Chayas riojanas, la broma al Flaco Traverso y en qué fue un pionero: las mejores anécdotas de Carlos Menem Jr. en el automovilismo

A 30 años de su muerte, el recuerdo de quienes lo conocieron. Cómo se ganó un lugar en el ambiente. De hacer trámites en un taller a ganar en el Mundial de Rally. “Tenía un futuro enorme”, afirman

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Carlos Menem hijo en el
Carlos Menem hijo en el taller donde tuvo su primer equipo entre 1989 y 1990. Detrás, el Renault 18 con el que compitió en sus inicios (Archivo CORSA)

El 15 de marzo de 1995 Carlos Saúl Facundo Menem Yoma murió luego de que el helicóptero que piloteaba impactó en un campo cercano a la Ruta 9, en el kilómetro 211,5, entre Ramallo y San Nicolás. Lo acompañaba Silvio Héctor Oltra, quien también perdió la vida. Ambos se dirigían a Rosario para vivir su pasión, el automovilismo, ya que allí corría el TC 2000. El recordado riojano logró superar los prejuicios por ser el hijo del Presidente y a base de esfuerzo se consolidó en el Rally, esa disciplina que tanto amó. Fue campeón y se destacó a nivel local y llegó a ganar en su categoría en el Campeonato Mundial. También fue uno de los pioneros en la preparación física y tenía un gran futuro.

Heredó el amor por el automovilismo de su padre, quién llegó a disputar ediciones del Rally de la República Argentina. Con 18 años, se animó a la cita mundialista de 1987 en una de sus primeras armas. Fue con un Renault 18 de color rojo con el típico cartel de La Rioja en el parabrisas. Siempre supo lo que quiso y desde sus inicios se codeó con los más experimentados en el mundo de los derrapes.

En sus comienzos estuvo en el equipo de Ernesto Soto, uno de los mejores exponentes de Rally en nuestro país. Era uno más de la estructura y no tenía ningún problema si debía ir a comprar repuestos u otros trámites. Quiso aprender y logró protagonismo. Luego de otras participaciones mundialistas en Córdoba, en 1989 armó su propio equipo y corrió en el Rally Regional. Tuvo como “padrinos” a Juan María Traverso, Miguel Ángel Guerra y Guillermo “Yoyo” Maldonado, quien elogió una condición de Carlitos en sus inicios: “En un chico, recién comienza, y una de las cosas más importantes que tiene es que por ahí acelera más de lo que debe. Para eso es muy fácil, solo tenés que desacelerar. Lo difícil es lo otro, cuando se acelera poco y hay que hacerlo un poco más. Esas condiciones le asignan a Carlitos un muy buen futuro”.

El Rally siempre fue un gran amor de Carlitos. Una vez le preguntaron por qué su elección de esta especialidad en lugar de la pista, más allá de haber demostrado sus condiciones en el asfalto, y respondió: “Me gusta más el peligro, el derrape del auto constante y eso uno lo vive en el Rally”. Infobae habló con tres protagonistas que lo conocieron y cuentan cómo era Menem Jr. arriba y abajo del auto.

Carlos Menem Jr. en el Rally de Lincoln de 1989, junto al Yoyo Maldonado, Miguel Ángel Guerra y el Flaco Traverso (Archivo Prisma)

Derrapes y chayas riojanas

Martín Christie es uno de los navegantes más importantes en la Argentina y corrió con Jorge Raúl Recalde. Quienes van en la butaca derecha cumplen un rol clave ya que son los ojos del piloto pues deben leer la hoja de ruta. Christie acompañó a Menem en el Mundial. “Tuve la suerte de conocerlo a Carlitos en sus inicios en el rally, allá por 1987. Él estuvo en el equipo Ernesto Soto y como yo trabajaba con él ahí estuvimos dos años con Carlitos”.

Era un colaborador más. Era muy agradable conmigo. Nos llevábamos muy bien. Después armó su estructura propia en Buenos Aires y empezó a correr en el Rally Regional. Ahí medio que nos distanciamos y cuando él comenzó a correr en el Mundial con el equipo Top Run nos volvimos a encontrar. Luego también con el Mike Little en la época del Ford Escort”, agrega.

Ya en el Rally Argentino se impuso en el Rally de La Rioja, fue segundo en el histórico Día de la Bandera (Córdoba) y venció en el Rally de Concepción del Uruguay, pero fue desclasificado, lo que lo hizo retornar al certamen Regional, donde logró el título. Mientras tanto, se consagró campeón Sudamericano.

