Alejandro Agresti contra el cine de “pirotecnia”: “Toda esa porquería, y perdón que lo llame así, me parece un desecho de época”

El cineasta argentino, que recibió una distinción en Málaga, España, dijo vendrá un “renacimiento”: “el cine dejará de ser movimientos que hipnoticen”

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Alejandro Agresti contra el cine
Alejandro Agresti contra el cine de “pirotecnia”: “Toda esa porquería, y perdón que lo llame así, me parece un desecho de época” (Foto: Gastón Taylor)

Lo que quisimos ser, la última película del cineasta argentino Alejandro Agresti, es como un “renacimiento”. Un renacimiento de una manera de hablar, de vivir, de amar y de hacer películas, como afirma en un alarde de optimismo, al asegurar que “el cine dejará de ser movimientos que te hipnoticen”.

Agresti ha viajado a Málaga porque el festival de cine de esta ciudad del sur de España rinde homenaje a su trayectoria, que ha avanzado en pararelo a su propia vida, a su forma de ver el mundo y también a su forma de recordarlo, como destaca en una entrevista con EFE.

Pasados los 60 años evita el pesimismo a pesar de los muchos factores que lo provocan, como es el caso del futuro del celulóide, al aventurar que “con el cine va a haber una especie de renacimiento, la gente se va a hastiar, está perdida, va a reaccionar”.

El cineasta argentino, que recibió
El cineasta argentino, que recibió una distinción en Málaga, España, dijo vendrá un “renacimiento”: “el cine dejará de ser movimientos que hipnoticen” (Foto: Gastón Taylor)

“Lo de las redes sociales -añade- lo veo positivo: la gente al principio respondió como si fuera un juguete, pero no van a encontrar la verdad aquí y la buscarán en sí mismos. El cine dejará de ser movimientos que te hipnoticen y la gente buscará un cine en el que se vea reflejado”.

Películas alarmantemente parecidas

En Lo que quisimos ser, película que también presentará en el Festival de Málaga, una mujer y un hombre de más de 50 años se conocen en una sala de cine que solo proyecta películas en blanco y negro, en un Buenos Aires ambientado en 1998, y quedarán cada jueves en un bar para hablar y alimentar la curiosidad mutua. El enamoramiento será inevitable, pero también sus destinos.

No hay artificios de ninguna clase en los poco más de 80 minutos del metraje. La historia descansa sólo en el actor y en la actriz, Luis Rubio y Eleonora Wexler. Es justo lo que Agresti quería hacer, apunta.

 (Foto: Gastón Taylor)
(Foto: Gastón Taylor)

“Es un renacimiento, volver a lo viejo en cierta forma, porque en el cine ahora hay demasiada pirotecnia, demasiada locura, lo que tiene que ver con los nuevos medios tecnológicos”, sostiene. E incide en que “es tiempo de volver a lo clásico y reparar en los rostros, en los actores, que son los que cuentan la historia”.

Según Agresti, -Concha de Oro del Festival de San Sebastián por El viento se llevará lo que- las películas actuales “son alarmantemente parecidas” y no sólo por los temas que tratan, “monstruos que se comen a niños, zombis o héroes que salvan el mundo”. “Toda esa porquería, y perdón que lo llame así, me parece un desecho de época”, zanja.

También son muy parecidas, en su opinión, por “lo estético”, lo que achaca a las nuevas tecnologías digitales, que igualan colores, texturas y gamas. “Y todo esto parte de tratar al público de idiota. Hay gente que sabe lo que le gusta al público y el público no puede elegir”, sentencia.

La “ignorancia” del Gobierno de Milei

Agresti, que tuvo una incursión en Hollywood con La casa del lago, protagonizada por Keanu Reeves y Sandra Bullock, está preocupado por el presente de Argentina, que define como “una locura en todo el sentido”.

 (Foto: Gastón Taylor)
(Foto: Gastón Taylor)

Igual que con el futuro del cine, con el de su país tampoco se aparta del optimismo: “Lo único que espero es que, como tenemos una economía devastada, se produzca el milagro de que Argentina se levante y respete el cine, el arte, ahora echado a un costado”.

Achaca a la ignorancia que el Gobierno de Javier Milei haya escorado a la industria cinematografica argentina. “La excusa es que la economía está mal y que primero hay que sanearla, y esto hay que creerlo o no. No pienso que se odie al cine. Es desconocimiento. Saben mucho de economía, pero no saben del espíritu y la necesidad humanas”, subraya.

Fuente: EFE