Nico Tagliafico en “Mi Selección”: cómo terminó la secundaria en plena Copa América, por qué Dibu es un “loco necesario” y su lado romántico

El lateral abrió las puertas de su intimidad con Infobae. Los tesoros que guarda de la final del Mundial de Qatar, los detalles de su relación con Caro Calvagni, su perfil como streamer y el futuro de La Scaloneta

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Nicolás Tagliafico y Carolina Calvagni le abren las puertas de su casa en Francia a Infobae. También lo hacen Galo e India, los dos simpáticos e inquietos miembros de su familia, acompañantes permanentes de sus aventuras, con la pelota como guía. A los 32 años, el lateral izquierdo campeón del mundo y de América con la selección argentina mantiene la humildad de aquel joven que sorprendió con su inteligencia táctica y con sus proyecciones en Banfield e Independiente antes de dar el salto al fútbol europeo.

Más allá de aquella primera experiencia en el Murcia cuando todavía pertenecía al Taladro, lleva ocho años ininterrumpidos en el máximo nivel del Viejo Continente. Ajax de Países Bajos y el Olympique de Lyon disfrutaron y disfrutan de su entrega. Lo mismo que los fanáticos de La Scaloneta, que se ven reflejados en su sacrificio y compromiso, que lo empujaron a hacer su aporte para el baño de gloria. Sin embargo, Nico también es el que se bajó del olimpo para ser uno más, para compartir su intimidad y el detrás de escena del ídolo vía streaming con su esposa. El nacido en Rafael Calzada el 31 de agosto de 1992 pasa por el ciclo “Mi Selección” para dejar su huella, como la dejó en los últimos grandes hitos de la Albiceleste.

- Me acabo de dar cuenta de algo. Yo siempre analizo a las parejas y siempre digo: ¿quién mandará en la casa? En esta casa mandan los perros...

- Exacto, mandan ellos. Lo que quieren hacer, nosotros lo seguimos. Son los dueños de la casa porque al final es como que ellos no pueden hablar. Entonces, la única manera de que nos pueden comunicar es: bueno, vamos, vamos para la puerta. Listo. ¿Tienen ganas de salir? Vamos para allá. Dale, vamos. Es corta su vida y nosotros tenemos que tratar de aprovecharlo.

- ¿Cómo estás acá en Francia?

- A ver, siempre es diferente cuando uno se va moviendo. Nosotros comúnmente tenemos que movernos. No sabemos dónde va a ser nuestro futuro. Estamos yendo y viniendo. Y hoy nos encontramos en un lugar donde quizás no nos terminamos de adaptar totalmente al idioma, la cultura y siempre buscamos un poco nuestras raíces. ¿Viste el argentino? Juntarnos a tomar mate, hacer algo y acá, no. Es difícil encontrarlo. Entonces nos cuesta un poco más la adaptación. Después, obviamente en el fútbol uno entrena, uno va, hace su trabajo, por así decirlo, y vuelvo a casa. Pero al final el futbolista tiene mucha parte de su tiempo en casa. Y cuando uno tiene que disfrutar y tiene que sentir de que realmente se siente en casa, es cuando está con la familia y demás. Pero también creo que la vida social es muy importante y hoy acá no nos sentimos así, ¿viste? Pero siempre tenemos la oportunidad de volver con la Selección o cuando tenemos la posibilidad de volver a Argentina o de traer familiares.

- Da la sensación de que post final del mundo se complicó todo: Francia quedó muy marcado con Leo (Messi) en el PSG. A vos no te pasó lo mismo, en tu club te agasajaron. ¿Pero se complicó un poco la relación entre Francia y Argentina o se ve de afuera?

- Creo que se complicó un poco. El 2023 lo sufrí bastante acá, no solo por eso, sino porque también en el club estábamos muy mal futbolísticamente. Entonces costó todo mucho más. Después vinieron también los Juegos Olímpicos, jugamos contra Francia también, es como que fue un poco de todo. Y sí, creo que antes del Mundial no sé si existía esta pica, por así decirlo, entre Francia y Argentina, y post Mundial es como que lo miran diferente a la Argentina.

