La belleza de la semana: los Brueghel, larga dinastía de pintores flamencos

Cuando alguien escribe en el buscador de Google el apellido Brueghel le salta un universo pictórico enorme. Muchos cuadros son reconocibles: La Torre de Babel, La boda campesina, La Vista... El algoritmo completa la búsqueda bifurcándola en dos: “Brueghel el Viejo” y “Brueghel el Joven”.

¿Por qué esta diferenciación? ¿Es la misma persona en dos instancias distintas de su vida? ¿O son dos personas diferentes? ¿Y si en realidad fueran más de dos? Pero, ¿cuántos más? ¿Quiénes son los Brueghel entonces? ¿Un grupo, un movimiento, un estilo, una familia?

“Bajo el apellido de Brueghel hay cientos de cuadros repartidos por pinacotecas de todo el mundo. Los miembros de la familia Brueghel firmaron con éxito obras durante décadas siguiendo un estilo pictórico”, escriben los españoles Rafael Ordóñez y Ignacio Encabo.

Todo empieza en el siglo XVI, en lo que era Países Bajos de los Habsburgo —territorio de los actuales Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos—, región próspera económica y culturalmente. Cuna del comercio de arte. Escuela Flamenca. Inicio de la dinastía Brueghel.

El primero, el germen, la semilla, el que empezó todo es Pieter Brueghel,​ llamado el Viejo. “Su vida es casi un misterio. Los historiadores del arte la continúan aún armando como un rompecabezas infinito”, escribió Juan Gabriel Batalla en una nota en este medio en 2019, cuando se cumplían 450 años de la muerte del principal pintor flamenco del siglo XVI.

“Vivió en una época en que los registros no eran prioridad o se perdieron en el tiempo. Por ejemplo, nadie puede asegurar a ciencia cierta cuándo ni dónde nació, aunque sí cuándo murió”, continúa: el 9 de septiembre de 1569. En la actualidad solo 45 pinturas con su firma que han sobrevivido.

El agregado de “el Viejo” fue a posteriori, cuando ya hacía rato que había muerto: fue para diferenciarlo del resto de los pintores de su familia. Pero con él empieza no solo una dinastía, también una revolución en el arte.

“Fue el primero, en Occidente al menos, en pintar los paisajes como escenario en vez de ser solo el fondo de alegorías religiosas. En esta época de la humanidad todavía no se había producido el giro copernicano y el arte solía tener al hombre como el centro del universo”, completa Batalla.

Pieter Brueghel tuvo dos hijos pintores. El mayor, llamado igual que él, fue apodado Pieter Brueghel el Joven. No hubo lugar al traspaso generacional de la pasión artística porque cuando su padre murió él tenía cinco años. Se cree que el pequeño Pieter quedó deslumbrado al entrar al estudio del paisajista Gillis van Coninxloo.

Pintó paisajes, temas religiosos y escenas populares, también bodegones. Entre sus obras más conocidas están El abogado del pueblo y Paisaje invernal con una trampa para pájaros. También explotó el legado: dirigió un gran estudio en Amberes que reproducía copias baratas de la obra de su padre. También fue maestro de artistas en su taller. Murió a los 72 años. Años después de su muerte, su nombre cayó en el olvidó hasta que se produjo un redescubrimiento en la primera mitad del siglo XX.

El menor de Pieter Brueghel el Viejo se llamó Jan. En su momento fue identificado como Brueghel el Terciopelo o la Flor o el Paraíso, pero finalmente quedó Jan Brueghel el Viejo. Se destacó por ser un prolífico pintor de naturalezas muertas, a menudo de flores y paisajes. Empezó con paisajes y escenas bíblicas, luego miró los centros urbanos y sobre el final, a diferencia de su hermano mayor, decidió inclinarse por un estilo diferente al de su padre: naturalezas muertas.

