Siegmund Ginzberg, en exclusiva: “Hay muchas similitudes entre el 1933 de Hitler y este 2025”

En su libro “Síndrome 1933″, que ahora va de boca en boca, el autor italiano vincula el clima social y político de comienzos del nazismo con la actualidad. “Nunca he sugerido que vayan a repetirse los acontecimientos”, aclara en una entrevista con Infobae. Pero también explica por qué tiene miedo

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El autor italiano Siegmund Ginzberg.
El autor italiano Siegmund Ginzberg.

El libro va describiendo un gobierno. Dice que sus miembros eran “despiadados con los seres humanos, compasivos con los animales”. Que apenas subieron promulgaron una “Ley contra la crueldad hacia los animales”. Que su líder “tuvo numerosos perros por los que sentía un enorme afecto”. Que, aunque fueron autoritarios y violentos, al principio los veían como “el símbolo del cambio, de la renovación, de la revolución”. Que “lo habían votado por­que de cualquier forma ‘las cosas no podrían ir peor’”. El libro cuenta también que, después de algunos debates, el parlamento le dio los plenos poderes que ese gobierno pedía. Y que creían que sería “un fenómeno pasajero”.

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Síndrome 1933

Por Siegmund Ginzberg

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Ese gobierno, claro, era el de Adolf Hitler. El libro se llama Síndrome 1933 y va reuniendo, hilvanando, distintos momentos, detalles, actitudes e ideas que surgieron alrededor del nazismo y que le evocan a momentos, detalles, actitudes e ideas del presente. Se publicó en 2018 pero alcanzó una circulación y popularidad ahora, tal vez porque las similitudes que señala se hicieron más evidentes.

“Analogías”, dice su autor, el periodista italiano Siegmund Ginzberg. Que advierte: “Con este libro nunca he pretendido sugerir que vayan a repetirse los acontecimientos”. Esto -hay semejanzas pero el futuro no está escrito- dirá en esta entrevista exclusiva con Infobae. Aunque dirá también que sí, que tiene miedo. Por el futuro, por sus hijos por sus nietos.

¿Hay algo que temer, realmente? En el libro dice que no, pero... “No se vislumbran en el horizonte ni guerras mundiales ni exterminios colectivos. Pero, francamente, también parecían inconcebibles en la Europa de los años treinta, del mismo modo que en la belle époque nada hacía presagiar la Gran Carnicería de 1914-1918″, escribe Ginzberg.

“Formaron una coalición con los nazis, porque eran “moderados”, había fuerzas de derecha aún más a la derecha”

Ginzberg cuenta, también, que “el mito de Hitler se alimenta de la depravación sexual”. Aparece un caso, el de Fritz Haarmann, que atrae niños, los viola, los muerde, los mata. Se habla de una época de orgías, nudismo y frenesí y se señala un culpable: el judío. Los judíos serían los depravados, como hoy se acusa a los homosexuales o a los trans. Hitler llega “a poner orden” y volver a los viejos valores.

Síndrome 1933 señala que, desde el comienzo del gobierno, Hitler fue contra los empleados de la administración pública. Y muestra cómo, cambiando algunas palabras, los argumentos son parecidos. “El judío es un extranjero, un inmigrado. Los migrantes son delincuentes. Por tanto, los judíos son delincuentes. Todos los judíos son criminales. Este silogismo condujo al exterminio. En la actualidad, basta con sustituir «judíos» por «migrantes ilegales», o simplemente «migrantes», indeseables por definición. Los extranjeros nos detestan. Los judíos (o los musulmanes, los mexicanos, cualesquiera que nos la tengan jurada en Europa o en el resto del mundo) son extranjeros. Por tanto, nos detestan”.

Una de las primeras medidas del gobierno nazi fue cerrarles las puertas a los inmigrantes. ¿A alguien le suena parecido a algo cercano?

-¿Cómo empezó a pensar en estas analogías, qué fue lo que le hizo el click?