- Como que no hay mucha onda...

- Hay, yo por suerte estoy haciendo el trabajo bien y la gente me quiere, todo bien, pero cuando la cosa va un poquito mal ahí ya te apuntan. Hay que hacer las cosas bien y listo.

Tagliafico y Caro Calvagni llevan
Tagliafico y Caro Calvagni llevan diez años juntos

- Esta Selección, que ha ganado todo, se va ganando rivales deportivos. Ya tenés como clásico a Brasil, Uruguay, Francia, Italia, Chile; todo tiene que ver con el fútbol...

- Sí, además también nos gusta hacernos los picantes. También es como aprovechar el momento. Hoy estamos en lo más alto. Es como inflar el pecho y decir “acá estoy”. Y un poco genera eso que decís vos, esa rivalidad, ese deseo de ir a jugar contra Argentina o jugarnos a nosotros y tratar de ganarnos y el que nos gane o el que nos enfrente siente que al final es lo que lo que es. Hoy la Selección está en un gran momento y y nos va a tocar también perder. Y ese momento para el rival va a ser el mejor. Hoy el momento es nuestro, y eso también nos genera a nosotros ese deseo de inflar el pecho y decir “por algo nos quieren ganar, ¿no?”.

- ¿Hasta cuándo se puede chapear con ser campeones del mundo?

- Yo creo que nosotros no lo hacemos. Siento que al principio sí fue un impacto muy duro, pero después el jugador de fútbol sigue su vida y tiene que seguir jugando y rindiendo, es como pasar página y seguir. Por ahí, después nos demos cuenta realmente y diremos: ¿lo disfrutamos realmente el momento ese de haber sido campeones y demás? O después con el tiempo... A mí me ha pasado mucho después de haber salido campeón. He hablado con ex campeones del mundo y me dicen “por ahí ahora no te des cuenta lo que está pasando, pero cuando termines tu carrera te vas a dar cuenta de que te van a seguir idolatrando o te van a seguir diciendo campeón, porque una vez que dejas de jugar al fútbol, quieras o no, empezás a ser olvidado, pero vos quedás vigente por esto que lograste, por esta historia”.

- ¿Cuántas veces viste la final?

- Completa la habré visto una o dos veces más.

- ¿Te pasaron cosas lindas cuando la viste?

- No, porque decía: “No puede ser que nos haya pasado esto faltando tan poco. ¿Por qué mierda tuvimos que sufrir tanto? ¿Al final vale la pena, no?”. Pero vos ves del minuto uno al minuto 70 y decís “ya está, apaga la tele porque ya está, ya se terminó”. ¿Cómo puede ser que nos haya pasado eso de sufrir tanto? Al final, son detalles también, porque estamos a una jugada del Dibu de haber sido subcampeones y por ahí hoy vos no me estás haciendo esta nota. Le ha pasado a la generación de 2014 y hoy nos ha pasado a nosotros en 2022 y son detalles que en el fútbol te cambian la historia.

- ¿Viste la previa y todo el partido o solo desde que empieza?

- Sí, la previa está buena porque nosotros no la vimos. Hasta el momento donde estamos entrando al campo, que eso ya también lo viví. Encima en ese momento sentí que era un partido que había que ganarlo. Estaba obsesionado o con el deseo, con la confianza de ganar el partido. Una vez que entrás a la cancha es un partido 11 contra 11. Hay que ganar y creo que se vio en el equipo, porque antes de que termine el primer tiempo era: “Lo que estamos jugando”. Dentro del campo de juego, nos sentíamos sobrados. Cuando estás con esa confianza, las cosas pueden pasar al revés también en un segundo y tenés jugadores como Mbappé, que de un momento para otro te cambian la historia. Después vi también los videos de lo que pasa en el vestuario de Francia, lo que dice él, lo que dice el entrenador, que eso no lo vi hasta después. Y claro, decís “qué locura, cómo de un segundo para otro puede cambiar toda la historia”. Y estuvieron a punto, también. En la que ataja el Dibu cómo sale el banco de Francia corriendo a gritar el gol. Tengo un compañero ahora que estuvo en ese banco, y también esas anécdotas quedan como diciendo “no lo podíamos creer”. Y yo hablo con él y se me ríe, pero tiene la vena acá (señala el cuello), sabés cómo está, una bronca...

