sobre el césped.

Cuando el ex Real Madrid colocó el balón en el punto penal en medio de la presión de la afición local, el argentino inició su ya característico teatro psicológico. En un gesto inusual, decidió darle la espalda al español, recorriendo su portería de lado a lado mientras bailaba y brincaba. La escena se extendió por cerca de dos minutos debido a la expulsión de Lainez, un tiempo que Guzmán aprovechó para intentar desestabilizar la concentración del defensor ibérico.

Ramos, lejos de dejarse intimidar, respondió con una sonrisa y un gesto desafiante, aparentemente anunciándole al arquero que intentaría “picar” el balón y que tuviera cuidado. La tensión aumentaba mientras la mirada de toda la afición y los jugadores en el campo se fijaba en los dos protagonistas. Finalmente, con una ejecución precisa y sin titubear, el defensor disparó el balón ajustado al poste, imposible para Nahuel, quien no logró detener el disparo a pesar de su teatralidad.

La celebración de Ramos fue igual de significativa. Imponiendo su estilo personal y replicando el famoso festejo de salto impulsado por su amigo Cristiano Ronaldo, el español celebró con euforia junto a sus compañeros en un gesto que silenció por un momento al público felino.

También dedicó una mirada desafiante hacia el arquero argentino, reforzando que no había sido afectado por el intento de desconcentrarlo.

El tanto de Ramos significó la primera ventaja del encuentro para Rayados y su debut goleador en un Clásico Regio, un momento especial que fue celebrado ampliamente por sus seguidores en redes sociales. Sin embargo, la alegría para los visitantes fue efímera. Tigres, liderado por un inspirado Sebastián Córdova, empató el marcador al minuto 90 con un espectacular tiro libre, y Nico Ibáñez selló la remontada en el tiempo agregado con un certero cabezazo. El 2-1 final desató la euforia de los locales, que consolidaron su cuarta posición en la tabla y dieron un paso firme hacia los puestos directos de liguilla.

Más allá del marcador, el Clásico Regio número 140 dejó huella por momentos como el enfrentamiento entre Ramos y Guzmán, una pequeña batalla dentro del gran contexto del partido.