La fecha 20 de la Bundesliga inició este viernes con una acción polémica en la victoria del Werder Bremen por 1-0 contra Mainz en el Weserstadion porque el ganador terminó con nueve futbolistas como local debido a una resolución del árbitro Martin Petersen, quien penó duramente la demora durante el tiempo adicionado de la segunda etapa.
A los 92 minutos, el anfitrión ganó un lateral sobre el costado derecho. Se acercó para jugarlo Niklas Stark, pero el defensor de 29 años optó por lanzarle el balón a un compañero para que hiciera efectivo el saque de banda. Petersen valoró esta acción como un gesto inequívoco de estirar el reloj, tras haber dado siete minutos de añadido, y le mostró la tarjeta amarilla. Stark ya había sido amonestado sobre el final del primer tiempo y la segunda tarjeta estuvo acompañada de la expulsión para irse antes a las duchas.
La sanción disciplinaria motivó la protesta airada del capitán del conjunto verdiblanco, Marco Friedl, pero el futbolista se excedió en sus modos y el juez principal le mostró la segunda amarilla (fue amonestado promediando el acto inicial) para dejar al Bremen con dos jugadores menos en un escueto lapso de 17 segundos.
Sin embargo, Mainz no logró sacar provecho de la superioridad numérica y cayó por el tanto de Leonardo Bittencourt. Esto no aplacó la bronca del dueño de casa, ya que entrenador Ole Werner fue a pedirle explicaciones al árbitro y recibió la tarjeta roja.
El revuelo generado por estas determinaciones motivó que Petersen salga a hablar para la cadena internacional DAZN y brinde sus explicaciones. Allí, fue consultado por la primera expulsión a Stark: “Hacia el final del partido hubo cada vez más retrasos en el juego. Ya había advertido previamente al arquero del Bremen (Michael Zetterer) por retrasar el juego. Y sí, en ese caso, el jugador Stark recibió el balón, estaba en el lugar correcto y podía haber hecho un saque de banda sin problema. Para mí, en ese momento, el límite ya se había alcanzado para mostrar una tarjeta amarilla, porque después pasó el balón y, obviamente, con intención de hacer que el reloj avanzara y perder tiempo. Por eso decidí emitir una tarjeta amarilla y roja”.
* El resumen del triunfo de Werder Bremen sobre Mainz
Hasta este duelo, el colegiado de 39 años acumulaba dos expulsiones directas en siete partidos de la Bundesliga en la presente temporada y ninguna por doble amarilla. De hecho, con su accionar en el norte de Alemania alcanzó las cuatro rojas en el campeonato doméstico, siendo el mayor número mostrado a nivel personal en el ámbito de este torneo desde que llegó a la élite en 2017.
“Si va ganando uno a cero cerca del final del partido, el enfoque en la pérdida de tiempo es naturalmente mayor. Y en este caso, eso ocurrió cada vez más, y tuve que tomar medidas”, explicó Petersen, quien aún no fue seleccionado para competencias internacionales de Mayores.
Más adelante, detalló las razones que llevaron a la segunda expulsión de Friedl: “Todo fue un poco sobre el comportamiento del jugador. Friedl va detrás de mí y me da repetidos golpes en la espalda. Ya eso lo encontré inapropiado. Y no paró. Finalmente, le digo que basta en cierto momento, pero vuelve a seguirme. Yo me alejo de la situación, y él vuelve a perseguirme. En algún momento, también con el capitán se llegó a un límite que ya no se podía soportar”. “Después del partido, él vino al vestuario y me pidió disculpas. Así que, para mí, el tema está resuelto”, aclaró.
La victoria del Werder Bremen lo dejó a un punto de su rival, que ocupa la última plaza de clasificación a la UEFA Conference League. En la próxima fecha, visitará este viernes desde las 16:30 (hora argentina) al líder Bayern Múnich, mientras que Mainz se medirá el sábado desde las 11:30 al Augsburgo.