- ¿A vos te llegó el cariño de la gente? ¿Te ha cambiado en algo ser parte también de este equipo campeón de todo o no?

- Lo sentí, pero no impactó en mí directamente, porque yo estoy en la Selección desde 2018, que fue el momento en el que estaban todas las cosas mal. Estaban complicadas. Eran cambios de muchas cosas: procesos nuevos, entrenadores, incluso dirigenciales. Fue un proceso duro, ya era la última etapa de los jugadores que habían quedado en 2014. Entonces esa etapa la viví, pero no fue directamente a mí, porque yo era de los nuevos. Era un chico que incluso recién había salido de Argentina y estaba yendo a Europa en 2018, pero me tocó ver sufrir a esa camada. Después empecé desde el inicio, todo el proceso nuevo y la verdad que empezar así de cero es algo muy valioso. Porque no es que empezaste en el momento en el que la Selección está levantando. Estás desde el minuto cero y eso está bueno porque hoy vale mucho más lo que hicimos.

Su contrato con el Olympique
Su contrato con el Olympique de Lyon termina al final de la temporada (REUTERS/Manon Cruz)

- ¿Cómo se hace para toda esta base sólida, que es intocable porque equipo que gana no se toca, mantenerla y que a algunos de ustedes ya tal vez les quede un Mundial y que vengan los nuevos? ¿Qué manera hay de ir haciendo una nueva Selección? Porque en algún momento tiene que venir el recambio, aunque duela.

- Sí, obvio, porque al final es parte del proceso. Todo tiene un inicio y un final. Es difícil, es verdad. Es difícil cuando se acerca ese final. Pero yo siempre lo digo en las notas que me preguntan y demás. Al final nosotros jugamos para la Selección, no somos la Selección. Hubo jugadores que pasaron por la Selección, así como los que pasaron nos dieron paso a nosotros, y nosotros a los que van a venir, y lo que tenemos que hacer, nuestro objetivo, es darlo todo por la Selección y que logre cosas. Hoy creo que lo estamos haciendo muy bien. Lo vamos a seguir haciendo hasta donde se dé y, después, obviamente seguirá la gente joven. Y creo que esa misma sensación o ese mismo deseo tienen que tener ellos de decir “yo sé que hoy estoy acá, mañana puedo no estar, pero me tengo que quedar tranquilo, que el tiempo que estuve lo di todo”. Y yo creo que esa es un poco la mentalidad.

- ¿Y ves a algún pibe en tu puesto?

- Bueno, (Julio) Soler ahora que se vino para para Europa. Está el Colo (Barco), que alterna ahí un poco lateral, más arriba. Está costando formar jugadores en ese puesto. No solo izquierdo, sino derecho también. Siento que por ahí, en mi época, pasaba de que al lateral lo usaban de central o lo tiraban más arriba. Si era muy habilidoso lo subían y, si era muy bruto, muy tronco, lo tiraban de central, como que no se formaba un lateral. Tuve la suerte de tenerlo a Silvio Marzolini de coordinador en su momento en Banfield, el mejor lateral, que no lo vi jugar, pero dicen que fue uno de los mejores laterales de la historia de Argentina. Tuve la suerte de que él me dijo “no, vení de lateral” e hice toda mi vida de lateral, pero creo que hoy no le dan la importancia necesaria al lateral y en el fútbol se usa muchísimo hoy.

- Che, ¿el Dibu está loco?

