El deporte argentino atravesó en la década del ‘70 uno de sus momentos más esplendorosos. Las exitosas actuaciones de Guillermo Vilas, Carlos Reutemann, los boxeadores consagrados campeones mundiales y la selección de fútbol, hicieron de aquella una época única. La fulgurante aparición de Diego Armando Maradona fue el cierre perfecto. La onda expansiva se mantuvo firme un par de temporadas más tarde. Y el verano 1981/82 fue una excelsa muestra.
Hasta el calendario se quiso sumar, porque la historia arrancó el lunes 21 de diciembre de 1981. Las tapas de los diarios reflejaban la alegría de River Plate, que la tarde anterior se había quedado con el título del Torneo Nacional, venciendo a Ferro 1-0 en Caballito con gol de Mario Kempes. Dirigido por Alfredo Di Stéfano, el equipo le había agregado mayor sacrificio a su gran constelación de estrellas.
Por esos días, Reutemann era sorpresivamente noticia al dar a conocer su marcha atrás en relación al retiro anunciado tras perder el título en la carrera donde se le escapó el título mundial en Las Vegas en el mes de octubre. Dijo que regresaba a la máxima categoría para el ‘82 como piloto número 1 de la escudería Williams.
Unos días más adelante, el 23 de diciembre, la Asociación del Fútbol Argentino dio a conocer una resolución que no fue tomada con mayor relevancia, pero que se mantiene 40 años más tarde, en medio de innumerables polémicas: la aprobación de la aplicación de los promedios para determinar los descensos en todas las categorías.
Aquel 1981 había sido inolvidable para el hincha de Boca, ya que se consagró campeón del torneo de Primera División contando con Maradona. No pudo repetir en el Nacional, eliminado por Vélez en cuartos de final y sobre el final de la temporada, para sorpresa de muchos, Silvio Marzolini dejó el cargo de entrenador. En su lugar llegó, el día 26, Vladislao Cap, de dilatada trayectoria y quien había sido el DT de Argentina en el Mundial ‘74. También hubo cambio de conducción en la selección de rugby en esas horas, porque Lucho Gradín se fue y allí comenzó el primero de los dos ciclos de uno de los entrenadores más trascedentes en la historia de Los Pumas: Rodolfo O´Reilly, quien tuvo dos etapas (1981/1983 y 1988/1990).
River tuvo un fin de año pleno de festejos por la obtención del Nacional, pero la alegría le iba a durar poco a sus simpatizantes. En las primeras horas de 1982 se enteraron que el club había decidido prescindir de dos figuras históricas, que llevaban más de 10 años como titulares indiscutidos y que habían sido fundamentales en la obtención de los títulos del último lustro: Juan José López y Norberto Alonso. El primero estuvo a un paso de firmar para Boca (lo haría en 1983), pero fue a Talleres, donde Ángel Labruna era el técnico, mientras que segundo pasó a Vélez Sarsfield.
El tenis también vivía un momento excepcional. A mediados de diciembre, Argentina había disputado por primera vez en su historia la final de la Copa Davis, perdiendo ajustadamente como visitante ante Estados Unidos, que era la mayor potencia mundial. Guillermo Vilas y José Luis Clerc habían hecho posible aquella gesta y un mes más tarde, ambos se encontraban en Nueva York para ser partícipes del Masters, que reunía a los mejores de la temporada ‘81, aunque se llevó a cabo en enero del ‘82.
El viernes 15 de enero, Sergio Víctor Palma expuso una vez más su corona en la categoría pluma. En esa ocasión fue ante un duro oponente como el panameño Jorge Luján. El púgil argentino logró retener el cetro, en una polémica decisión de los tres jueces que lo vieron como vencedor con claridad, cuando el combate había sido muy equilibrado. Las señales de alerta se encendían en su carrera, que ya venía mostrando una merma en su nivel y que lo llevaría a dejar el título meses más tarde. El detalle curioso de aquella velada es que no se desarrolló en el Luna Park, como era tradición, sino en el estadio mundialista de Córdoba.