Su ascenso fue de la mano del experimentado navegante Víctor Hugo Zucchini y a esa altura ya había disputado otra edición del Mundial en la Argentina, ya con un Lancia Delta Integrale del Grupo N, también conocido Grupo de Producción. Era la segunda categoría del certamen ecuménico en el que fue tercero en 1992 tras ganar en la Argentina y Portugal.

Celebrando con Víctor Hugo Zucchini
Celebrando con Víctor Hugo Zucchini la obtención del título Sudamericano (Archivo CORSA)

En 1993 pegó el salto a la divisional superior del Mundial, el Grupo A, y corrió con un Ford Escort RS Cosworth con el que fue quinto en la clasificación general en la Argentina. En 1994 fue su última temporada completa y compitió con un con un Escort Cosworth RS Cosworth del equipo de Mike Little. Corrió en Portugal, Acrópolis y Argentina, pero sólo terminó en el segundo, en 11ª posición.

En esa temporada Christie fue su navegante. “En 1994 corrí la única carrera con él porque Zucchini se había quebrado un brazo y Carlitos me llamó desesperado. Me dijo ‘Martín, en tres días tengo que estar en Acrópolis. ¿Vos podés?’ Le dije que sí, lo hablé con Jorge (Recalde) y obvio que no hubo problemas ya que nosotros no hacíamos Grecia. Ahí lo vi a Carlitos arriba del auto y cómo se manejaba en un fin de semana y era muy profesional para esa época del rally. Sobre todo, me llamó muchísimo la atención la hoja de ruta que elaboraba. Era una hoja de ruta muy meticulosa, muy técnica, no era solo poner ‘puro a derecha’ (término del rally). La hoja de ruta que yo armaba tenía cierta similitud, pero la de Carlitos era más ilustrativa. Me llama terriblemente la atención y lo valoré mucho. Hicimos una muy buena carrera”, recuerda.

La experiencia de Christie lo ayudó bastante a Menem Jr. “Solía tener algunos problemas por rotura de suspensión y cosas por el estilo. Entonces esa vez le dije ‘pero con lo que pagan ustedes el auto lo tienen que tener fresco (repuestos nuevos) permanentemente’. Entonces le digo ‘si vos me dejás a mí, yo voy a pedir una caja original, pero que sea nueva y que le cambien toda la suspensión delantera. Me dijo ‘Martín, hacé lo que quieras’. Entonces, trazamos una estrategia y le digo ‘Carlitos, esto es una carrera tipo Endurance. Los autos del Grupo N se rompen y siempre hay que ir tranquilo’. Le pedí al equipo que ‘no le den toda la presión de turbo al auto. Total, acá hay que andar y andar. No es una carrera sprint de 100 kilómetros y cuando probamos el auto en el shakedown (última prueba previa a la largada) y el auto era uno ahí y otro en la carrera. Ya en competencia le digo a Carlitos ‘tenemos que seguir a este ritmo’. Y así fue, ya que anduvimos bien”, destaca Martín quien apunta que Menem “siempre muy abierto para trabajar”.

Largada del Rally de la República Argentina 1992, que ese año se llevó a cabo en Tucumán. Carlos Menem Jr. se llevó el triunfo en el Grupo N del Campeonato Mundial (YT Los viajes de Coco)

Afirma que “fue una pena muy grande su pérdida porque Carlitos me había dicho que después de las Elecciones de 1995 se quería dedicar al Mundial y hacer eso, nada más. Él ya tenía el equipo y todo eso instalado en San Isidro frente al hipódromo. Desgraciadamente falleció. Todo su plan quedó trunco”.

En cuanto a sus cualidades para manejar sostiene que “tenía todas las condiciones. Era un apasionado del rally. No iba solo a correr, sino que se involucraba en todo. Pero, además. Carlitos era un pilotazo. No tengo dudas que podría haber llegado a ganar en el Grupo A (en ese momento la categoría principal del Mundial). Él tenía muy claro este tema de manejar un auto rápido”.

Abajo del auto era una persona simpática y revela una particular anécdota: “A Carlitos le gustaba cantar las chayas riojanas. Sabía dos o tres temas completos. Le ponía mucho énfasis. Lo hacía bien y de forma divertida. Probábamos alguna cosa por el estilo y por ahí salía alguna palabra o alguna frase”. Al respecto apunta que “era muy divertido y simpático. Era el hijo del Presidente, pero en esto del rally era uno más. Era un pibe muy tranquilo, auténtico, muy piola. Era un gusto andar con él en el auto”.