- Sí, pero es un loco lindo. De esos que necesitás tener al lado.

- Tiene esa personalidad que te dice: ‘Hoy voy a atajar penales’. Y ustedes le creen...

- Sí, pero no es que lo hace ahora porque le fue bien. Yo lo conozco desde que tiene 17 años y siempre fue así y no atajaba. Y él era el mejor para él mismo. Tuvo en la época esta del Arsenal, que no atajaba nunca y sin embargo la siguió remando, la siguió remando y él lo dice siempre: ‘Empecé muy viejo en la Selección al final‘. Es verdad, empezó de grande, pero ese esfuerzo, esa disciplina, lo llevó adonde lo llevó y le tocó lo que le tocó pasar.

- Intimida a los rivales...

- Sí, sí, mide dos metros... Pero también esa confianza en sí mismo genera esa actuación al final, porque la única manera de sentirse fuerte es sintiéndolo, porque él no es que dice “vamos, que está cagado”, pero él está más cagado que los otros, No, al contrario, él lo siente y quiere expresarlo porque es su manera de hacerse fuerte.

- ¿Te gustaría ser técnico?

- Sí, siempre lo pensé. Me estoy haciendo el boludo. Tengo que hacer el curso.

- Terminaste la secundaria en pandemia: ¿qué materias te faltaban?

- No me acuerdo, me quedaba menos de un año, unas ocho materias me quedaban.

- Estábamos jugado la Copa América...

- Sí, claro. En 2021. Eso lo puedo decir. Te lo puede contar Germán Pezzella, que estoy con él en la habitación. Me quedaban justo en la parte de la Copa América y yo desde Europa había anotado todos los horarios. Bueno, a las tres de la tarde, a las cuatro (horario europeo). Y un día me tuve que levantar a las 7 (hora argentina) literal, para dar un examen. Igual era una boludez el examen, ja. Yo estaba re orgulloso. Todo esto surgió porque quise hacer el curso. Me dijeron: ‘Tenés que terminar la secundaria‘. Entonces me dije “bueno, tengo que hacerla”. Terminé el secundario y no empecé el curso. Lo había dejado de muy chico. Por suerte, cuando tenía 15 o 16, yo ya sabía de que iba a ser futbolista. Ya me habían hecho mi primer contrato y dije que podía dejar el colegio, pero después me sentí en falta. Me gustaría dar el ejemplo también de ver qué se puede hacer. Y si hoy quiero estudiar algo no necesito la secundaria, porque ya la tengo hecha, entonces puedo hacer lo que quiero. Me habían quedado unos siete, ocho materias. Me había quedado inglés. Cosas que ya tenía claro. Lo terminé bien.

- ¿Vos sos consciente que a priori yo te veo así? No das jugador de fútbol. Sos prolijo, hacés stream, dibujás zarpado, no das jugador de fútbol. ¿Se entiende el punto?

- Entiendo. Por ahí si no jugara al fútbol podría ser otra cosa también.

El beso a la Copa
El beso a la Copa del Mundo. De la final en Qatar guarda dos camisetas, las medias y el pantaloncito. Nunca los lavó (REUTERS/Kai Pfaffenbach)

- ¿Qué podrías ser? Porque no te puedo imaginar. Para mí podría ser tranquilamente actor. Un actor turco. ¿Das? ¿Por qué no? Por la barba. Oficinista también...

