
Eddie Jordan, una de las figuras más emblemáticas en la historia de la Fórmula 1, falleció en Ciudad del Cabo, a la edad de 76 años. El empresario irlandés, conocido por su carisma y energía, perdió la batalla contra un cáncer agresivo de próstata y vejiga que se había extendido a su columna vertebral y pelvis. Su familia anunció la noticia a través de un comunicado que resaltó su legado y el vacío que deja en todos aquellos que lo conocieron.
Nacido en Dublín en 1948, Eddie Jordan inició su trayectoria deportiva en el karting, donde ganó el campeonato irlandés en 1971. Posteriormente siguió compitiendo en monoplazas antes de fundar su propio equipo en 1979. Sin embargo, sería en 1991 cuando su visión alcanzó nuevas alturas con la creación del equipo Jordan Grand Prix, que debutó en la Fórmula 1.
Jordan se destacó por su capacidad de identificar talentos. Fue precisamente su equipo el que ofreció a Michael Schumacher su primer asiento en la máxima categoría del automovilismo durante el Gran Premio de Bélgica de 1991. Además del siete veces campeón del mundo, por el garaje de Jordan pasaron otros nombres icónicos como Rubens Barrichello, Damon Hill, Jean Alesi, Heinz-Harald Frentzen, Ralf Schumacher y Giancarlo Fisichella. Bajo su dirección, Jordan logró un total de cuatro victorias y 19 podios en 250 Grandes Premios.
El momento más destacado de la escudería llegó en el Gran Premio de Bélgica de 1998, cuando Damon Hill y Ralf Schumacher lograron un histórico doblete en medio del caos que marcó aquella carrera inolvidable en Spa-Francorchamps.

Aunque el equipo experimentó éxitos destacados, los problemas financieros comenzaron a surgir a principios de los 2000. A finales de 2005, Eddie Jordan vendió su escudería al grupo Midland, marcando el inicio de una serie de transiciones que con el tiempo darían lugar al actual equipo Aston Martin, con sede en Silverstone.
A pesar de haberse alejado de su rol como director de equipo, Jordan nunca se desvinculó del mundo de la Fórmula 1. De 2009 a 2015, trabajó como analista y comentarista en la BBC, desempeñando un papel central en la cobertura de la categoría junto a David Coulthard. Su estilo directo y su visión del deporte capturaron la atención de los aficionados, consolidándolo como un habitual en el paddock. Posteriormente, continuó colaborando con Channel 4 y se convirtió en presentador del programa de televisión “Top Gear” en 2016.
La noticia de su fallecimiento provocó una ola de homenajes por parte de figuras destacadas de la Fórmula 1. Stefano Domenicali, CEO del campeonato, expresó: “Nos entristece profundamente la pérdida de Eddie Jordan. Fue un protagonista único, brillante e inigualable de una era de la F1”. Por su parte, Ralf Schumacher agradeció públicamente a Jordan por haberle dado su primera oportunidad en la máxima categoría.
Jake Humphrey, quien trabajó junto a él en la BBC, destacó en redes sociales cómo, más allá de los triunfos en la pista, “fue su capacidad para conquistar corazones lo que lo convirtió en una auténtica leyenda”. Anécdotas, recuerdos y mensajes de gratitud llenaron las redes sociales, dejando en evidencia el impacto que tuvo Jordan en múltiples generaciones del deporte motor.
Más allá del automovilismo, Eddie Jordan era un apasionado de la música y un talentoso baterista que lideró su propia banda, Eddie and the Robbers. También mostró interés por la navegación y otras actividades vinculadas al mar, siempre abordando sus pasiones con la misma energía y dedicación que desplegó en el paddock.
Jordan, nombrado miembro de la Orden del Imperio Británico, deja a su esposa y cuatro hijos. Su legado como piloto, director de equipo, comentarista y personaje único en la Fórmula 1 será recordado con cariño, mientras que su ausencia deja un vacío irreparable en el mundo del automovilismo.