En tanto que subraya su dedicación en el entrenamiento físico, algo innovador para la época en nuestro país: “Era un apasionado por el rally. Desde los 18 años cuando lo conocí que se preocupó mucho por la parte física y también fue un pionero en ese momento en la Argentina los pilotos no se entrenaban mucho en un gimnasio”.

“Yo creo que Carlitos tenía el tiempo, las posibilidades, todos los medios para correr y lo hizo. Manejaba muy bien y se manejaba muy bien también abajo del auto. Tuvo presupuesto, pero todo lo que consiguió fue producto de todo su esfuerzo más allá de su posición”, concluye.

Carlos Menem Jr. confesó su amor por los derrapes y por qué prefiere el Rally antes que la pista (Haciendo Rally)

“Un pibe común”

Miguel Ángel Guerra llegó a la F1 en 1981. Fue múltiple campeón de monopostos en la Argentina y logró el campeonato del TC 2000 en 1989. Acompañó a Menem desde sus inicios hasta sus últimos días. Recuerda que “en ningún momento Carlitos sacó a relucir que era el hijo del Presidente. Eran un pibe común. Se ganó un lugar por condiciones propias porque todo mundo te decía ‘che, pero va bien Carlitos Menem’. Y era así. En el rally se movió muy bien e iba rápido”.

El ex corredor porteño hace énfasis en el uno de los grandes objetivos que se planteó Menem y que fue “ser profesional”. Para estar en el mejor nivel también destaca el trabajo en el físico a diario. “Él hacía gimnasia todo el día. Luego se bañaba, dormía la siesta y como tenía un selecto grupo de amigos le gustaba juntarse a tomar algo, aunque él no bebía alcohol, solo buscaba estar con gente querida y tomarse una gaseosa. Gracias a Dios fui uno de los que estuvo dentro del entorno de él y era muy divertido. A las doce de la noche capaz que sonaba el teléfono en casa y me decía ‘¿vamos a tomar helado a Vía Flaminia?’ Porque le gustaba ir a tomar helado ahí o ir a tomar café a La Biela”.

También hace hincapié en las bromas que en alguna oportunidad les hizo en un fin de semana de carrera: “Agarraba un pomito que era un medicamento que te dan para ir de cuerpo. Cuando desayunábamos vos te dabas cuenta y te lo metía en el café con leche. Un día se lo puso al Flaco Traverso y en uno de los primes (tramos de carrera) tuvo que parar porque no daba más, se re contra cagó encima (risas)”.

Con nostalgia confiesa que “a mi hijo, Lucas (también piloto) lo quería mucho y le hacía un montón de regalos, autos de colección u otros juguetes y se ponía a jugar con él, como si fuese un chico más”.

Menem Jr. y el debut triunfal del Peugeot 405 en el Rally Argentino (Haciendo Rally)

También compartió el equipo internacional que armó en Italia en 1993 que también incluyó al Flaco Traverso. “Nosotros corrimos con los Lancia Delta y Carlitos estaba en una categoría de mayor potencia. Anduvo bien, logró una pole positions y un segundo puesto, pero lo suyo era el Rally. Un día le sacaron la pole en el último segundo y se calentó. Para la segunda carrera tenía asegurada la primera posición. En los boxes lo vio pasar al que justo le había arrebatado la clasificación. Quiso volver a pista y el equipo le insistió para que no salga. No les hizo caso, salió y se la pegó. Esto generó un problema con el equipo Top Run. También tenía mucho futuro en pista y su muerte fue justo cuando había encarado el equipo para correr en el TC 2000″.

Guerra también piensa que nunca abusó de su posición para poder ganarse un lugar en el automovilismo: “Se forjó solo. Logró desarrollar su talento y eso no se lo regala nadie, ni siendo el hijo del Presidente. Obviamente que por ahí le era más fácil conseguir algunas publicidades, pero las condiciones de piloto las tenía”.

Su dedicación y el foco que tuvo en el deporte también le permitieron mantenerse en eje en su trayectoria. “Se dedicaba a este deporte al ciento por ciento. Hizo todo lo que estuvo a su alcance para estar entre los mejores. Tenía un futuro enorme. Pero lo que más me marcó fue su humildad porque todo el día trataba de aprender o ver que tenía que mejorar en rally. Había llegado a un nivel muy importante”.

