Desde que el Santos volvió al Brasileirao, no paró de sorprender con los refuerzos. El combinado paulista, cuna del legendario Pelé, provocó un cimbronazo cuando confirmó el regreso de Neymar, otro de los astros surgidos del Nilton Santos que supo brillar en la Copa Libertadores y conformó una carrera plagada de éxitos en el PSG y el Barcelona.
Pero Ney no será la única incorporación en el conjunto brasileño. En las últimas horas, el periodista especializado en los fichajes internacionales Germán García Grova anunció en sus redes sociales que Álvaro Barreal se convertirá en refuerzo del Santos.
La operación consiste en un préstamo con opción de compra obligatoria si llegara a juegar el 65% de los partidos de la temporada.
En el club de baby Villa Real creció el argentino con el sueño de jugar en las canchas grandes. Desde niño, su habilidad con la pelota destacaba, hecho que llamó la atención de Vélez Sarsfield, donde ingresó a las Infantiles siendo apenas un niño de 7 años. En ese entorno exigente, conocido por formar a jugadores técnicos y aguerridos, el joven encontró el espacio ideal para desplegar su talento.
Se perfilaba como un extremo rápido y atrevido, de esos que se animan a encarar y desbordar siempre, con la cancha como escenario y el arco rival en la mira. Sin embargo, en 2018, cuando apenas tenía 18 años, un giro inesperado en su carrera marcaría el inicio de una historia más grande. Fue convocado para participar en el Torneo de L’Alcudia con la selección argentina Sub 20. Bajo la dirección técnica de un Lionel Scaloni que entonces buscaba consolidar su carrera como entrenador, Barreal se destacó en un equipo cargado de promesas (dos goles en cinco partidos).
Ese campeonato resultó decisivo no solo para los jóvenes que lo disputaron, sino también para el propio Scaloni. Argentina se coronó campeón, y la actuación del equipo impulsó al técnico a ser designado como entrenador interino de la selección mayor, un paso clave en su camino hacia la consagración como bicampeón de América y rey en el Mundial de Qatar en 2022. Para Barreal, fue el primer contacto con la gloria internacional, un trampolín que lo catapultó a la mirada de clubes del exterior.
El salto de Álvaro al fútbol internacional fue tan inesperado como decisivo. En septiembre de 2020, con apenas 20 años, dejó atrás el mundo conocido del José Amalfitani, donde no había conseguido la continuidad deseada, y se embarcó en una aventura en la Major League Soccer (MLS), una liga en expansión. Cincinnati FC invirtió 1.5 millones de dólares por el 75% de su pase, apostando fuerte por un joven con más promesas que certezas.
Los primeros meses fueron difíciles. Barreal, que había sido moldeado como un extremo ofensivo en el fútbol argentino, encontró en Cincinnati un equipo que demandaba algo diferente de él. En la MLS, una liga con ritmo vertiginoso y espacios amplios, se reinventó como carrilero izquierdo, un cambio que no muchos jóvenes aceptarían con facilidad. Sin embargo, lejos de resistirse, Barreal tomó la misión como una oportunidad para crecer. Rápidamente, comenzó a destacar por su capacidad de recorrer toda la banda, defendiendo y atacando con igual intensidad.
Durante la temporada 2023, se consolidó como uno de los mejores laterales de la MLS. Su capacidad para generar peligro en ataque se vio reflejada en las estadísticas: 5 goles y 9 asistencias en 34 partidos, además de 67 pases claves, la séptima mejor marca en la liga. Esa versatilidad le valió ser seleccionado para el Equipo de Estrellas en el All-Star Game, un reconocimiento espectáculo para los más destacados.
Con esta transformación, no solo se ganó el respeto de sus compañeros y técnicos, sino que también captó la atención de clubes europeos, como el Ajax de Países Bajos y el Lens de Francia. Aunque las negociaciones no prosperaron, el interés dejó claro que su crecimiento no había pasado desapercibido en el Viejo Continente. Y ahora afrontará una nueva aventura en Brasil, la casa del pentacampeón del mundo.