Mariano Molina, un artista entre el anonimato de la multitud

La muestra “Focus Group” en el Palacio Duhau presenta figuras que emergen y se diluyen en composiciones que desafían la percepción, cuestionando la relación entre identidad y colectividad

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"Focus Group", de Mariano Molina,
"Focus Group", de Mariano Molina, explora la tensión entre el anonimato y la individualidad en las multitudes a través de 37 obras

Sobre una de las paredes tres obras, un mismo patrón, personas reunidas que forman un círculo. En una de ellas, se las puede observar a todas, y se entiende que la atención está puesta hacia un centro que se encuentra vacío: hay un discurso allí que se está produciendo, que existe y no a la vez.

En las otras, que se encuentra a continuación, algunas de esas personas han desaparecido, son sombras, fantasmas, borrones de una existencia que parecen fundirse en la invisibilidad de un movimiento de un rotor, y, como el discurso, existen y no a la vez.

El artista Mariano Molina trabaja, desde hace dos décadas, sobre el concepto de masas, de multitudes, juega -palabra que utiliza mucho- con los cuerpos sin contexto, trabajando sobre fotografías que él mismo realiza, pero a las que les saca el fondo. Hay en esa elección un deseo, una búsqueda de romper con cualquier asociación política, para centrarse específicamente en el Ser. O en el No Ser.

Así, a través de 37 obras, que abarcan un período desde 2013 hasta la actualidad, Molina se presenta con Focus Group en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau.

En la muestra "Focus Group",
En la muestra "Focus Group", figuras se desdibujan y reaparecen en un juego visual que cuestiona la percepción y la identidad.

Molina, quien explora temas como la percepción visual, el anonimato y las dinámicas, comenzó a indagar en las multitudes tras una serie de experiencias personales y profesionales que marcaron un punto de inflexión en su obra.

“Me interesaba pensar la identidad en mis primeras obras”, comenta a Infobae Cultura durante un recorrido. Pero su enfoque artístico dio un giro significativo en 2001, cuando se encontraba en Nueva York durante los atentados del 11 de septiembre. El impacto del evento, sumado a su experiencia previa trabajando frente a la Plaza de Mayo en un año fatídico para el país, lo llevó a reflexionar sobre esas multitudes, su fuerza, su desesperación. Había algo allí, en la masa, en los cuerpos que se reunían, que le resultaba más potente.

“En esa época también fui padre. Todos esos acontecimientos me dieron vuelta, pasé varios meses sin pintar, reacomodando mi vida personal y profesional. Entonces, decidí utilizar fotogramas de videos que había tomado tanto en Nueva York como en la Plaza de Mayo para comenzar a trabajar en una nueva dirección. Las multitudes no tenían que ver con el contexto, sino que eran un punto de partida”, dijo.

Mariano Molina investiga el movimiento
Mariano Molina investiga el movimiento de las masas y la descomposición del grupo en su exhibición en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau

Y agregó: “Si bien parto de fotografías, mi intención ha sido siempre descontextualizarlas, con el objetivo de convertirlas en imágenes atemporales, ambiguas y de múltiples interpretaciones. Mi intención no radica en documentar eventos específicos, sino en investigar ideas y percepciones visuales”.

La técnica de Molina combina elementos de fotografía, diseño gráfico y pintura, con un enfoque particular en el uso del aerógrafo. Según explicó, su proceso creativo comienza con sus fotografías, muchas de ellas tomadas en espacios públicos como calles, fiestas electrónicas o eventos deportivos. Luego, estas son manipuladas en Photoshop, donde le gusta “jugar con la relocalización de personajes, luces y sombras”.

Una vez definida la composición, proyecta la imagen sobre el lienzo y comienza a trabajar con capas de pintura. “Tiro una goma líquida, la salpico, tapo, todo de blanco y después empiezo a trabajar la parte blanca otra vez sobre la misma silueta del personaje”, explica sobre Action Painting, una de las obras en las que indaga con la técnica que popularizó Jackson Pollock. Este método le permite jugar con el enfoque, el movimiento y la textura, creando un efecto visual que oscila entre la abstracción y la figuración.

