La increíble historia del futbolista argentino de 60 años que es furor en España: “Solo entiende mi locura quien comparte mi pasión”

Osvaldo Fabián Iglesias Martín comparte equipo con su hijo, es entrenador de categorías inferiores y superó una lesión de gravedad. Además, tuvo la oportunidad de conocer a Diego Maradona

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Osvaldo Fabián Iglesias Martín se
Osvaldo Fabián Iglesias Martín se mantiene en plenitud jugando al fútbol a sus 60 años (AD La Cabrera)

Yo no soy el típico jugador veterano. Era muy hábil de pequeño, pero de eso perdí, aunque todavía tengo mi punto. Yo parado no puedo jugar. Primero porque no me gusta y, segundo, no tengo la calidad. Yo los partidos los corro. Ese es mi gen. Mis partidos los peleo, los lucho”, se autodefine Osvaldo Fabián Iglesias Martín. Arquitecto de profesión, es un apasionado por el fútbol, que deja la vida en cada pelota, sin importar los dolores y las graves lesiones que tuvo a lo largo de sus 60 años. El argentino, que vive hace 32 años en España, hizo Inferiores en Platense y probó suerte en River Plate, cuadro del cual es hincha, aunque su club en el mundo lo encontró en un pueblo aledaño a la ciudad de Madrid: Agrupación Deportiva La Cabrera.

La institución que viste de verde disputa el certamen Segunda Aficionados, última categoría del fútbol regional madrileño. Allí, el oriundo de Olivos, en la provincia de Buenos Aires, se desarrolla como futbolista desde el año 1992. Además, es director técnico hace 18 años en la misma entidad. Actualmente, se encuentra entrenando a la categoría Benjamines (9-10 años de edad). Sin embargo, Osvaldo tiene claro que no existe ninguna sensación comparada a pisar el césped con los botines puestos y disputar un duelo de fútbol. “El día anterior al partido y cuando juego tengo las mismas sensaciones que cuando tenía 16 años. El mismo nerviosismo”, remarca.

Los argentinos somos así. Para mí, lo primero es mi familia. Es lo máximo, es lo que me ha permitido todo. Pero el fútbol está ahí. Si no hubiera sido por mi familia, yo no hubiera podido hacer esto. Mi mujer, Marisa, que aguanta lo imposible. Y mis hijos, Diego y Nahuel, a los que también les gusta mucho el fútbol. A pesar de tener el 50% de argentinos, tienen la misma pasión por el fútbol. Me apoyan mucho siempre y es fundamental. Después, está la locura mía. Está la frase que dice ´solo entiende mi locura quien comparte mi pasión´. Es así. Los argentinos somos pasionales para el fútbol”, argumenta.

Osvaldo jugó como delantero y
Osvaldo jugó como delantero y mediocampista, aunque actualmente se desarrolla como lateral derecho (AD La Cabrera)

En la adolescencia pasó por las Inferiores de Platense, aunque la travesía duró poco menos de un año. “El problema fue que en esas épocas el fútbol tenía un ambiente jodido. Mi papá era un apasionado del fútbol, jugó hasta los 53 años. Pero nunca le hizo demasiada gracia, siempre me apoyó en todo, pero el ambiente de la época era pesado (Argentina estaba atravesando una dictadura cívico-militar que duró desde 1976 a 1983). Era un ambiente complicado, no era fácil y yo tampoco estaba cómodo”, explica. Así las cosas, optó por seguir su camino estudiando arquitectura, algo que le permitió viajar a Países Bajos gracias a una beca. Posteriormente, después de integrar un equipo de fútbol en la ciudad de Delft, se mudó a España y formó una familia.

En cuanto me falta, busco lo que sea para poder jugar”. Y de esa manera recaló en AD La Cabrera, donde se convirtió en un ícono del fútbol regional español, al punto de que fue premiado por la Federación Madrileña por ser el jugador más veterano en actividad. “El primer secreto, que no es un secreto, es la cabeza. La cabeza nos mueve. Cuando la gente se queja de dolores, obviamente no hay un medidor de dolor, pero si fuera por dolores hace 20 años o más que no jugaría”, remarca.

“Trato de entrenar al 100%. La forma de entrenar no me la tomo como si fuera un profesional, sino como la pasión que es para mí. Yo disfruto tirándome al suelo, robando un balón tirándome, aunque después me duela. Me lo paso bien, no me lo impongo”, narra. A su vez, agrega: “De pequeño era delantero: goleador y habilidoso. Con los años pasé más al medio y fui bajando, hasta que terminé de defensor. A partir de los 40 empecé a jugar de cuatro”.

