Escupitajos, amenazas y un violento show para redes: el fin oculto detrás del cruce entre dos jefes de la barra en la sede de Independiente

La feroz interna del Rojo tuvo un nuevo capítulo en el corazón del club y con un insólito video que se viralizó: David Escubilla, líder de la disidente, fue a buscar al referente de la oficial Mario Nadalich

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La tensa escena entre los barras en la sede de Independiente

No por bizarra la situación no deja de ser altamente preocupante. Y muestra una vez más el poder de los barras en un club, en este caso uno muy grande como Independiente, pero también la complicidad de la dirigencia y la venia policial para que se adueñen de la escena en la sede de la institución, se filmen de ambos lados para exponer al otro en las redes y así lograr alguno de sus cometidos.

Los protagonistas fueron los dos líderes de las facciones más importantes que tiene hoy la barra del conjunto de Avellaneda. De un lado Mario Nadalich, el jefe del grupo oficial llamado Los Dueños de Avellaneda, que junto a su colega Juan Lenczicki se apoderó del paravalanchas hace ya siete años, tras la caída de Pablo Bebote Álvarez en plena administración del club por parte de la familia Moyano.

Del otro, David Escubilla, un barra de la zona Sur que era ladero de Bebote, que se hizo fuerte desde fines de 2023 juntando a todos los barras disidentes de Quilmes, Florencio Varela, Lanús, Berazategui y al que se sumaron los que fueron echados también de la zona Oeste por la barra oficial por seguir siendo en su momento leales a Bebote Álvarez. Y cuando se sintió fuerte el año pasado, empezó a desafiar al poder establecido. Porque si bien tenía un arreglo con la dirigencia y la Policía de ubicarse con su gente en la parte alta del Libertadores de América, fue palpando el malestar creciente del hincha con la barra oficial y creyó que podía dar el asalto al poder.

Como en la dirigencia actual le cerraron las puertas y le confirmaron que seguirían con Nadalich-Lecznicki como jefes de la tribuna, Escubilla fue a tocar la puerta de un viejo dirigente que tuvo poder y mucha relación con Bebote Álvarez, y que hasta fue involucrado en una causa con la barra por asociación ilícita y en ese cónclave surgió la frase “tus enemigos son mis enemigos” y hubo un guiño para actuar. Y así, David Escubilla secundado por su hermano Emanuel y un grupo importante donde pesan los barras Jonathan Cardozo, Lautaro Pablo José, Lucas Lipare, Carlos Mansilla y los hermanos González empezaron la escalada atacando dentro y fuera del club a sus rivales con un pico de violencia en la balacera producida a fines de agosto en la popular parrilla “El Tano” de Wilde, donde estaban comiendo los de la oficial y la disidente tiroteó desde afuera.

Ese día hubo cónclave en el club y se le pidió al Aprevide que pusiera en derecho de admisión a toda la barra disidente. Estaba claro que el club jugaba para el grupo de Nadalich que tiene su base en la villa 21-24 de Barracas, de hecho el lugar de reunión es el club Juventud Unida de dicho barrio. Se materializó la lista negra, la alianza de Los dueños de Avellaneda con la dirigencia y la Policía se hizo más estrecha y desde ese día Escubilla supo que la única forma de nivelar la cancha era que sus rivales ingresen también en el derecho de admisión. Por eso las múltiples provocaciones de su gente en los alrededores del estadio, por eso la estrategia de guerra de guerrillas que no le venía dando resultado.

A comienzos de este año, para el partido amistoso en Montevideo con Defensor Sporting, Escubilla logró un contacto con la barra de Nacional que le daba apoyo logístico para tratar de ganar la tribuna en Uruguay, donde su gente no tiene derecho de admisión. Hacia allá fue entonces La Gloriosa Banda de Independiente, tal el nombre de su grupo. Cerca de 60 cruzaron el charco en el buque mientras la oficial llegó en cuatro micros y varias camionetas juntando 250 “piernas” como le dicen a cada individuo. Con la alianza con la gente de Nacional, la disidente ganó de mano e ingresó primero a la popular. Era su momento de gloria. La oficial no se lo bancó y se produjeron los graves incidentes que demoraron casi una hora el comienzo del partido. La Gloriosa Banda de Independiente con los Escubilla al mando pensó que esa situación era suficiente para que Nadalich y sus muchachos no pudieran ingresar más al Libertadores de América. Pero no sucedió: el club volvió a apoyarlos y en el debut triunfal contra Sarmiento de Junín, la oficial copó la tribuna Norte y los jefes de la disidente vieron cómo se desplegaba un tremendo operativo en la zona del Tanque de Avellaneda, donde se juntan habitualmente, para no dejarlos ingresar.

Así, Escubilla entendió que la única forma era ir en inferioridad de condiciones a buscarlo a Nadalich al club y provocar una respuesta para que lo agredieran allí. Si el líder de la oficial pisaba el palito, ya no habría excusas para dejarlo fuera del estadio. Y había que hacerlo rápido, porque el Rojo jugaba otra vez este domingo de local contra Gimnasia La Plata. Con información privilegiada, supo que el viernes era el día en que iban a buscar los cupones de febrero para los miembros de la barra. Y entonces antes de las cuatro de la tarde se apersonó en el hall de la sede y se dio la situación bizarra que se ve en el vídeo: Escubilla incitando a la pelea mano a mano a Nadalich, que estaba acompañado por otros cuatro barras, y éste sin pisar el palito. Los dos filmándose. Uno para mostrar que como se dice en el mundo barra, Nadalich en realidad es de Huracán y no quiere la pelea directa a puño. En este caso bien hace: Escubilla es experto en artes marciales. Y además, en toda la filmación el líder de la disidente lo trata de transa, acusación que se le hace a quienes manejan el negocio de la droga. Y hasta a la distancia le tiró dos escupitajos para hacerlo reaccionar. Nadalich se bancó la situación sabiendo que cualquier movimiento era ir derecho a la lista de admisión y decidió sacar su teléfono y filmar también a su rival. Signo de los tiempos, la pelea terminó siendo un highlight de las redes sociales y la dirigencia del club jamás llamó a la Policía para que fuera a contener la situación, porque eso suponía que se llevaran también a los barras de la oficial.

De hecho la Comisaría Primera labró actuaciones de oficio y sólo contra la facción disidente por averiguación de ilícito. Una causa que no va a prosperar porque si fuera por amenaza tendría que haber alguien que denuncie sentirse amenazado y Nadalich no lo va a hacer, porque así no se arreglan las cosas en el mundo barra. Podría ser disturbio en la vía pública, un delito que se resuelve con probation. El tema es que mañana juega Independiente que recibe a Gimnasia. Y que en el mundo barra esto no se resuelve ni a los puños ni con un café de por medio: se dirime a los tiros. Habrá un operativo especial porque encima el partido es a las 21:30. Y en este clima de guerra quizá ya es hora de que el club deje de jugar y se saque a todos de encima de una buena vez.

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