
Durante la pasada semana, en el Córdoba Lawn Tenis Club, se disputó el AAT Challenger Santander Edición Córdoba. El segundo certamen de dicha categoría organizado por la Asociación Argentina de Tenis (AAT) en 2025, que contó con un pozo total de 100 mil dólares y le repartió 75 puntos al campeón de singles y a la pareja ganadora en la modalidad de dobles, requirió de una rigurosa producción. La frutilla del postre la colocó Thiago Tirante el domingo cerca de las 15, cuando se coronó campeón en el cuadro de singles y por primera vez en el país, después de vencer a su compatriota Juan Pablo Ficovich en la final, por 6-4 y 6-0.
La puesta en escena en el club anfitrión debe cumplir con las normativas establecidas por la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Entre las cuestiones esenciales para la realización de un evento de tal envergadura se tienen en cuenta: las medidas y el estado de las canchas de juego y de entrenamiento, la atención a los propios protagonistas con factores relevantes como la alimentación, el traslado y el hospedaje, además de un sector dedicado a la prensa y al público que se acerque a atestiguar un alto nivel de tenis.
Un equipo de aproximadamente 100 personas –en el que se encuentran organizadores, cancheros y personal de mantenimiento del Córdoba Lawn Tenis Club, jueces de líneas, ballkids, árbitros de la ATP, jefe de árbitros, supervisor, kinesiólogo y voluntarios– trabajó arduamente a lo largo de la semana para brindar un producto a la altura de las circunstancias.

Los jugadores, que se alojaron en el Hotel Quinto Centenario, ubicado en la calle Duarte Quirós del centro de la ciudad, recibieron hospitalidad para ellos y un acompañante, comidas y servicios de traslado del hospedaje al club ida y vuelta, gestionado por el personal de la AAT. Además, durante la jornada, disponían de manera exclusiva del kinesiólogo oficial, Nicolás Ferrario, un espacio para descansar y un gimnasio de lujo con vista directa al Court 1.
Entre los 64 partidos que acogió el Córdoba Lawn Tenis Club (49 de singles y 15 de dobles) y los entrenamientos se utilizaron un total de 31 cajas de pelotas Wilson Roland Garros. Además, los protagonistas consumieron tres pallets de agua, que suman casi seis mil botellas, 70 packs de bebida isotónica y tres cajones y medio de bananas. En cuanto a las toallas, cada participante estableció dos al inicio de cada partido y, de ser necesario, una extra. Según los registros oficiales del torneo se emplearon, aproximadamente, 700 de ellas.
Los dos encordadores presentes durante los siete días en la sala de jugadores también cumplieron un rol clave. En total trabajaron con 304 raquetas. Juan Manuel Cerúndolo, quien llegó a semifinales, tanto en singles como en dobles, fue el que más acudió a ellos: lo hizo 19 veces.

La AAT organizó su segundo Challenger del año en Argentina y, al igual que en repetidas ocasiones, contrató personal y proveedores locales y de diferentes puntos de la ciudad. Asimismo sus empleados viajaron para aportar en el despliegue logístico y con el fin de brindar el mejor producto posible al público. La acción, en tanto, regresará dentro de un mes y lo hará en un nuevo punto del interior de nuestro país: del 21 al 27 de abril se disputará el AAT Challenger Santander Edición Tucumán.