Y esto le sirvió para convertirse en un especialista en la posición en la que se desenvuelve actualmente, ya que intenta destacarse en la faceta más importante del fútbol: leer el juego. “Intento adivinar e intuir por dónde van a salir los rivales. Me anticipo. Sin anticipación, a esta edad no existís. Como pretendas parar a los pibes que te hacen bicicletas en el uno contra uno, estás muerto. Como los quieras cortar en velocidad, también. Es tener anticipación y estar bien colocado”, comenta sobre las mañas que emplea a la hora de marcar a los más jóvenes.

Osvaldo pasó por las inferiores
Osvaldo pasó por las inferiores de Platense, en una época en la que tuvo que realizar el servicio militar obligatorio. Posteriormente, priorizó los estudios (AD La Cabrera)

A los 36 me rompí el cartílago del fémur. El médico me recomendó retirarme, porque no tenía cartílago. ´Como sigas jugando, a los 40 años vas a tener una fuerte artrosis´, me dijo. Hice un tratamiento conservador y al año y unos meses se me hizo un callo. Con este callo podía jugar, pero me iba a doler. Hasta el día de hoy, estoy. 24 años después, la rodilla esa me duele más cuando estoy inactivo que cuando estoy activo. Después, en mayo de 2024, tuve una tendinopatia severa en el tendón isquiotibial, en su inserción con el isquión. Es un hueso de la cadera en el que tengo un proceso degenerativo, que es como una artrosis. Eso me da dolor y me tuvo 10 meses afuera”, cuenta sobre las graves lesiones que tuvo que atravesar a lo largo de su vida.

Sin embargo, Osvaldo demostró una resiliencia innata para saciar siempre su corazón y jugar al fútbol. Incluso, hoy tiene la oportunidad de compartir cancha con uno de sus hijos. De hecho, en su vuelta tras diez meses de inactividad, logró asistirlo con un centro para que marcara de cabeza. “Jugar con mi hijo es algo especial. El tema es que muchas veces me planteo si yo no lo incómodo a él. Él me dice que no, siempre que no haga tonterías. Yo me imagino que tener a tu papá en el vestuario no debe ser cómodo, él dice que no le pasa. Al final pienso que ya se acostumbró”, argumenta.

“A sus amigos y a él los entrené cuando eran chicos. Incluso, ascendimos un año. A mis dos hijos entrené y con los dos gané el campeonato y ascendimos. Con ellos tengo buenos recuerdos como entrenador también. De casi todos los que están en el equipo hoy, fui su entrenador. Eso es raro. Es incómodo por un lado, pero gratificante por el otro”, narra. No obstante, a pesar de ser el futbolista más experimentado del plantel y ser un referente en el vestuario, Osvaldo se niega a portar la cinta de capitán: “Digo que no porque no quiero condicionar a los técnicos. Si vos tenés al primer capitán que no juega o es suplente, para el técnico es incómodo. Yo prefiero que sean los que puedan tener un puesto de titular. ¿Qué pasa? Que yo llevo casi 32 años y casi siempre fui titular, pero es una decisión que toma el técnico. A mí me gusta ganarme el puesto, no impongo nada“.

Osvaldo tiene una foto con
Osvaldo tiene una foto con Diego Armando Maradona

Osvaldo tuvo la oportunidad de poder sacarse una foto con Diego Armando Maradona. “Tenía un amigo que era parte del programa Ritmo de la Noche. Me crucé a Diego en un camarín y, antes de que me echaran, llegué a pedirle una foto. ´Sí, espérame fiera que ahora vengo´, me dijo. Uno de seguridad me iba a echar porque mi amigo ya no estaba ahí. Entonces, cuando vio que la seguridad me estaba sacando, apareció de atrás y gritó ´eh, esperá fiera, que se quiere sacar una foto conmigo´. Es un recuerdo maravilloso. Me saqué una foto, justo había un señor con una cámara. Lo perseguí toda la semana para que no se olvidara de mí y que la revelara”, cuenta con entusiasmo.

Hablar de Osvaldo es hablar de fútbol en su estado más puro, un símbolo de lo que significa amar este deporte de verdad. No juega por jugar, él siente el fútbol, lo vive, lo respira, y eso es lo que le mantiene en activo, lo que le permite seguir siendo competitivo a su edad. Es reconocido como un ícono del fútbol madrileño ¡Es una leyenda!“, describe Fernando García López, director técnico de AD La Cabrera, sobre lo que representa Osvaldo. “Estoy encantando con la forma en la que me recibieron. Desde un principio siempre fui uno más y me siento muy a gusto en mi lugar en el mundo”, detalla el ahora lateral derecho sobre la institución.

Me levanto a la mañana y lo primero que hago es mirar como salió River. Como muchas veces me tengo que levantar temprano, no me puedo quedar hasta las 3 de la mañana, la hora del partido. Pero si lo dan, lo veo. Lo mismo que la Selección, me levanto para verla”, cuenta el hombre de 60 años, que en cada palabra deja en claro que el fuego de su pasión arde en el amor por el fútbol.