
La selección argentina domina las competencias desde hace varios años. No solo por el bicampeonato de la Copa América y la conquista en Qatar de la Copa del Mundo de la mayor, sino que también está logrando una destacada labor en las categorías juveniles. En este contexto, la Sub 20 dirigida por Diego Placente quedó a un paso del título en el Sudamericano, en el que se destacó por golear a Brasil -a la postre, campeón- por 6-0 y lograr la clasificación para el Mundial de Chile. No obstante, el proceso se viene labrando desde hace más de un lustro.
El proceso comenzó en 2017 con la llegada de Hermes Desio como coordinador general de las Selecciones Juveniles de AFA, quien ocupó dicho rol hasta 2019. Posteriormente, en 2021, fue reemplazado por Bernardo Romeo. El proyecto funcionó desde el inicio como una máquina perfectamente engrasada. Desde el bautismo del plan estaban Pablo Aimar (DT de la Sub 17) y Placente (en ese entonces entrenador de la Sub 15), las dos piezas clave y vasos comunicantes entre los grandes y los chicos.
A ellos se sumó un Lionel Scaloni que integraba el equipo de Jorge Sampaoli. Asumió de emergencia en la Sub 20, con el Payasito como asistente, en el Torneo de la Alcúdia en 2018; el título y el desempeño de los jóvenes le permitió tomar el mando en la mayor. Con el tiempo, a la nómina se añadieron Walter Samuel y Roberto Ayala. Por su parte, dentro de los nombres claves en este proceso, en el cual también estuvo Javier Mascherano como director técnico de la Sub 20, se sumaron Ariel Garcé y Facundo Quiroga, quienes se integraron al cuerpo técnico de Placente de cara a la última competencia.
Sin embargo, nada se entiende sin las reglas que están impuestas puertas adentros y el estilo futbolístico que se busca fomentar. Todo con un claro objetivo: potenciar a los chicos. “Vienen haciendo un proceso desde la Sub 15 y 17. Traen 100 partidos jugados con la camiseta de la Selección, pasan por un montón de cosas. Nosotros priorizamos mucho lo individual para potenciarlo, para que ellos puedan dimensionarlo porque son chicos muy buenos. Juegan bien. Pero sí creemos mucho que entrenando y jugando como lo hacemos es más fácil que puedan ir a un club grande”, comentó Placente en diálogo con ESPN.
A su vez, agregó: “Es más fácil ir a un club grande cuando jugás así, en vez de revolearla todo el tiempo y después te pidan jugar. Siempre jugamos a ganar, pero creemos que este estilo es la mejor forma para ganar y para potenciarlos. A los jugadores no los elegimos por ser grandotes, por el físico, por ser rápidos: elegimos al que juega bien. Siempre nos caracterizamos por ser un equipo con muchos jugadores técnicos. Queremos que le aporten al equipo”.
No obstante, a pesar de que todo el trabajo se haga en la misma línea, uno de los protagonistas que tuvo profunda injerencia en el armado del proyecto fue Aimar. En su programa de formación hay una clara influencia de José Pekerman y Marcelo Bielsa, dos entrenadores que marcaron a la actual camada de entrenadores albicelestes, quienes también tuvieron a Placente como pupilo.
Del hombre que supo ser entrenador de Venezuela se destacan las reglas internas de convivencia en los juveniles: Los celulares en la mesa o en el vestuario están vetados. Hay una observación en las redes sociales: nadie les prohíbe nada, pero sí que el contenido mantenga una línea de respeto. “Incluso hemos tenido charlas en las que nos guiaron sobre qué contenidos pueden perjudicarnos. Nos explicaron que somos jugadores de la Selección todo el tiempo, no solo en Ezeiza”, contó un joven que estuvo bajo su tutela.
Al mismo tiempo, otro de los aspectos en los que hacen principal hincapié en la formación de los chicos es que cumplan con los estudios. Las tareas del colegio forman parte de un plano trascendental en los jóvenes. “Son jugadores dos horas por día. El resto del tiempo son personas iguales a todos”, es una de las máximas del ex River Plate y Valencia. El DT y su equipo se respaldan en la “regla de las tres C”: “contención, comprensión y confianza”.
Por su parte, en 2019, antes del Mundial Sub 17 de Brasil, en la sala de juegos del predio de Ezeiza el cuerpo técnico pegó un cartel con “8 mandamientos” a seguir por las promesas bajo el título “nuestros valores”.
-Sentido de pertenencia (dar todo por la camiseta)
-Determinación (resolver con valentía)
-Humildad (reconocer errores, dejarse ayudar)
-Generosidad (dar más de nuestro 100%)
-Entusiasmo (tener ganas de hacer, contagiar)
-Respeto (por favor, gracias, permiso, buenos días)
-Trabajo en equipo (ninguno es tan bueno como todos juntos)
-Compromiso (siempre)
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La enumeración terminaba con una frase motivadora para los juveniles: “Vestir esta camiseta... Si te emociona pensarlo, imaginate vivirlo!!!”.
“Están obligados a pasarla bien, a disfrutar de lo que están haciendo, del lugar donde están. Pero sólo decírselo no, porque si les decimos que venimos acá para disfrutar y hacemos 800 pasadas de 4 mil metros es difícil. Habrá algunos que sí porque son atletas, pero los chicos que van a jugar al fútbol, me imagino que van a jugar al fútbol”, señaló Aimar en una entrevista con el programa radial Todo Pasa.
Precisamente, este es uno de los planos en el que todos los entrenadores trabajan bajo la misma tónica. El 95% de los trabajos tienen a la pelota como reina. Se prioriza la calidad del futbolista por sobre todas las cosas y se les insta a competir con plena libertad sobre el terreno de juego.
Así las cosas, las selecciones argentinas juveniles cosechan grandes resultados en los últimos años, que también derivaron en una multitud de futbolistas que vistieron la casaca albiceleste y que hoy en día son una pieza fundamental en su club o, en su defecto, ya están viviendo del deporte en otro país. Detrás hay un plan que apunta a forjar jugadores de Selección, creativos, con personalidad. Y el ADN de nuestro país.