-Fue en 2018, cuando formaron un gobierno entre los populistas del Movimiento 5 Estrellas y los nacionalistas de la Lega. Lo que me llamó la atención fueron las palabras, los tonos, los contenidos en las redes sociales. Y eso me recordó a lo que había ocurrido en Alemania en los años 30.

Una mujer sostiene un cartel
Una mujer sostiene un cartel en el que el nombre de Hitler fue reemplazado por el de Trump. Ocurrió en Bruselas, Bélgica, el 20 de enero de 2025. (REUTERS/Johanna Geron)

-¿A qué se refiere, concretamente?

-Por ejemplo, lo que decían sobre los extranjeros. Como “que se ahoguen en el mar” y cosas así. O los insultos a los rivales políticos.

¿El repudio a los extranjeros llamó la atención de Ginzberg? Ciertamente, el suyo no es un típico apellido italiano. Y no, él no nació en Italia. ¿Alemania, Austria? No: sorpresa. Siegmund Ginzberg llegó de Turquía, donde había llegado al mundo en 1948. Pero, como es obvio, “Ginzberg” tampoco suena muy turco. Se lo digo y si, hay una historia familiar, que tiene que ver con la Historia del mundo:

-Mi familia era de Europa Central, de Rumania, y mi abuelo era abogado allí. Todavía tenía la ciudadanía turca porque esas tierras, al final del río Danubio, fueron turcas en el siglo XVI. Después de la Primera Guerra Mundial tuvo que emigrar a Constantinopla, es decir a Estambul, porque, para los judíos, estaba prohibido ejercer la profesión de abogados en la nueva Rumania.

Siegmund Ginzberg, en la entrevista
Siegmund Ginzberg, en la entrevista con Infobae (Captura de pantalla)

-Claro, parece que inmigrantes somos casi todos... Me estaba diciendo que empezó a pensar este libro cuando vio cómo se los trataba. ¿Y algo más?

-Sí, en ese momento, en Italia, se pedían nuevas elecciones todo el tiempo. Y eso me recordó que, en Alemania en los años 30, había muchas elecciones. Votaban a cada rato, de manera muy democrática. En un momento, nadie obtenía la mayoría absoluta. Y metieron a Hitler como canciller, aunque había tenido una derrota electoral. El presidente era Paul Von Hindenburg, que no quería que le dieran la cancillería a Hitler porque entendía que su partido no era democrático. Pero lo convencieron y formaron una coalición con los nazis, porque eran “moderados”, había fuerzas de derecha aún más a la derecha que ellos. Dijeron: “controlaremos a Hitler, si lo hacemos canciller no hará locuras”. Y cometieron un gran error porque duraron sólo unos meses...

-Parece que Hitler y el discurso nazi tienen un poder que los otros no tienen.

-No es sólo el poder del discurso: tenían la idea clara de tener todo el poder, de no compartirlo con nadie. Un año después de asumir, Hitler purgó al que había sido su principal aliado, Ernst Röhm, el jefe de las SA (el primer grupo militarizado nacionalsocialista) Lo mataron. Mira lo que pasa con Trump: Steve Bannon, que es el ideólogo de la extrema derecha en los Estados Unidos, (fue suya es la idea de “Make America Great Again””) odia a Elon Musk, dice que es un inmigrante clandestino procedente de Sudáfrica. Tarde o temprano, Trump va a decidir.

“El problema es que los partidos democráticos no están haciendo el trabajo que deberían hacer”

-La sensación en la Historia y la pregunta ahora es si la democracia no es un sistema “tonto” que da las herramientas para construir regímenes autoritarios.

-El problema no es la democracia. El problema es que los partidos democráticos no están haciendo el trabajo que deberían hacer porque, no están entendiendo que la gente está harta de la política tal y como se la venía presentando.

-¿De qué está harta la gente cuando dice que está harta de la política? ¿Por qué?

