Rosario, el Challenger que reúne todas las condiciones para ser ATP

Una recorrida por el interior del torneo, elogiado por los tenistas y el público

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Una vista área de las
Una vista área de las canchas rosarinas

La reacción es la misma desde que se ingresa al predio, el impacto visual es de una presentación de estilo y calidad. En medio de un parque muy bien cuidado, en el Jockey Club, el paseo es limpio, tranquilo y acompañado por el verde de árboles y el césped. A la vista de los visitantes y de quienes recorrieron diferentes torneos en el mundo, la presentación, la hospitalidad y la calidad del servicio no luce como el de un simple challenger, sino que sobrepasa esa categoría ampliamente. Casi un torneo boutique. ¿Pero cómo y por qué se concibe un certamen con estas características que elevan la jerarquía del torneo?

“Pensamos al Challenger en un concepto integral, como un evento en el que pudiéramos complementar al deporte con una experiencia de entretenimiento para grandes y chicos, con una oferta variada en el patio gastronómico y comercial con reconocidas marcas”, explica Gabriela Larrosa, directora del Rosario Challenger.

La fiesta Bresh en el
La fiesta Bresh en el Challenger de Rosario

La idea de concepto integrador llevó a generar una atracción para la familia, en medio de un ambiente elegante y cálido, con tenis y jugadores de primer nivel “como Sebastián Báez, Diego Schwartzman, en su anteúltimo torneo, Ugo Carabelli, Juanma Cerúndolo, Comesaña y varios jugadores Top 100 del mundo que se sintieron atraídos por la propuesta”, continúa desarrollando Larrosa sobre un concepto que cumplió con los objetivos, tanto para el público, como para los jugadores, que se vieron altamente sorprendidos. “La verdad es que no parece un challenger, luce más como un ATP, te diría que está mejor que el que se jugaba en Córdoba. Impresionantes las instalaciones, el comedor y, más que nada, el trato”, responde Camilo Ugo Carabelli, cuando Infobae lo consulta por sus consideraciones sobre el torneo.

La creatividad diferencial de esta nueva propuesta llevó a abrir el challenger, al final de la primera jornada, con una fiesta Bresh, una de las más populares del país, con muchos adeptos y que se realiza en diferentes puntos de la Argentina. El patio de comidas del challenger rosarino le dio el marco a la Bresh, que contó con ambientación propia y un DJ, que manejó la diversión desde el escenario.

Y así como se abrió el torneo, también se cierra, apelando al concepto de un “after”.

El Peque Schwartzman
El Peque Schwartzman

Durante la semana, el patio comercial del predio gastronómico y comercial, poblado con una decena de carpas, idénticas y muy bien revestidas, permitió que los visitantes pudieran realizar diversas actividades recreativas, con los más de 30 sponsors que se dieron cita para acompañar esta primera edición en el Jockey Club.

En otra zona del predio, con un gran ventanal y su terraza, el habitual restorán de tenis se convirtió en Zona VIP, en donde los invitados a ese sector o quienes compraron las entradas correspondientes, podían disfrutar de una vista perfecta y panorámica de la Cancha 1 o, también, entre degustación de vinos, bebidas, ensaladas multicolor o bocadillos, podían observar en la pantalla gigante instalada en el interior, lo que sucedía en la Cancha Central.

Pero, en definitiva, la opinión de los jugadores es la que más peso tiene al momento de la evaluación por parte de la ATP, que llegó hasta Rosario para observar el debut de este nuevo certamen.

El Challenger de Rosario quiere
El Challenger de Rosario quiere convertirse en torneo ATP

Diego Schwartzman consideró que “es una sede muy buena y queda tan cerca de Buenos Aires que se puede llegar en auto”. Además, agregó Peque que “el club es espectacular y el torneo tiene un clima muy lindo. Es muy sano para todos que en el país haya otros torneos, más allá del Argentina Open”, haciendo referencia no sólo a la cantidad de competencias, sino a la calidad de los certámenes. Algo similar a lo que expresaba Carabelli, quien hacía más hincapié en el servicio que recibían los tenistas: “Es muy lindo como armaron el torneo. La Sala de Jugadores está muy bien puesta, se come muy bien, el hotel está muy bueno y la gente de la organización siempre está disponible para nosotros”.

“Está más arriba que los otros challengers”, dice Juanma Cerúndolo, que coincide con Camilo en que “el torneo es muy lindo y el hotel está muy bien elegido, la sala de jugadores está muy bien. Este torneo está un escalón encima de los otros challengers y me pone orgulloso que sea en mi país”.

Pero, en el impacto, en lo atractivo para el público influyen los nombres que se presentan a competir y, “por suerte, tenemos un torneo como éste en Rosario, con jugadores como Sebastián Báez y Diego Schwartzman, entre otro Top 100″, resalta Federico Coria.

Para conseguir que todo funcione de la manera en la que se esperaba, los números pueden servir de ayuda. La organización desplegó a 850 personas que fueron involucradas en el armado y en diferentes trabajos en el torneo, entre proveedores, atención de stands y staff de la organización.

En total, el Rosario Challenger contó con 36 ballkids, 28 jueces de línea y 9 jueces de silla. Se utilizaron 3.960 pelotas, 600 toallas y 6 combis, que partían desde el hotel oficial hacia el torneo y viceversa, con una frecuencia de hora.

En definitiva, un torneo compacto, con localidades agotadas los cuatro últimos días, que eligió una buena ciudad y un buen club como sede y que se lució en la presentación al estilo de un torneo boutique y con la calidad de un torneo ATP 250.

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