La violenta barra del Ascenso que participó de la marcha contra el Gobierno y que vive una interna a punto de explotar

La hinchada de Deportivo Merlo estuvo durante las protestas en el centro porteño. Sus frondosos antecedentes y la preocupación por lo que podría ocurrir en el partido del próximo sábado contra Argentino de Quilmes

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La barra de Deportivo Merlo llegando a la marcha contra el Gobierno

La marcha en apoyo de los jubilados que fue motorizada por las agrupaciones de hinchas de varios clubes de fútbol de Capital y el Conurbano sigue dando que hablar. Además de algunos derechos de admisión que se aplicaron a quienes resultaron detenidos, la polémica se instaló en si había sido una movilización copada por los barrabravas o no. En cuanto a la realizada este miércoles, Infobae, tras rastrear varias imágenes, logró dar con una barra completa de un equipo del Ascenso que llegó desde el Oeste bonaerense para sumarse a la movida y que al menos uno de sus integrantes aparece generando disturbios.

Se trata de la barra de Deportivo Merlo, que tiene un historial de violencia muy frondoso y que está actualmente en medio de una interna que podría explotar este mismo sábado a la noche, cuando reciba a Argentino de Quilmes e inaugure un hito para el club que es la iluminación artificial del estadio.

La barra de Merlo llegando
La barra de Merlo llegando a la marcha. El sábado hay preocupación por un posible cruce con la facción disidente

Como se ve en el video que acompaña la nota, la barra llegó con los 25 miembros más importantes hasta la Plaza de los dos Congresos entonando canciones contra Javier Milei. Habían salido cerca del mediodía desde el búnker a dos cuadras del estadio y arribaron a la zona haciendo gala de su poder. Junto a los capos de la tribuna de Deportivo Español, Roberto Cajal y Carlos el Conde Curci, fueron los únicos que se presentaron con toda la jefatura. Su líder es Cristian Migueles alias Peteco, que es un viejo conocido de la Justicia bonaerense. Ya en noviembre de 2016 había sido detenido junto a otros nueve barras por tenencia ilegal de armas de fuego en medio de la interna por quedarse con la tribuna. Aquel día en la previa del partido contra Midland y mientras eran parte de la facción disidente, Migueles y los suyos fueron atrapados con dos pistolas 9 milímetros cargadas y listas para usar; una escopeta de fabricación casera tipo tumbera calibre 16 con un cartucho; dos revólveres 32 con 6 balas cada uno y una pistola ametralladora calibre 22 largo sin numeración con dos cargadores con 25 proyectiles cada uno. Sí, un arsenal. Hecho por el cual fuera condenado seis meses después a la pena de dos años de prisión condicional por el juez de Morón, Carlos Roberto Torti.

Cuando cumplió, Migueles decidió que nada le impediría ser el jefe máximo. Así tras una guerra con quienes detentaban el poder por entonces, los hermanos Zalazar, terminó ganando. Tuvo ayuda con los nuevos vientos políticos: los Zalazar eran tropa del ex intendente y barón del Conurbano, Raúl Othacehé y ahora el municipio estaba en manos de otro peronista, Gustavo Menéndez. Y como había cambiado el patrón, también debía cambiar la barra. Para eso desde el Municipio se dispuso a un hombre fiel, Mauricio Canosa, secretario de Delegaciones de Merlo, para hacer de nexo. Y con la política y la Policía de su lado, Migueles fue por el botín y ganó, aunque la guerra fue tan violenta que los Zalazar lo atacaron a Canosa quién terminó con heridas graves pero se recuperó y logró que condenaran a dos de sus atacantes en noviembre de 2019, en un juicio donde se ventiló toda la relación de los barras con la política.

De campera celeste y gorra
De campera celeste y gorra negra, Leonardo Vildosa, alias el Gordo Leo

Desde entonces, Migueles se hizo fuerte y decidió que todos los barrios que estaban antes en la tribuna no podían volver a la cancha. Y así fue. Hasta que a fines de 2023 los marginados empezaron a reunirse y a plantearle al club que los dejaran ir aunque sea a otra tribuna. “Esto lo tienen que arreglar con Petecoera siempre la respuesta. Y Peteco lo arregló a su manera: con otros cuatro barras apareció por una plaza del barrio El Mirador donde estaba reunida la facción disidente y una lluvia de balas surcaron el cielo. Por esa causa está imputado por tentativa de homicidio.

Junto a él en la marcha se los pudo ver al resto de la cúpula de Deportivo Merlo. Ahí estaban Jonathan Mansilla, también con antecedentes por tenencia ilegal de arma de fuego y atentado y resistencia a la autoridad, Beto Gallati, que viene de pasar un tiempo a la sombra, Leonardo Vildosa, alias el Gordo Leo, que es quien maneja las entradas, tiene la relación fuerte con el club y con el municipio y fue deportado de Brasil durante la Copa América de 2019, Hugo Andrada, empleado de la municipalidad y hermano de una concejal del oficialismo y Diego Fernández, apodado el Ponja, que en un vídeo del canal C5N aparece en medio de los incidentes que se produjeron en la zona de la calle Hipólito Yrigoyen.

Con muscula blanca y el
Con muscula blanca y el número 54, Cristian Migueles, alias Peteco, líder de la barra de Deportivo Merlo

La presencia de estos barras de Deportivo Merlo pasó increíblemente por debajo del radar de los encargados de Seguridad, que en cambio pusieron el ojo en gente equivocada y terminaron sindicando como barras a trabajadores del gremio de los neumáticos, del espacio Memoria, Justicia y Verdad de la ex ESMA y a integrantes del sindicato Asociación de Trabajadores del Estado. De hecho se les impuso derecho de admisión a diez personas de las cuales sólo cuatro aparecen por el momento habiendo tenido alguna infracción a la ley de espectáculos deportivos, tres de ellos por intentar ingresar sin tickets a la cancha, justo cuando son los barras los que acaparan las entradas o carnets, y otro por estar trabajando de trapito.

Gustavo Menéndez con la barra
Gustavo Menéndez con la barra de Merlo. Peteco está en la fila de abajo, en el medio, con campera azul y gorra negra

Volviendo a Merlo, la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte deberá hacer un operativo importante para este sábado a la noche. El partido comienza a las 20 pero al ser un hito de la institución, la facción disidente agrupada en los barrios El Mirador, Matera, Cervantes, América y Loma Grande no quiere quedarse fuera. Y ya avisaron que irán a la cancha. Aseguran que será en paz pero el tema también es cuál será la reacción de la barra oficial cuyo núclo proviene del barrio La 71, Tejedor y Tobal y envalentonada por no haber sido identificada en la marcha, pretende imponer su regla de impunidad. Y con la banca política y policial que tiene, más de uno supone que lo logrará.