Birmingham, una ciudad de Inglaterra con profundas raíces industriales y una identidad forjada por su clase trabajadora, ve en su histórico club de fútbol, el Birmingham City FC, un reflejo de sus altibajos.
Desde su compra en 2023 por Knighthead Capital Management, respaldada por el emblemático ex jugador de fútbol americano Tom Brady, el equipo vive un periodo de transición que captó la atención de todo Inglaterra, pero también de un público internacional.
Lejos de los días de gloria en la Premier League, el Birmingham City enfrenta ahora el desafío de resurgir desde la tercera división inglesa, la EFL League One.
Sin embargo, las decisiones controvertidas y las ambiciosas inversiones de los nuevos propietarios desencadenaron un debate sobre la modernización del club, su impacto en la comunidad local y los riesgos de perder la esencia que lo define.
Antecedentes del club y situación actual
Fundado en 1875 como Small Heath Alliance, el Birmingham City FC, conocido como los Blues, fue durante décadas un símbolo del este de Birmingham.
El estadio St. Andrew’s, su hogar desde 1906, es un punto de referencia para los fieles aficionados conocidos como los Bluenoses, quienes estuvieron al lado del equipo a pesar de una década marcada por fracasos deportivos y problemas financieros.
Entre 2011 y 2023, el club enfrentó una serie de crisis que incluyeron embargos de transferencias, deducciones de puntos y amenazas de quiebra. El caso más significativo fue la venta de Jude Bellingham, un producto de su academia, al Borussia Dortmund en 2020 por 38 millones de dólares, según la cadena de noticias CNN.
Ese ingreso alivió momentáneamente las deudas, pero el club seguía sin rumbo hasta que Knighthead y Brady intervinieron con una visión ambiciosa para rescatarlo.
Impacto de los nuevos propietarios
Con la llegada de Tom Wagner, cofundador de Knighthead, y Brady, la transformación del Birmingham City comenzó con grandes inversiones y un giro mediático. En 2024, el club rompió su récord de fichajes con la contratación de Jay Stansfield por 15 millones de libras (18,48 millones de dólares).
Aunque esa misma temporada descendieron a la tercera división, Birmingham se mantuvo como foco de atención gracias a eventos como el “Derbi de Hollywood” contra el Wrexham, al que asistieron celebridades como David Beckham y Rob McElhenney.
Wagner y Brady también anunciaron planes para un complejo deportivo alrededor de St. Andrew’s, que incluirá un estadio renovado, un campo de entrenamiento y un espacio de “Eatertainment”, concepto que combina gastronomía y entretenimiento.
Según Wagner, estos proyectos modernizarán al club, pero sobre todo ayudarán a revitalizar una ciudad en dificultades económicas, de acuerdo con información de CNN.
Choque cultural y resistencia al cambio
A pesar de los grandes planes, la americanización del club generó divisiones entre los aficionados.
Daniel Ivery, un seguidor de toda la vida y autor de un libro sobre la historia del Birmingham City, explicó a CNN: “Aquí se está produciendo una especie de choque cultural. A mucha gente no le gusta el cambio. Espero que no empecemos a tocar música después de marcar un gol”.
La idea de jugar partidos oficiales en Estados Unidos, propuesta por el director ejecutivo Garry Cook, desató críticas entre los fanáticos más leales. Para ellos, esta idea representa una traición a las tradiciones del club y un alejamiento de la base trabajadora que lo sostiene.
Debbie Fletcher, quien ha seguido al Birmingham City durante más de 40 años, se mostró cautelosa en diálogo con CNN: “Somos un club de trabajadores y solo espero que no perdamos ese núcleo, incluso a medida que crezcamos e incluso si algún día volvemos a la Premier League”.
“Sé que los propietarios buscarán más seguidores modernos y más éxito comercial, pero no quiero que olvidemos quiénes somos y a quién representa el Birmingham City”, cerró Fletcher.
“Hay que tener cuidado de no alejar a los fans que han estado ahí desde el principio. No puedes simplemente desconectarte de ellos para cortejar a otros nuevos”, afirmó Ivery. Sin embargo, reconoció: “Hemos descendido, pero hay esperanza. Y eso es algo que la gente de aquí no ha tenido durante mucho tiempo”.
Relación con la ciudad
El destino del Birmingham City no solo afecta a sus aficionados, sino también a una ciudad que lucha por reinventarse.
Birmingham, la segunda ciudad más grande del Reino Unido, declaró la quiebra de su ayuntamiento en 2024 -la mayor autoridad local de Europa, lo que derivó en recortes a servicios públicos y proyectos culturales.
El entorno de St. Andrew’s refleja esta crisis, con edificios abandonados y comercios en declive, de acuerdo con CNN.
En este contexto, el club podría convertirse en un catalizador para el cambio. Wagner en una carta abierta levantada por CNN, afirmó: “Entendemos el papel fundamental que desempeña el club para la ciudad, a nivel económico, social y cultural. Planeamos ser una piedra angular; una fuerza positiva en la comunidad local donde operamos”.