Guillermo Vilas, el hijo dilecto y la nave insignia del Náutico Mar del Plata

Existe una relación intrínseca entre la institución marplatense y el mejor tenista argentino de la historia. El homenaje a través de los objetos y los recuerdos

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La estatua de Guillermo Vilas
La estatua de Guillermo Vilas en el ingreso de la institución marplatense (Crédito Club Náutico de Mar del Plata)

Se trata de un vínculo inseparable que une a la cuna del campeón con el legendario deportista argentino. Una historia que nació el mismo 17 de agosto de 1952, cuando su madre Maruxa lo dio a luz en el Instituto del Diagnóstico de Buenos Aires. Un lazo indisoluble que el club trata de mantener vívido en su interior y para toda la comunidad, en lo que pasó a denominar el Espacio Vilas, del Náutico al N° 1.

“Para el club, haber sido el lugar en donde se inició y se formó Guillermo Vilas en sus primeros años nos llena de orgullo y, por eso, Guillermo se convirtió en un embajador deportivo del club”, dice el actual presidente de la institución, Juan Agra.

El Náutico siempre lo tuvo presente a Guillermo, le puso su nombre a la cancha principal y en 2012 se instaló la escultura dedicada a él, la del “revés argentino”, que hoy se luce en el ingreso al club. Más en el interior de las instalaciones, frente al sector de tenis, el club guarda los preciados recortes de la historia de quien se convirtiera en su nave insignia, allí se levanta el Espacio Vilas. Un camino que recorre los diferentes momentos de la vida del mejor tenista argentino de todos los tiempos y uno de los cinco mejores deportistas argentinos del Siglo XX, junto con Maradona, Fangio, Monzón y De Vicenzo.

Diciembre 1974. Guillermo Vilas en
Diciembre 1974. Guillermo Vilas en el Náutico poco después de ganar el Máster. Con pullover naranja, Facundo Capparelli. El otro joven es Thierry Quintin (Foto gentileza Familia Capparelli)

El Gran Willy estuvo muy presente en el aspecto social, en su relación con la comunidad y los demás socios. Familias, amigos, conocidos, todos compartían espacios y festividades. Al regreso de sus viajes, quien se convertiría en una de las principales figuras del tenis mundial, regresaba a compartir con su club y con su gente. Así lo hizo una y otra vez, como cuando volvió de Australia, luego de ganar el Masters de 1974 ante el rumano Illie Nastase.

Allí estaban quienes habían compartido con él sus primeros pasos, los juegos de niños y el aprendizaje del juego con la raqueta, hasta poder ingresar a pisar el polvo de ladrillo de las canchas de tenis y pasar la pelotita por encima de la red.

El Espacio Vilas en el
El Espacio Vilas en el Náutico

Es por eso que nació la idea de que tanto sus socios, como los visitantes de la ciudad balnearia y los chicos de las distintas escuelas de tenis de Mar del Plata pudieran ver y dimensionar lo que fue Vilas para el deporte argentino y para el tenis a nivel mundial. “Esto es apenas una muestra de reconocimiento que le podemos hacer a nuestro deportista más destacado”, comenta el presidente.

El proyecto del Espacio Vilas comenzó en 2020, cuando se iniciaron las tratativas entre Daniel La Reina, titular de la escuela de tenis del club, y el periodista e historiador Eduardo Puppo, para tener una muestra permanente de quien obtuviera cuatro títulos de Grand Slam sobre diferentes superficies y extendiera su presencia entre los mejores del mundo por una década.

En ese recorrido, pueden verse en sus vitrinas diferentes raquetas que utilizara Guillermo a lo largo de su carrera, como así también la recordada indumentaria que lo vistiera en aquellos vibrantes años de Roland Garros.

La guitarra eléctrica autografiada por
La guitarra eléctrica autografiada por Vilas

Fotografías en paredes y marcos que van haciendo crecer al pequeño Guillermo hasta verlo coronado como campeón. Los primeros libros de tenis con los que Vilas interactuaba mientras entrenaba con su profe Felipe Locicero y los que el mismo tenista redactara más tarde.

“Guillermo es una persona de gran calidad humana, que se destacó a nivel mundial y, junto con otros grandes de su momento, como Borg y Connors, transformaron al tenis y lo hicieron evolucionar. Así que, para el club, es un enorme orgullo haber sido un poco el iniciador de Guillermo”, dice con satisfacción Agra.

Más raquetas, trofeos, fotos inéditas, tapas de revistas, discos y hasta su guitarra eléctrica autografiada, todo forma parte de esa gran historia, desplegadas en este paseo interior que el Club Náutico de Mar del Plata le dedicara al N° 1, en el museo denominado Espacio Vilas.