¿Quiénes somos dentro de una
¿Quiénes somos dentro de una multitud? "Focus Group" propone una reflexión sobre el individuo y la masa en tiempos de hiperconectividad

Molina describe a su trabajo como un “ensayo constante”, donde cada pieza es una oportunidad para explorar nuevas ideas. “Hay un poco de azar y un poco de control sobre todo lo que hago”, afirmó. “El proceso de investigación y ensayo me permite explorar a la pintura como un medio no solo para representar, sino para cuestionar la propia naturaleza de la percepción” y “la utilización del aerógrafo me impulsa a probar diferentes efectos de movimiento que atraviesan a toda la serie”. En esos accidentes un poco controlados, sostuvo que en su obra “busca generar interpretaciones libres en el espectador”.

En su primera exhibición, “Movimiento Pop” en 2004, Molina se caracterizó por un uso vibrante del color, pero luego adoptó un enfoque más monocromático, y desde entonces su obra oscila entre estos dos extremos, alternando entre composiciones plenas de tonalidades puras y otras más sobrias. En “Focus Group” se incluyen piezas que reflejan esta dualidad.

Además de las pinturas, la muestra presenta dos esculturas realizadas en madera, que surgieron de una propuesta para intervenir una biblioteca, a través de obras, que pueden ser manipuladas por los visitantes, y que reflejan el interés del artista por “crear una experiencia lúdica y accesible”.

Uno de los temas recurrentes es la tensión entre el anonimato y la individualidad dentro de las multitudes. En su trabajo busca destacar ciertos personajes dentro de un grupo, mientras otros se desdibujan en el fondo. “Identifico algunas figuras que me interesan y les pongo un poco más de enfoque por la posición que tienen o por la actitud”, comentó.

La obra de Molina indaga
La obra de Molina indaga en la presencia y ausencia dentro de las multitudes, cuestionando la construcción de la identidad colectiva

En ese sentido, reabre un debate, que hace más de un siglo tienen la filosofía moderna y la sociología, y que aún se encuentra en disputa: ¿Es la fuerza del hombre individual o ésta radica en lo grupal?

En tiempos de tecnócratas sobregirados en discursos individualistas, de darwinismo económico, en que se busca la disolución de todo tejido social, los relatos están allí, en el centro, para que todos los oigan, reproducidos acríticamente en medios de comunicación, en redes sociales a través de bots, retuits de presidentes e influencers de la timba digital. Y, a su vez, estos relatos adolecen de contenido, presentan repeticiones fantasiosas de cáscaras vacías que invitan a un sálvese quién pueda. Están allí, en el centro, para ser oídos y vistos, pero al mismo tiempo, como en algunas obras de Molina, no hay nada detrás de esa atención pública.

Los debates sobre quiénes somos en torno al otro, los comportamientos, por qué aceptamos de manera consciente autoengañarnos si eso nos incluye en una mayoría, etcétera, surgen en estas obras donde algunos individuos resaltan y otros se pierden nebulosos en una intrascendencia.

Entre lo figurativo y lo
Entre lo figurativo y lo abstracto, las obras de Molina presentan cuerpos que emergen y desaparecen en un espacio sin contexto

Molina elige a quién resaltar, a quién borrar, a quién dejar en un limbo. Y así como Durkheim nos habló de la anomía; Herbert Mead sobre lo fundamental de la aceptación social de la opinión de cada individuo, y Foucault reforzó el rol del individualismo como motor social, el artista nos presenta una serie de piezas que se mueven entre las fronteras de la figura y lo abstracto, de lo que se destaca y lo que se elige poner en un segundo o tercer plano.

Aún en sus obras más asépticas, el artista parece hablarnos de una desintegración del todo, de una descomposición de lo grupal que se centra en el individuo, pero no en cualquiera, sino en ciertos elegidos. Hay, entonces, unos que merecen ser observados, otros que son número, que no tienen el peso suficiente para manifestarse corpóreos en el caos de la vida.

Es, por otro lado, una invitación a pensar estos tiempos big brotherescos, en los que pertenecer a la masa ya no significa tener la posibilidad de perderse en el anonimato, sino que desde una cámara, como en las obras de Molina que pueden tener, en muchos casos, una sensación de panóptico, con ángulos cenitales o picados, se puede reconocer a cualquiera que camine la calle.

* Focus Group, de Mariano Molina, se exhibe en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau (Posadas 1350, C.A.B.A.). De lunes a domingo, abierto las 24 hs. Entrada gratuita.