Un asterisco a esta dinastía es Pieter Coecke van Aelst, maestro de Pieter Brueghel el Viejo, pero también su suegro. La hija de Coecke era Mayken Coecke, madre Pieter y Jan. Cuando “El Viejo” murió, los dos niños junto a su hermana Marie se fueron a vivir con su abuela, Mayken Verhulst, que ya era viuda. Esto marca la gran influencia de Coecke en la obra de sus nietos.

El abuelo, Pieter Coecke van Aelst, fue un pintor, grabador, dibujante y editor flamenco. Fue un gran productor de tapices. También fue nombrado pintor de la corte de Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Un hombre muy culto —era políglota—, publicó traducciones al neerlandés, francés y alemán de tratados de arquitectura romana antigua e italiana moderna.

Fue un gran divulgador de las ideas renacentistas en el norte de Europa. Entre sus obras más conocidas están San Juan Evangelista con dos damas y dos niñas orantes (1532) y Adoración de los Magos (hacia 1530), ambas en el Museo del Prado.

Lo cierto es que los niños, futuros pintores, no vivieron con su abuelo, que tenía ya gran fama, sino con su abuela, Mayken Verhulst, que en ese momento tenía 51 años. Ella también era pintora, firmaba como Marie Bessemers. Se dedicaba a miniaturas, témperas y acuarelas. Y tenía su prestigio: para Lodovico Guicciardini en 1567 era una de las cuatro artistas femeninas más importantes de los Países Bajos.

De su vida se sabe prácticamente nada. De hecho, no hay obras que con seguridad sean de ella. Una de ellas es un retrato muy singular. Se cree que los que allí están son su marido, ella misma y sus hijos, que aparecen al fondo, un poco alborotados. Su familia también estaba ligada al arte: sus dos hermanas, Lysbeth y Barbara, estaban casadas con los pintores Hubert Goltzius y Jacob de Punder. Ella fue la única que se dedicó a pintar.

El hijo mayor de Brueghel el Viejo, Brueghel el Joven, tuvo seis hijos. La mayoría murió a temprana edad. Se sabe que uno de esos hijos fue pintor y se lo conoció como Pieter Brueghel III, aunque no hay obra que haya sobrevivido. Todas las que existen y podrían haber sido pintadas por él, se terminó demostrando que no. Su vida es un misterio. Su obra también.

Por su parte, Jan Brueghel el Viejo, el menor de los dos hijos de pintores del Pieter I, tuvo tres hijos pintores. Uno fue Jan Brueghel el Joven que nació en 1601 y murió en 1678. Aprendió de su padre, y formó su estilo con cierta similitud. También copió algunas de sus obras y las vendió como originales.

Otro hijo pintor de Jan Brueghel el Viejo fue Ambrosius Brueghel, nacido en 1617 y muerto en 1675. Se dedicó a los bodegones, las guirnaldas florales y los paisajes.

Y el tercero de Jan, o Jan I, fue una mujer, también pintora por supuesto: Anna Brueghel. Sabemos que nació el 4 de octubre de 1620 y murió el 11 de mayo de 1656, pero no hay ninguna obra que haya sobrevivido. Tras la muerte de su padre en 1625, quedó bajo la tutela de Pedro Pablo Rubens. Se casó con otro pintor, David Teniers II (también conocido como David Teniers el Joven), que venía de otra dinastía de artistas, los Teniers. Acá es donde confluyen ambas familias. Tuvieron un hijo pintor, David Teniers III, quien a su vez tuvo otro hijo pintor, David Teniers IV, y así la historia podría continuar hasta el presente, pero quizás lo mejor es dejarla acá. Al menos en este artículo.

Al ser varón, Abraham Brueghel es el último pintor con ese apellido. Nació en 1631 en Amberes hijo de Jan Brueghel el Joven. Fue pintor, grabador pero también marchante de arte. Su obra más conocida es un bodegón, que fue atribuido hace poco, ya que antes se creía que era de Velázquez. No se sabe mucho más. Se cree que no tuvo hijos, al menos hijos que siguieran el rumbo del arte. Tal vez aquí sí termine la historia.