- Es que trato de hacer otras cosas. Porque además siento que si no nos encerramos en el futbolista. Nosotros tenemos tiempo, tenemos mucho tiempo. Siendo sincero, trabajamos con nuestro cuerpo y tenemos muchas horas de descanso. Tenemos que estar descansados y demás, pero también tenemos tiempo para hacer otras cosas y para qué desaprovecharlo si podemos. No sé. Leer o estudiar algún instrumento, o dibujar. Me gusta mucho. Yo siento que estoy haciendo muchas cosas que hacía cuando era chico. A los 14 ya empecé con la Selección sub 15, que esto, que mini pretemporada, que a los 17 en pretemporada con Primera; todas cosas con las que fui quemando etapas, y el dibujo me encantaba, me encantaba. No sé, con mis amigos en el colegio nos filmábamos, hacíamos cosas así, tipo videos, que hoy es como hacer un stream. Y siento como que hoy en día lo hago. Lo del stream, por ejemplo, lo empecé a hacer en el 2021. Pandemia. El boom del streaming. Ya estábamos encerrados. No podemos comunicarnos o no pueden verme en la cancha. Voy a probar con el stream a ver qué onda para conectarme un poco más con la gente, con el fan. Y me gustó. Empecé a hacerlo. A ver, es diversión, pero camina. Lo hago cuando quiero, cuando me siento con ganas de hacerlo. Soy muy respetuoso con los momentos. No es que perdemos la final de la UEFA Champions League y vamos a prender. Lo hago porque es algo que también desconecta un poco. No se trata solamente de fútbol, fútbol, fútbol.

- ¿Hace cuánto están con Caro (Calvagni)?

- Estamos hace diez años. Mucho tiempo. Y de casados vamos a cumplir cuatro años.

- Jugaron muy fuerte con la propuesta de casamiento. Fue una propuesta romántica, en la playita, dejaron muy expuestos a otros.

- Me considero un tipo al que le gusta lo romántico. A mí me gusta mucho la sorpresa y siento que eso es un toque romántico. Sorprender a tu mujer con detalles. Yo siento que no es necesario hacerlo en un cumpleaños, en un San Valentín. El detalle de un día a día. Me gusta eso. Podés quedar tranquilamente con una flor. Un día metes un batacazo ahí. O nos vamos a cenar. De un día para otro, vamos, una escapada.

- Y... Yo creo que sí.ás romántico de los dos?

-Y... Yo creo que sí.

- ¿Y quién es más ordenado?

- Yo, también.

- ¿Ella cocina?

- Sí.

- ¿Ella es mejor?

- Mucho mejor.

-¿Vos estás en la B en eso?

- Estoy en la B, sí. Con ella estoy en la B, literalmente. Obviamente, puedo sobrevivir, pero ella es la que la lleva.

- ¿Y construyeron una casa en Buenos Aires?

- Sí, bueno, ahí está. Es como un proyecto. Es como que vamos haciendo el paso a paso. Los perritos, la casa. Algún día vendrán los hijos. Es como que vamos haciendo el paso a paso que uno siempre sueña de chico o cuando quiere crear una familia. Quiere tener su su mascota. Quiere tener su casa. Costó. Costó mucho. Fueron varios años, pero gracias a Dios ya la terminamos.

- Lo que pasa es que cuando ustedes esto lo subieron a Instagram, el hincha Independiente o el hincha de Banfield se ilusiona. Lo primero que piensa cuando un jugador de élite que juega en Europa compra algo es “ya está, se vuelve para Buenos Aires”. ¿Volvés al fútbol argentino algún día?

- No lo sé. Yo nunca digo nunca, porque al final no sé qué va a pasar con mi vida. Hoy te contaba que ya se me termina el contrato acá y no sé dónde voy a ir los próximos años.

- ¿No se sabe todavía?

- Todavía no tengo nada. Me gustaría... A ver, me gustaría mantenerme en la élite lo más posible. Quiero tratar de... De sentirme lo más... ¿Cómo explicarlo? Lo más fuerte posible. Jugar contra los mejores jugadores el mayor tiempo posible. Hasta cuando me dé cuenta de que ya no doy para más. Y ahí elegir, ver dónde puedo ir. Quizá suena un poco a querer volver a Argentina cuando estés arruinado. Pero siento que al final yo siempre fui así, muy competitivo en el sentido de quiero desafiarme a mí mismo, quiero seguir compitiendo al máximo nivel. Y siento que hoy el fútbol argentino no está al máximo nivel. Entonces digo que si tengo la posibilidad de seguir acá en Europa, lo voy a hacer hasta donde pueda.