-Porque la política no responde a sus necesidades. Porque no ven una perspectiva clara de lo que están haciendo, porque se pelean entre ellos. En Francia, por ejemplo, la mayoría del electorado no quería ir a votar a nadie. La situación en Alemania fue diferente porque consiguieron que el 83% de los votantes fueran a las urnas. Porque, como decía el historiador Eric Hobsbawm, se vinieron “tiempos interesantes” .

-¿Qué similitudes principales hay entre 1933 y 2025?

-Las similitudes son muchas: Trump convierte a los inmigrantes en chivos expiatorios (antes eran los judíos), imagina conspiraciones y complots contra Estados Unidos, cosas como “Europa nos maltrata, destruye nuestra producción y comercio” (Hitler incluso acusaba a los judíos, a las finanzas internacionales estadounidenses y británicas, al bolchevismo, de querer poner a prueba a Alemania y exterminar al pueblo alemán, Trump aún no). Estaba aquello de que Alemania (ahora Estados Unidos) vuelva a ser grande; y así sucesivamente. Hitler planeaba la conquista del lebensraum (espacio vital) la apropiación de recursos, Trump inició una guerra comercial y de aranceles (que aún no es una guerra, pero todas las guerras han comenzado con una guerra comercial y de apropiación de recursos), el lenguaje agresivo (Hitler inicialmente fue mucho más prudente). Internamente, tal programa necesita la eliminación de toda oposición, de todo tipo de controles y equilibrios, la concentración absoluta del poder.

-¿Cómo la lograría?

-Trump está haciendo la guerra a sus adversarios políticos, especialmente a aquellos que podrían molestarle en su bando republicano, luchando contra los jueces, remodelando el Pentágono, despidiendo a personal independiente en el ejército, en el FBI, en la CIA, en todas las secciones fundamentales de la administración pública y en los puestos de trabajo. Le molesta la independencia de la Reserva Federal, aquellos que sugieren que los aranceles podrían no ser tan convenientes para los intereses de EE. UU., etc. Por ejemplo, el capítulo 6 de Síndrome 1933 comienza con: “Insultos, obscenidades, trolls que difunden denuncias y noticias falseadas... La primera megavendetta del nuevo gobierno recae sobre los empleados de la administración pública, acompañada de una abstrusa nomenclatura para los que van a ser eliminados”. En 1933, Hitler procedió a la eliminación física de sus aliados en el gobierno y de sus rivales en el partido nazi. No me sorprendería que Trump hiciera lo mismo con aquellos que tienen una opinión diferente entre los republicanos y dentro de su círculo cercano.

Hitler con Ernst Rohm en
Hitler con Ernst Rohm en 1933/1934: el jefe de las SA caería en desgracia. (Alamy / Grosby)

-¿Cuáles son las diferencias entre las dos épocas?

-Son obvias. 2025 no es 1933, Estados Unidos no es la Alemania nazi, Trump no es Hitler. La principal diferencia tal vez esté en el resurgimiento de la política, la construcción embrionaria de nuevas coaliciones entre países y dentro de cada país. Las amenazas están fracasando... Vea lo que sucedió después de las elecciones en Alemania, y luego en Austria... Europa finalmente parece estar despertando de alguna manera. Incluso Sturmer -el primer ministro del Reino Unido- y Meloni -la primera ministra italiana- están avergonzados, no pueden decir: “todo esto no nos concierne, somos amigos de él. Vamos a tener un acuerdo separado con Trump, él nos perdonará...”

-Usted escribió que el sistema no vio venir a Hitler, que pensaron que él encarnaba cierta revolución, una especie de novedad.

-Representaba un cambio.

-¿Algo así está sucediendo ahora?

-Ocurrió en Estados Unidos: Trump era el cambio, era la revolución.

-¿La revolución es un hombre con las características de Trump?

