
En Changing My Mind, Julian Barnes despliega un mapa de su pensamiento personal, político y lingüístico con su habitual lucidez, sin perder la ironía. Publicado por Notting Hill Editions, el breve volumen reúne reflexiones originalmente transmitidas por la BBC Radio 3 en 2016. A lo largo de sus páginas, Barnes transita temas como la memoria, el paso del tiempo, los libros, las palabras y la política, en una estructura que oscila entre el ensayo largo y la serie de viñetas filosóficas.
Una de las ideas más memorables del libro es su utopía personal: la República Benigna de Barnes (B.B.R.), donde habría desarme nuclear, separación entre Iglesia y Estado y un renovado lugar para las humanidades en la educación. Es una visión que contrasta radicalmente con la “Ruritania” imaginada por W.H. Auden, una monarquía sin automóviles ni televisión, sostenida por la minería y la ganadería. Mientras la de Auden resulta extravagante, Barnes no oculta su preferencia por lo posible: “Yo viviría encantado en la B.B.R.”.

Barnes también dedica espacio a cuestionar la expresión “cambié de opinión”. “¿Dónde está ese ‘yo’ que cambia esa ‘mente’, como un jinete que controla su caballo con las rodillas?”, se pregunta. “Este ‘yo’ en el que confiamos no es algo más allá y separado de la mente… sería mejor decir: ‘Mi mente me cambió a mí’”.
En cuanto a sus propios cambios, reconoce algunos: ha reevaluado a Georges Simenon, a quien ahora considera merecedor del Nobel, y a E.M. Forster, que le parecía “rancio, mohoso y polvoriento”, hasta que entendió que “no sabía lo suficiente sobre la vida para apreciarlo”.
También reflexiona sobre el conservadurismo al que muchos de su generación parecen haber migrado con los años. Él se desmarca: “Nunca he cambiado realmente de opinión sobre política”, afirma. “Al quedarme quieto, alguien con mis creencias políticas se ha encontrado más a la izquierda a medida que el centro se alejaba”.

Esa fidelidad a sí mismo alcanza incluso el campo del lenguaje, donde confiesa haber pasado, en sus años tempranos como asistente editorial del Oxford English Dictionary, de ser un prescriptivista conservador a convertirse en un liberal descriptivista. “Si entré como un conservador inconsciente, salí como un descriptivista liberal”, afirma.
Barnes se muestra, en última instancia, fiel a una convicción que atraviesa todo el texto: “Siempre creí que la vida personal y la vida artística eran mucho más importantes que la política. Bueno, todavía lo creo, con la misma intensidad”.
Sin estridencias ni provocaciones, Changing My Mind ofrece un retrato íntimo de un escritor que se permite pensar en voz alta sin imposturas. A través de estas páginas, Barnes demuestra que el pensamiento sereno, incluso cuando no busca impresionar, puede ser profundamente revelador.
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