
Un barco de acero de 9.500 toneladas, construido en un astillero sueco en 1979, se convierte en el inesperado protagonista de un análisis profundo sobre la globalización y sus transformaciones. El historiador de Harvard Ian Kumekawa utiliza esta embarcación en su libro Empty Vessel: The Story of the Global Economy in One Barge (“Barco vacío: La historia de la economía global en una barcaza”) como un símbolo tangible de los cambios económicos globales, desde su construcción en una época de declive industrial en Occidente hasta su papel en crisis económicas y sociales a lo largo de décadas.
El libro detalla cómo este barco, diseñado originalmente como una barcaza portacontenedores, nunca cumplió su propósito inicial debido a un exceso de capacidad en el transporte marítimo y al impacto de la crisis del petróleo en los años setenta. En lugar de transportar carga, la embarcación asumió múltiples roles a lo largo de su vida útil: desde alojamiento flotante para trabajadores de plataformas petroleras en el Mar del Norte, hasta cuartel para soldados británicos durante la Guerra de las Malvinas en 1982, e incluso cárcel flotante en el East River de Nueva York en 1992. Kumekawa describe al barco como un “pontón sin voz, personalidad ni propósito propio”, cuya flexibilidad lo convirtió en un recurso valioso en tiempos de crisis.
El autor utiliza esta historia para ilustrar cómo los grandes cambios globales, como la desindustrialización, la privatización y la globalización financiera, se manifiestan en objetos físicos y en las vidas de las personas que los rodean. Kumekawa argumenta que fenómenos abstractos como la “financiarización” y la “desregulación” dependen de activos tangibles, como este barco, que a menudo están vinculados a contextos de violencia física y explotación laboral.
El libro también aborda las condiciones laborales en el astillero sueco Finnboda, donde se construyó la embarcación. Según Kumekawa, los trabajadores enfrentaban riesgos significativos, como exposición al asbesto y a pintura con plomo, pérdida de audición y accidentes frecuentes. Estas condiciones reflejan las tensiones económicas y sociales de una época en la que países como Suecia y Estados Unidos experimentaban un declive en su capacidad industrial.
Tras su construcción, el barco fue adquirido por una empresa noruega y utilizado en el Mar del Norte, donde generaba ingresos al operar en campos petroleros o transportar restos de barcos de guerra alemanes. Sin embargo, su verdadero valor residía en su capacidad para servir como una herramienta financiera. Según Kumekawa, los inversores noruegos podían utilizar la embarcación para obtener beneficios fiscales, lo que la hacía más valiosa como abstracción financiera que como un barco funcional.
En 1982, durante la Guerra de las Malvinas, el barco y su gemelo fueron utilizados como alojamiento para soldados británicos. Sin embargo, no fue el gobierno británico quien adquirió las embarcaciones, sino la empresa privada Bibby Line. Este episodio, según Kumekawa, ejemplifica la “tensa relación” entre el globalismo y el nacionalismo en la era de Margaret Thatcher, quien promovía la privatización mientras apelaba al patriotismo.
El barco continuó su trayectoria como un recurso adaptable en diferentes contextos. En Alemania Occidental, sirvió como vivienda temporal para aprendices de Volkswagen, y en Estados Unidos, como cárcel flotante en Manhattan. Durante este tiempo, la empresa propietaria, Bibby Line, registró la embarcación bajo la bandera de las Bahamas, una práctica conocida como “reabanderamiento” que permite a las empresas beneficiarse de impuestos más bajos y regulaciones más laxas. Según Kumekawa, estas “banderas de conveniencia” son un símbolo de la globalización, ya que permiten a los intereses económicos adaptarse a un mundo en constante cambio.
El autor también destaca las consecuencias humanas de estas prácticas. En 2018, el barco gemelo de la embarcación protagonista quedó abandonado en Walvis Bay, Namibia, junto con otros barcos de la empresa Halani Shipping, registrada en San Vicente y las Granadinas. Una tripulación india de ocho personas quedó varada sin salario durante más de nueve meses, reflejando la falta de supervisión y responsabilidad en un sistema globalizado.
Con Empty Vessel, Kumekawa ofrece una perspectiva única sobre la globalización, utilizando la historia de un barco aparentemente insignificante para explorar cómo los cambios económicos globales afectan tanto a las estructuras materiales como a las vidas humanas.
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