-Es una revolución reaccionaria. Pero fue él quien dijo: “Quiero cambiarlo todo”. Y lo votaron. Mucha gente votó por él porque creían que cambiaría todo. Creían que acabarían con la corrupción., que respondería a sus necesidades. Y lo trágico es que Trump consiguió los votos de los jóvenes, como ocurrió en Alemania. La mayoría de los votantes de la extrema derecha de AfD (Alternativa para Alemania) son jóvenes. Consiguió los votos de muchos negros. Consiguió los votos de muchos inmigrantes, de inmigrantes latinos que estaban en contra de los recién llegados. Consiguió una mezcla mayoritaria. Por eso fue elegido.

Donald Trump, el actual presidente
Donald Trump, el actual presidente de los Estados Unidos de América. (REUTERS/Kevin Lamarque)

-¿Por qué mi vecino, que es una buena persona, quiere matar a los inmigrantes y salvar a los perros? ¿Qué pasa en el fondo de la sociedad? Usted escribe que “debe existir una fuerte predisposición, un prejuicio enraizado, para despertar un apoyo tan amplio y entusiasta al odio contra los diferentes”.

-Pasa que hay una desinformación masiva. Si la gente tiene miedo de que los inmigrantes de Haití se coman a sus perros y gatos, mejor votan Trump, que solo va a echar a esos inmigrantes...

-¿Cree que realmente piensan eso?

-Muchas de las personas que votaron por Trump pensaron que esa era la realidad. Era una noticia absolutamente falsa. Pero se lo creyeron.

-Eso era tan evidentemente falso que podría ser, más que una verdad en sí misma, una indicación de quién es el enemigo. Para señalar un enemigo.

-Volviendo a las analogías, lo que hizo Hitler fue exactamente señalar un enemigo, que eran los judíos... que eran inmigrantes. Por cierto: el problema con los judíos era un problema con la inmigración. Muchos venían del este, eran pobres, huían de bandas de gangsters. Y el enemigo, también, eran los socialdemócratas y todos los que hicieron la paz en Versalles y “apuñalaron” a Alemania. Existía esa fantasía de la puñalada en la espalda de la Alemania al final de la de la Primera Guerra Mundial. Hitler también apuntó contra la constitución de Weimar, que decían que estaba en la base de la corrupción, y la llamaron “la constitución judía”. Y él estaba, por supuesto, en contra de la, la izquierda, para él los bolcheviques, los judios y las finanzas internacionales eran todos la misma cosa. Todos los enemigos de Alemania, los quequerían destruir Alemania, exterminar la raza alemana y así sucesivamente. Y la gente le creía.

Judíos forzados a limpiar las
Judíos forzados a limpiar las calles, frente a la risa de los que miran, en la Alemania nazi. (Wikimedia/ Dominio Público)

-¿En el libro, usted destaca la “teatralización” de las apariciones de Hitler, que son análogas a las de hoy. Como los insultos y los discursos violentos. Goebbels, el ministro de Propaganda de Hitler, hablaba de “basura humanitaria”, revirtiendo valores humanistas...

-Bueno, si la idea es ser más fuerte que los demás... funciona.

-Pero la gente los elige.

-Con Hitler, primero, fue debido a los medios de comunicación. Más tarde, creyeron que Hitler les estaba dando la paz y, la prosperidad. Resolvió el problema del desempleo en pocos meses, así que entregó algo de lo que estaba prometiendo. No entendieron que todo esto terminaría en una guerra mundial y que Alemania sería destruida en esto.

-¿Ahora internet y todas las plataformas han cambiado algo? Hacemos analogías y esto es un elemento nuevo.

-En los años 30, la radio, que fue lo primero que tuvieron totalmente en sus manos... luego también los periódicos. Así que los nazis tenían el control total de los medios de comunicación. Ahora tenemos medios mucho más poderosos que los periódicos. Muchas gente ya no lee los periódicos. En Estados Unidos, con unas pocas excepciones, los periódicos eran pro-demócratas. La excepción fue Jeff Bezos, del Washington Post, que cambió a último momento. Todos los periódicos denunciaban los excesos de Trump, sin embargo no tuvieron tanto efecto en el voto. En cambio X, la plataforma que es propiedad de Elon Musk, tuvo un efecto enorme que infravaloramos.