Unas pocas horas después, la atención cruzó el océano, porque en Madrid se realizó el sorteo del Mundial ‘82. Argentina, como campeón vigente, era uno de los cabezas de serie, de un torneo que por primera vez tendría 24 participantes en lugar de 16. Las bolillas indicaron que Bélgica, Hungría y El Salvador, en ese orden, serían los rivales. El entrenador César Luis Menotti no viajó y observó las alternativas desde los estudios del viejo ATC, actualmente Televisión Pública, y dejó en claro que le preocupaba haber tenido a los belgas en la zona. El 13 de junio, día del partido inaugural, lamentablemente la presunción se hizo realidad, con una derrota por 1-0.
En horas de la noche se levantó el telón del tradicional torneo de verano en Mar del Plata. En el clásico de Avellaneda, Independiente se impuso por 2-1 a Racing con dos goles de Antonio Alzamendi, pero la figura fue un chico que debutó con la camiseta de los Rojos, actuando como volante central. Llamó la atención por su calidad y movilidad en todo el campo de juego: Jorge Burruchaga. Ese encuentro marcó la presentación de Víctor Hugo Morales en radio Mitre, tras un año en El Mundo, siendo el punto de partida de cuatro temporadas en esa emisora, al frente de Sport 80, que marcaron un antes y un después en transmisiones deportivas.
El sábado 23, en el circuito de Kyalami, arrancó la temporada de Fórmula 1. No fue un comienzo más, ya que los pilotos se declararon en huelga en desacuerdo con la superlicencia que la Federación Internacional les obligaba a firmar. Incluso, llegaron a dormir en colchones apoyados sobre el suelo de un gran salón del hotel donde estaban hospedados. Hubo tregua y el gran premio se corrió, donde Carlos Reutemann, al comando del Williams número 5, obtuvo el segundo lugar. Ese sería el último podio de su brillante trayectoria.
Mientras se desarrollaban todos estos acontecimientos, Boca desandaba una gira extenuante, que incluyó 8 partidos en 21 días en 7 ciudades distintas en diversos continentes, como lo fueron Los Ángeles, Hong Kong, Kuala Lumpur, Tokio, Kobe, México D. F. y Guatelmala. El imán de Diego Armando Maradona hacía posible estas cosas y potenciaba a sus compañeros, ya que el equipo finalizó invicto. Arribó a Buenos Aires en el mediodía del viernes 29 y en la mañana del sábado 30 embarcó rumbo a Mar del Plata para enfrentar a Racing esa misma noche por la Copa de Oro. La racha se mantuvo con un sorprendente y estruendoso 4-1, con el 10 en nivel superlativo.
El sábado 6 de febrero se definió el torneo de verano con el Superclásico, que quedó en manos de River, imponiéndose por 1-0 con un gol de Ramón Díaz a su estilo: pique, velocidad y definición. Fue un partido muy especial, desde el puntapié inicial que dio Lindsay Wagner, conocida en todo el planeta por su papel de La Mujer Biónica, hasta por el hecho significativo de haber sido el último partido de Diego Maradona en Boca en su primera etapa, situación similar para Ramón Díaz y Daniel Passarella en River. En el caso de Mario Kempes, fue su última función con la camiseta de la banda sobre el pecho. El Loco Gatti, innegable precursor del marketing, luego de tres años de lucir en su buzo la marca de videojuegos Jet, le dio paso a otra que quedó adherida a sus grandes actuaciones del ‘82, en lo que fue una segunda juventud: el restaurant Paparazzi
Unas horas después, en la nublada tarde del domingo 7, una verdadera conmoción tuvo su epicentro en el barrio de Caballito, pero llegó a cada rincón del país. San Lorenzo hizo su debut en primera B, con un estadio de Ferro Carril Oeste colmado y muchas personas afuera. Fue victoria ante Gimnasia por 2-1 sobre la hora, pero ese fenómeno de público se iba a repetir a lo largo de toda la campaña, que desembocó en el ascenso y que aún hoy es motivo de estudio y curiosidad.
Casi al mismo tiempo, en el Buenos Aires Lawn Tennis, Guillermo Vilas vencía en la final del ATP de Buenos Aires a su compatriota Alejandro Ganzábal. Tras más de una década con su lugar en el calendario en el mes de noviembre, por primera vez el máximo certamen de nuestro país se disputó en febrero, como ocurre actualmente desde 2001. Además, fue el octavo y último título oficial del Gran Willy en su tierra.