Carlos Menem Jr. habla luego de su victoria con el Peugeot 405 en 1994 (Haciendo Rally)

El vuelo que no fue

El periodista Néstor Straimel supo ser navegante de Luis Rubén Di Palma en el Rally Mundial en la Argentina 1983. Conoce el ambiente desde hace décadas y también estuvo cerca de Menem. “Tuve mucho trato con él porque era muy amigo del que era su representante y que manejaba todo, Carlos Odón”, comenta.

“Era un muchacho normal y muy amiguero”, apunta y plantea que “dejaba lo que sea por la gente que lo acompañaba siempre. Una vez me contaron que estaba con un amigo en la Quinta de Olivos y este chico le dijo ‘no tengo más cigarrillos’. Carlitos le respondió ‘yo te voy a comprar’ y salió con el helicóptero a comprarle cigarrillos”.

Asevera que “corriendo era bueno, pero alcanzó un fuerte nivel por todo el esfuerzo que le puso. Puso mucha guita para correr y pudo tener los mejores autos de carrera, pero hay que reconocer que con su manejo supo capitalizar esas oportunidades”.

Marzo de 1995: Una de las últimas notas de Carlos Menem Jr. (Haciendo Rally)

Y revela una historia particular: “La noche anterior a su muerte, yo salí del Automóvil Club Argentino (ACA) donde fui a buscar información y él estaba enfrente, en un bar que está ahí en la esquina. Se juntaba con amigos. Me acerqué a saludarlo y me dijo ‘che, tengo lugar mañana para ir con el helicóptero al TC 2000. Si querés te llevo’. Le dije que no, yo ni en pedo me subí a un helicóptero en mi vida...”

Y pese al vínculo de confianza con Carlitos admite que “la única vez en mi vida que entré a la Quinta de Olivos fue para su velorio. Fue un momento triste”.

Carlos Menem hijo hizo su camino al andar en el automovilismo. Empezó desde abajo, trabajando en un taller cuando quizá podría haber pedido todo servido para subirse a un auto de carrera. Se formó, aprendió, se destacó y logró un total de 16 victorias en Rally: tres en el Mundial (Grupo N), dos en el Sudamericano, tres en el Nacional y ocho en Regional. Con su partida se fue un joven de solo 26 años, pero también se truncó una gran trayectoria.

CARLOS MENEM JR.

En sus inicios en el
En sus inicios en el Rally (Archivo CORSA)
En acción el Rally de
En acción el Rally de Argentina en 1987 (Archivo CORSA)
Antes de largar súper prime
Antes de largar súper prime en el Rally de Argentina de 1988 (Archivo CORSA)
Con Zucchini, empujando el Renault
Con Zucchini, empujando el Renault 18 en el Rally de Argentina de 1988 (Archivo CORSA)
En el Rally Regional hizo
En el Rally Regional hizo sus primeras armas a nivel local (Archivo CORSA)
Con los integrantes de su
Con los integrantes de su primer equipo en 1990 (Archivo CORSA)
A bordo del Lancia Delta
A bordo del Lancia Delta Integrale en el Rally de Argentina de 1990 (Archivo CORSA)
De costado con el Ford
De costado con el Ford Sierra RS Cosworth en el Rally de Argentina en 1991 (Archivo CORSA)
Con el Lancia ganador del
Con el Lancia ganador del Grupo N en el Rally de Argentina en 1992 (Archivo CORSA)
Festejando su victoria en la
Festejando su victoria en la fecha mundialista en la Argentina en 1992 (Archivo CORSA)
Con un Lancia en el
Con un Lancia en el Rally de Portugal (Archivo CORSA)
El día que presentó su
El día que presentó su nuevo Ford Escort en 1993 (Archivo CORSA)
A puro derrape en el
A puro derrape en el Rally de Argentina en 1993 con el Ford Escort (Archivo CORSA)
Pasando por un vado y
Pasando por un vado y con el Escort herido en la misma carrera en Argentina (Archivo CORSA)
Degustando una empanada junto a
Degustando una empanada junto a Gabriel Raies, múltiple campeón argentino de Rally (Archivo CORSA)
Con el Ford Escort en
Con el Ford Escort en el Rally de Acrópolis, en Grecia, en 1994 (Archivo CORSA)