En su primer paso como entrenador de River Plate, Marcelo Gallardo hizo debutar en Primera División a 42 juveniles. Entre los que hoy tienen mayor renombre se encuentran Julián Álvarez, Enzo Fernández, Gonzalo Montiel, Exequiel Palacios, Lucas Martínez Quarta, Guido Rodríguez, Lucas Beltrán, Santiago Sosa, Emanuel Mammana y Santiago Simón, entre otros. Y dentro de ese largo listado también están futbolistas que quedaron alejados de las grandes marquesinas, tales los casos de Franco López, Pablo Carreras, Abel Casquete, Claudio Salto, Lautaro Arellano, Luis Olivera, Zacarías Morán Correa, Alan Picazzo, Tomás Castro Ponce y Alan Leonardo Díaz, por citar a algunos. Ahora, el Muñeco les puso el ojo a varios de los pibes de la Reserva que salió campeón el año pasado, con Marcelo Escudero como director técnico. Y ante Lanús, por caso, puso de titular a Santiago Lencina, un chaqueño de 19 años que seguramente no será el primer juvenil al que le dará rodaje en su segundo ciclo.
Fue el segundo encuentro de Lencina en la Primera de River: lo hizo debutar el propio Escudero el 4 de agosto del año pasado, en un empate sin goles ante Unión, en Santa Fe, en el interinato que tuvo entre el despido de Martín Demichelis y el regreso de Gallardo. En la previa del choque del último domingo frente a Lanús, el Muñeco pareció cansarse de los altibajos de los mediocampistas más experimentados y le dio lugar para que mostrara sus bondades, esas que aparecieron especialmente en el segundo tiempo, cuando se asoció seguido con Gonzalo Montiel por el andarivel derecho. Previamente, Lencina había estado en el banco en el empate sin goles de la fecha anterior contra Godoy Cruz, en Mendoza.
Si Lencina tuvo su chance ante Lanús, hubo otros dos pibes a los que el Muñeco citó en la antesala de otros encuentros: Agustín De La Cuesta, quien se quedó afuera del banco de suplentes ante Independiente, y Giorgio Costantini, brasileño de padres argentinos que corrió la misma suerte en el triunfo del último domingo contra los granates.
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Seguramente no serán los únicos que tendrán su chance en los próximos meses. Por lo pronto, el miércoles se reintegraron a los entrenamientos con el plantel profesional Franco Mastantuono e Ian Subiabre, quienes estuvieron afectados al seleccionado argentino Sub 20 que finalizó subcampeón detrás de Brasil en el Sudamericano de Venezuela.
Agustín Obregón, hermano de Braian Romero (hoy en Vélez) y también integrante de la Selección Sub 20, es otro de los pibes a los que el Muñeco seguirá de cerca en los entrenamientos compartidos con la Reserva y también en los partidos de esa categoría.
Agustín Ruberto, goleador del seleccionado Sub-20, era esperado para luego del Sudamericano por el entrenador, quien lamentó públicamente la rotura de ligamentos cruzados en la rodilla izquierda que sufrió en Venezuela y que lo dejará entre siete y nueve meses afuera de las canchas. Ruberto será operado el viernes 28 de este mes por esa grave lesión.
“Gallardo nos dijo a principios de año que la idea es la misma de siempre: que los juveniles tengan lugar de a poco, tratando de respetar sus tiempos de maduración. Y después, cuando andan bien y aprovechan sus oportunidades, los pibes se ponen solos”, dijo, en diálogo con Infobae, uno de los principales dirigentes de River.
Siempre proclive a darles lugar a los juveniles de la casa, esta vez Gallardo comenzó a recurrir a ellos ante la falta de soluciones de los más experimentados. El Muñeco siempre afirma que los chicos no tienen que saltear etapas, que lo mejor para sus carreras es que vayan sumando experiencias a fuego lento.
En 2021, en medio de la pandemia de Coronavirus, prefirió no completar la lista de buena fe de River para la Copa Libertadores porque sostenía que no todos los juveniles estaban maduros para conformar una nómina tan importante: la Conmebol permitió inscribir a 50 jugadores y solo anotó 32.
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Es por ello que Gallardo prefiere utilizarlos muy de a poco, sin quemar etapas. En algunos casos, como los de De La Cuesta y Costantini, los convocó para que se vayan familiarizando con el ambiente del fútbol profesional.
En cambio, a Mastantuono seguramente le dará rodaje nuevamente más temprano que tarde pues lo considera ya parte del plantel estable, más allá de sus cortos 17 años. Y Subiabre, que el año pasado sumó muchos minutos en Reserva y quedó relegado del plantel de Primera, ahora probablemente tenga más chances, a caballo de su crecimiento futbolístico y de su condición de juvenil prometedor que potenció en el Sudamericano Sub 20.
Llegado a River desde la Comisión de Actividades Infantiles de Comodoro Rivadavia a principios de 2022, Subiabre ya jugó cuatro partidos en el equipo principal cuando Demichelis era el técnico. Su gambeta picante, su velocidad y su buen remate lo pueden transformar en uno de esos jugadores a los que Gallardo recurre cuando necesita quebrar defensas cerradas como las que le suelen oponer a River.