El domingo 14 comenzó el Nacional, que por primera vez se iba a disputar antes que el torneo de Primera División, ex Metropolitano. Una jornada inicial plagada de hechos significativos: el regreso de Carlos Salvador Bilardo como DT de Estudiantes, que exactamente un año más tarde se consagraría campeón, catapultándose a la selección nacional. Hubo debuts oficiales para todos los gustos: Alejandro Sabella, en Estudiantes, Norberto Alonso en Vélez, Jorge Burruchaga en Independiente, J. J. López y Carlos Morete en Talleres. Ese mismo día, comenzó la concentración del plantel argentino rumbo a España ‘82, motivo por el cual los seleccionados, no pudieron estar presentes en sus respectivos equipos.
Siete días después, en el autódromo de la ciudad de Balcarce, se disputó la primera competencia de la historia del Campeonato Argentino de Pilotos (CAP), que fue una gran iniciativa, porque iban a estar los mejores corredores del país y todos a bordo de los mismos autos: Datsun 280 ZX. Se entremezclaron los vigentes como Juan María Traverso, Osvaldo Cocho López o Luis Di Palma, con quienes ya eran leyendas y estaban retirados, tales los casos de Carlos Pairetti o Jorge Cupeiro. El vencedor fue Guillermo Kisling, quien sería el campeón de aquella edición inaugural. Unas horas antes, el automovilismo nacional había recibido una muy mala noticia, ya que por los problemas económicos que atravesaba el país, se canceló el Gran Premio de Fórmula 1, estipulado para el 7 de marzo. Argentina tardaría 13 años en reconquistar la fecha.
El viernes 5 de marzo, el legendario estadio Luna Park cumplió sus primeros 50 años de vida y lo celebró al día siguiente, con un knock out vibrante de Martillo Roldán en menos de dos minutos ante Ray Phillips. Ese viernes comenzó la serie de Copa Davis entre Argentina y Francia en el Buenos Aires Lawn Tennis, donde una vez más, las polémicas en el equipo nacional dijeron presente. Tras haber perdido la final del año anterior, era uno de los grandes candidatos a quedarse con la ensaladera en el ‘82, pero la sorpresiva renuncia de José Luis Clerc, lo dejó en clara inferioridad. No bastó la extraordinaria labor de Guillermo Vilas, quien aportó sus dos singles, para eludir la caída. En el conjunto adversario se lució un fenómeno como Yannick Noah.
Para el domingo 7, la AFA programó la 5° fecha del torneo Nacional, donde se disputaron todos los clásicos en un mismo día, con dos que sobresalieron claramente del resto. En el Monumental, Boca goleó por 5-1 a un River irreconocible por los apellidos, ya que sus figuras estaban con la selección nacional y en Liniers, el implacable Ferro de Carlos Griguol apabulló a Vélez por 4-0.
El miércoles 10, Argentina igualó en cero con Checoslovaquia en Mar del Plata, continuando el sendero de dudas que había sembrado en la segunda mitad del ‘81 y que se confirmarían en el Mundial. En esas horas se supo que César Menotti convocó a un delantero que había partido hacia el fútbol español en 1975 y del que poco se sabía por aquí. Por su calidad humana y futbolística, más sus aportes con la celeste y blanca por casi una década, fue un acierto enorme: Jorge Valdano.
Y el verano llegó a su fin el domingo 21 de marzo, cuando la mayor atención del público deportivo argentino se dirigió hacia Brasil, donde Reutemann corrió el Gran Premio en el circuito de Jacarepaguá. Un toque con René Arnoux lo sacó pronto de la pista. Los periodistas presentes, manifestaron en sus crónicas que lo habían observado en una versión extraña, con una tranquilidad inhabitual en él, cercana a la displicencia. La percepción no falló. Lole ya sentía que estaba más afuera que adentro de la máxima categoría y una semana más tarde confirmó su retiro definitivo, dejando un vacío que fue imposible de llenar.
Fueron exactamente tres meses. Hubo actividades para todos los gustos, con muchos protagonistas que estaban en plena vigencia y hoy son leyendas. Todos esos grandes momentos se agolparon allí, como un anuncio de lo que extraordinario estaba por concluir: el retiro de Lole, la última gran temporada de Vilas y el éxodo masivo de los grandes futbolistas. El destino nos dio la señal, para que disfrutáramos de un verano deportivamente extraordinario. Así lo hicimos. Así lo evocamos.