¿Crece el enigma de Vermeer?: por primera vez dos versiones de El guitarrista se exhiben juntas en Londres

La exposición Double Vision, abierta en Kenwood House entre septiembre de 2025 y enero de 2026, reúne más de 90 piezas para conmemorar el centenario del pintor. Entre ellas figura la pintura británica junto a la variante llegada desde Filadelfia

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Solo existen 37 pinturas reconocidas
Solo existen 37 pinturas reconocidas de Vermeer, lo que convierte este hallazgo en un acontecimiento relevante

Por primera vez en tres siglos, dos versiones casi idénticas de “El guitarrista”, atribuidas a Johannes Vermeer, se exhibirán juntas en Kenwood House, al norte de Londres.

Esta exposición inédita, que permanecerá abierta del 1 de septiembre de 2025 al 11 de enero de 2026, reúne dos obras separadas durante siglos y reaviva un debate histórico sobre la autenticidad y la autoría de una de las pinturas, un misterio que intrigó a expertos y amantes del arte durante generaciones.

La muestra, titulada “Double Vision: Vermeer”, presenta la célebre pintura “El guitarrista”, parte de la colección de Kenwood House, junto a su enigmática “gemela”, conocida como “Dama con guitarra”, procedente del Museo de Arte de Filadelfia.

Ambas imágenes retratan a una joven tocando la guitarra, y su similitud fue motivo de fascinación y controversia desde que la versión de Kenwood salió a la luz en 1927.

English Heritage, la organización responsable de Kenwood House, destacó la excepcionalidad de la ocasión y la oportunidad que ofrece para que el público contemple de cerca la maestría de uno de los grandes artistas del siglo XVII.

La historia de estas dos pinturas está marcada por cambios de consenso y nuevas investigaciones. Durante años, la versión de Filadelfia fue considerada la original, hasta que la aparición de la pintura de Kenwood, en mejor estado y firmada por Vermeer, llevó a los expertos de la década de 1920 a aceptar esta última como la obra principal.

Desde entonces, la pieza estadounidense se catalogó como una copia realizada en el siglo XVII o XVIII. Sin embargo, la relación entre ambas nunca dejó de suscitar preguntas, especialmente porque solo existen 37 pinturas reconocidas de Vermeer, lo que convierte cualquier hallazgo o revisión en un acontecimiento relevante para la historia del arte.

La exposición reúne por primera
La exposición reúne por primera vez en tres siglos dos versiones de 'El guitarrista' atribuidas a Vermeer en Londres

Las diferencias entre las dos versiones, aunque sutiles, resultan decisivas para el debate. El detalle más evidente reside en el peinado de la joven: en la pintura de Kenwood, la modelo luce rizos, mientras que en la de Filadelfia lleva el cabello recogido en trenzas apretadas. Además, la obra londinense lleva la firma de Vermeer, a diferencia de la estadounidense.

Los análisis técnicos revelaron otras distinciones: la preparación del lienzo en Kenwood se realizó con una capa base gris-marrón clara, mientras que la de Filadelfia presenta una base marrón oscura. En cuanto a los pigmentos, la pintura británica contiene ultramar, un pigmento azul costoso y característico de Vermeer, mientras que la versión de Filadelfia emplea índigo, un azul más económico.

El debate sobre la autoría y la relación entre ambas obras se remonta a la década de 1920, cuando el descubrimiento de la pintura de Kenwood alteró la percepción previa. Desde entonces, la comunidad académica se debatió entre considerar la versión de Filadelfia una copia posterior y la posibilidad de que ambas salieran del taller de Vermeer.

En 2023, Arie Wallert, ex especialista científico del Rijksmuseum de Ámsterdam, propuso en un simposio que las dos pinturas podrían ser versiones originales del propio Vermeer, una hipótesis que impulso nuevas investigaciones y devolvió el debate al primer plano.

En los últimos dos años, equipos de conservadores, curadores e historiadores del arte del Museo de Arte de Filadelfia, en colaboración con la National Gallery of Art de Washington D. C., sometieron la pintura estadounidense a exhaustivos análisis técnicos.

Paralelamente, English Heritage y la National Gallery de Londres realizaron estudios similares sobre la obra de Kenwood. Aunque los resultados definitivos se publicarán próximamente, los hallazgos preliminares han identificado diferencias en las capas de preparación y en los pigmentos utilizados, lo que sugiere procesos y materiales distintos en cada caso.

El evento reaviva el debate
El evento reaviva el debate sobre la autenticidad y autoría de las pinturas, separadas durante siglos

Las opiniones de los expertos reflejan la complejidad del caso. Gregor Weber, ex jefe del departamento de bellas artes del Rijksmuseum y especialista en Vermeer, consideró en una entrevista con The Art Newspaper que, a falta de información concluyente, la pintura de Filadelfia parece una copia temprana de la de Kenwood.

Weber señala que el peinado de la joven en la versión estadounidense corresponde a una moda posterior a 1680, lo que refuerza su hipótesis de una copia realizada poco después del original.

Por su parte, Jennifer Thompson, curadora de pintura y escultura europea en el Museo de Arte de Filadelfia, subrayó también en The Art Newspaper el valor de la exposición para profundizar en la comprensión de Vermeer y de las técnicas pictóricas del siglo XVII, destacando la oportunidad única de comparar ambas obras en persona.

La exposición no pretende ofrecer respuestas definitivas, sino invitar al público a participar en el debate. English Heritage enfatizó que la muestra permite a los visitantes ejercer de “detectives”, sopesando las pruebas y formándose su propia opinión sobre la autoría y la relación entre las dos pinturas.

Wendy Monkhouse, curadora principal de Kenwood, señaló en The Guardian que el resurgimiento del debate sobre la versión de Filadelfia brindó la ocasión perfecta para abordar la cuestión de manera abierta, tanto entre especialistas como ante el público general.

Contemplar ambas obras colgadas una junto a la otra en Kenwood House ofrece una experiencia visual que desafía las certezas del espectador y mantiene vivo el enigma en torno a la mano de Vermeer.