Como jefe de la barra oficial, Juan Ignacio Lenczicki hacía y deshacía a gusto en el Libertadores de América. Decidía quién ingresaba, por dónde, quién viajaba a los partidos de Copa Argentina y quienes podían concurrir a los asados en el predio de Villa Domínico, tomado como patio trasero de la casa de Los Dueños de Avellaneda, tal como se hace llamar la barra de Independiente. Con esa impunidad creyó que nada podía sucederle, que podía pegarle a la vista de todos en el playón de la popular a tres personas, incluida una mujer a la que le dio un patada tremenda, y que nada pasaría. Pero esta vez el líder de los violentos del paravalancha Rojo tendrá que pagar por sus actos: la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) le aplicó desde este mismo fin de semana y por cinco meses el derecho de admisión tanto para el torneo local como para la Copa Argentina. Y se reserva el organismo público la potestad de extenderlo según lo que ocurra en ese lapso. Es cierto, parece poco para el dueño de una facción que estuvo involucrada en decenas de hechos violentos en el último tiempo, pero algo es algo. De parte de la dirigencia del club, aún no se conoce sanción siquiera del departamento de género de la institución.
El suceso por el que ahora se lo sanciona se produjo el 22 de febrero en la previa del encuentro ante Instituto, último partido de local hasta el momento. Media hora antes del comienzo y tal como se ve en el video que publica Infobae, se produce una gresca en el bajo tribuna y se ve claramente como Lenczicki agrede primero a un socio, Hernán Antonio C. (NdR: Infobae resguarda su identidad) y después corre hasta donde está una mujer, Paola Julieta A. y le propina una agresión tan fuerte que la tumba. Y una vez terminada la faena los hace echar del Libertadores de América-Ricardo Antonio Bochini, como si fuera él quién tiene la potestad de aplicar el derecho de admisión. Insólito. El hecho produjo una movilización de hinchas hacia la sede para protestar, aunque el club no tomó inicialmente ninguna medida. El capobarra en su defensa dijo que los agredidos eran tres personas que estaban bajo los efectos de estupefacientes y que habían pegado e insultado a su hija. Pero además de no ser una justificación aceptable, esa situación tampoco se verifica en las imágenes.
Lo notable es lo que pasó a continuación. La Aprevide tomó nota de todo y le pidió a la Policía Departamental de Avellaneda que hiciera un informe y se verificara si había alguna denuncia sobre el particular. La respuesta fue negativa. Todo podría haber quedado ahí, porque tampoco el club tenía mucha disposición a pedir per se el derecho de admisión pero la agencia de seguridad deportiva dio un paso más: le pidió a la Fiscalía General del Departamento Judicial de Avellaneda si había alguna denuncia por un hecho de violencia en el estadio de Independiente. Y la respuesta fue positiva: el 25 de febrero había ingresado una denuncia aunque no se individualizaba a nadie como presunto agresor. Otra vez podría haber quedado en nada pero con el vídeo de lo ocurrido en mano, se hizo un mapeo de todos los miembros más importantes de la barra de Independiente y saltó la fisonomía del líder. Fue ahí que se tomó la decisión de aplicarle el derecho de admisión.

Lenczicki no es un recién llegado a estas lides. Fue un hombre importante de la zona de Avellaneda-Domínico y Gerli cuando el líder era Pablo Bebote Alvarez. Y cuando éste cayó preso junto a sus seis seguidores más importantes, Lenczicki vio una oportunidad. Primero se alió a otro personaje de la zona, el Tano de Gerli, para tomar la barra y después anudó una alianza férrea con Mario Nadalich, que maneja a toda la tropa del sur de la Capital Federal con asiento en la villa 21-24. Juntos crearon un imperio: primero de la mano del último año de gobierno de Hugo Moyano y después con las nuevas autoridades, con quienes los lazos se hicieron aún más fuertes. A punto tal que cada vez que algún grupo disidente quiso enfrentarlos, el tándem Juani-Mario ganaban todas las batallas. Y fueron echando a los díscolos a la tribuna de enfrente hasta reinar por completo bajo el nombre de Los Dueños de Avellaneda.
En más de una oportunidad hubo denuncia de agresiones o hechos graves de violencia pero siempre quedaron impunes. Esta vez, tras la viralización de las imágenes, a Lenczicki se le impuso el derecho de admisión. En Avellaneda dicen que es apenas una pausa en su reinado, que la alianza con Nadalich está firme y su lugar, bien guardado. Lo cierto es que una silla quedó temporalmente vacía. Y en el mundo barra cuando se da esa situación, siempre hay una larga fila de los que quieren ocuparla. Y a como sea.