Carlos Palacios empieza a pagar todas las expectativas que se generaron ante su arribo. El futbolista chileno fue clave para darle la victoria a Boca Juniors sobre Huracán en la Bombonera con una magistral jugada que tuvo una brillante interacción sin tocar la pelota antes de recibir la habilitación de Miguel Merentiel.
El Xeneize había comenzado el partido adelante en el tanteador por el grito de Edinson Cavani en un tiro libre, pero el Globo había conseguido el empate en la primera etapa a través de una jugada que estuvo envuelta en la polémica.
El partido comenzaba a trabarse en el complemento para el dueño de casa, pero fue el chileno el encargado de romper los papeles. En su cuarto partido con la casaca azul y oro, el atacante de 24 años coronó una acción que comenzó cuando Rodrigo Battaglia bajó un despeje y jugó para un Ayrton Costa que dejó a Marcelo Saracchi en posición ventajosa por la izquierda.
El lateral tocó para Palacios, pero el chileno amagó a recibir y la dejó pasar sin tocarla para picar al vacío: su marcador Fabio Pereyra quedó parado, Merentiel recibió en soledad y jugó al corazón del área para que el chileno quede mano a mano contra Hernán Galíndez. Abrió el pie y lanzó la pelota por arriba del arquero para firmar el 2-1.
Corrió derecho rumbo al alambrado, festejó de cara a los fanáticos, pero se guardó una perlita para su primer grito como xeneize: hizo el clásico Topo Gigio del hoy presidente Juan Román Riquelme para celebrar, al mismo tiempo que miraba hacia el palco del máximo directivo.
Lamentablemente, no todo fue alegría para el chileno: fue reemplazado pasando los 43 minutos acusando una dolencia física. Le dejó su lugar a Kevin Zenón. El ex Colo Colo sumó su cuarta aparición en el club argentino, teniendo en cuenta que fue titular en tres juegos (incluyendo la victoria por Copa Argentina sobre Argentino de Monte Maíz) e ingresó desde el banco en la fecha pasada contra Unión de Santa Fe.
Antes de marcharse a los vestuarios, Palacios protagonizó una curiosa escena: dialogó con Riquelme mientras él estaba en el campo de juego y el mandatario en el palco por intermedio de un celular que acercó uno de los responsables de prensa, según advirtieron en la transmisión oficial. “Muy feliz, la verdad. Un sueño cumplido. Lo veía cuando hacía los goles acá en la Bombonera y celebraba así. Me nació hacerlo. Me felicitó, me dijo que quizás le había pegado suerte, pero feliz”, contó en la transmisión oficial.
“La semana pasada también me quedó una parecida y tiré el centro atrás. Muchos me dijeron que le pegara al arco. Cuando vi la oportunidad, y vi al arquero achicar, quise cambiarla al segundo palo. Feliz por haber convertido el primer gol, y más en este estadio”, advirtió.
“Al fin lo veo jugar con la camiseta de Boca, para mí es maravilloso. Sabe que lo quiero y admiro mucho. Hemos intentado durante más de un año y al final hoy podemos estar contentos de tenerlo. Él quería jugar en este club, hizo mucha fuerza para estar acá con nosotros. Deseo que disfrute muchísimo y la gente de Boca lo pueda disfrutar a él”, le había tirado flores el presidente del club en la presentación como refuerzo. En ese mismo evento, el chileno confesó su fanatismo por Román: “Es un ídolo, un referente para mí. Poder compartir con él todas las charlas que tuvimos antes de llegar es una felicidad enorme. Tengo un sobrino que es argentino y fanático de Boca, así que también vivía con la presión de él, que me decía todos los días que viniera. Ahora se quiere venir a vivir conmigo. Siempre veíamos los partidos de Boca e íbamos al estadio cada vez que jugaba en Chile”.