- Es medio injusto eso. Son una familia y no saben a dónde van a ir. Estás con tu valija y de repente tal vez cambiás de una ciudad, cambiás del frío al calor... Hay una idealización del jugador de fútbol. Me llama mucho la atención porque son cosas que se sufren.

- Se sufre porque te queda esa sensación de incertidumbre que no sabes qué va a pasar, si realmente va a ser lindo o bueno, o la calidad de vida que vas a tener, o incluso el equipo. Si el club al que vayas va a ser mejor que esto o peor. No, la verdad que eso no lo sabés. Pero también somos una pareja a la que nos gustan los desafíos. Nos gusta, nos seguimos a todos lados, nosacompañamos y pase lo que pase, sentimos que siempre buscamos lo positivo y eso genial, porque al final el próximo lugar donde vayamos sabemos que vamos a tratar de sacarle el máximo jugo posible.

- ¿Te gusta la moda?

- No soy un obsesionado con la ropa. O sea, siento que puedo.... Va a quedar raro o mal. Lo voy a decir. Puedo vivir tranquilamente con la misma ropa siempre. Jajaja. No estoy obsesionado. Soy muy normal. Yo soy mucho más tranquilo, más relajado en ese sentido.

- ¿Guardaste camiseta con la que ganaste el campeonato del mundo?

- Tengo la del primer tiempo y la del segundo. Las dos están. Están sucias. Así como están. No tienen olor. Ya pasó tanto tiempo que ya se les fue el olor. Queda todo un poquito duro. Están como las medias, por ejemplo. También me las guardé y parece que las metí en el freezer. Están duras. Metí todo en una bolsa. ¿Sabes el olor que tenía?

- Sí, pero era olor a campeón.

- Exacto. Pero bueno, después saqué toda la ropa y dije: “No, esto no lo puedo ni tocar. Dejalo así”. Y lo dejé como si fuera al viento. Al aire. Que se sequen solas.

- ¿Venderías tu camiseta del campeón del mundo?

- No, no, no. Tengo dos. Así que por ahí, je.

- Dos millones de dólares.

-No, no.

- Diez millones, 20 millones.

- 20 millones. Voy a ser más rico del cementerio después. ¿Para qué? Esa camiseta queda para toda la vida. No me queda ni después. Me queda a mí. Le quedará a mis hijos. Le quedará a mis nietos. Ojalá que la guardan. Por lo menos yo no la vendí. Ninguna de las dos. Ninguna de las dos.

- ¿Ni las medias?

- Bueno, ahí ya estamos en otra parte. Ahí se puede negociar. Hasta el pantalón. Hasta ahí.

- Nadie la vende.

- No, imposible. Es un momento único que te va a quedar. No existe otro momento así. Ojalá que salgamos campeones de vuelta y tenga otra. Otra para vender por ahí jaja.

- ¿Te vemos en el Mundial 2026?

- Yo no sé, mañana, yo no sé mañana... Vos no sabés si vas a poder viajar tampoco, jaja.

- ¿Me querés limpiar?

- Yo creo que hay que meterle todos los días, ser el mejor todos los días. Y si viene marzo (la doble fecha de Eliminatorias ante Brasil y Uruguay), genial. ¿Y si viene el año que viene el Mundial? Genial, Hay que meterle. No podemos pensar lo que viene sin saber lo que va a pasar mañana.

- ¿Vos tenés años de terapia o siempre fuiste así con tu manera de pensar?

-No, no, no hice, no hice. Caro me dice: “Podés hacer”, pero qué sé yo, no sé. Leo mucho. Me gusta leer mucho. Y me gusta todo lo que es el psicoanálisis. Mucho libro de autoayuda y demás. Pero no, nunca he hecho terapía. Mindfulness, no sé si es terapia en sí, pero descarga. Cosas para mejorar y para vivir un poco mejor.

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