#Estados Unidos quiere que Europa ya no exista como una Unión”

-¿No lo vimos venir?

-Cuando Musk anunció que compraría Twitter por una enorme cantidad de dinero pensé “el tipo está loco, está tirando el dinero en algo que quién sabe lo que vale”. Bueno, le está dando enormes rendimientos. Porque con eso, ahora, sus posibilidades en lo político, pero sobre todo en lo económico, son enormes. Ya está ganando mucho más de lo que gastó Twitter.

-¿Cree que un político racional, moderado, prolijo, podría ganar hoy?

-Bueno, depende. En Estados Unidos, no van a votar algo así durante mucho tiempo, creo, a menos que ocurra algo muy excepcional, como una guerra. En Europa es una posibilidad: después de todo, detuvieron a la extrema derecha en Alemania. Ahora los partidos democráticos tienen que encontrar un denominador común y formar una coalición para preservar la democracia. No es una tarea revolucionaria.

-¿No crees que haya un cambio profundo en la política tradicional que pueda llevar a un cambio real?

-No veo este cambio en el horizonte. En algunos momentos de la historia tal vez haya sido posible. Ahora, francamente, no.

-¿Tiene miedo?

-Sí, claro que tengo miedo. Tengo miedo por el futuro. Por ejemplo, por el cambio climático: todas las iniciativas para contra el cambio climático, se hacen para, perforar el suelo. “Perforar, nene, perforar”, dijo Trump. Hidrocarburos, petróleo, fracking. Así que no veo un planeta muy bueno para mis hijos y nietos. La segunda cosa es la guerra: no vemos una gran guerra por venir. Por el contrario, parece que Trump está tratando de detenerlas. En Medio Oriente, quiere una victoria total de Israel, pase lo que pase con los palestinos. Y Ucrania: la segunda palabra es Ucrania. Él podría detener a Ucrania, pero ¿a qué precio? Al precio de dividir los recursos de Ucrania entre Putin y Estados Unidos. Porque sólo les pide una cosa a los ucranianos: danos tus recursos minerales, o la mitad de tus recursos minerales. Dividir entre dos matones principales, dos poderes principales, también es una tradición. Algunas veces funcionó. Funcionó durante mucho tiempo cuando Stalin, Churchill y Roosevelt dividieron el mundo.

-¿Hoy podría ser así?

-Me temo que no porque hay otros personajes en la obra. India, China sobre todo. Si dividen el mundo, no pueden sólo dividirlo entre Estados Unidos y Rusia, tienen que dividirlo también con China. Europa corre el riesgo de quedar fuera de todos esos acuerdos y de ser la principal víctima de una división del mundo entre Estados Unidos y Rusia.

-¿Por qué?

-Más allá de a Zelensky -que fue designado como agresor en lugar de Rusia- uno de los principales ataques fue a Europa porque Trump envió a su vicepresidente. JD Vance, a Europa a decir: “ustedes no son democráticos porque están sacando del gobierno a algunos partidos”. Por ejemplo, el partido neonazi alemán. Entonces, Estados Unidos quiere dictar qué política interior tiene que tener Europa. Quieren que Europa ya no exista como una Unión. Quieren tratar con estados individuales. A los demócratas tampoco les gustaba tanto la Europa unida, pero al menos no estaban tan abiertamente, descaradamente, por la destrucción de Europa.

Quién es Siegmund Ginzberg

♦ Periodista y escritor italiano de origen judío, especializado en historia contemporánea y política.

♦ Nació en Estambul en 1948 en el seno de una familia judía que se trasladó a Milán en los años cincuenta. Sus abuelos eran súbditos del Imperio otomano.

♦ Estudió Filosofía pero se dedicó al periodismo. Trabajó en L’Unità, diario para el que fue muchos años corresponsal en China, la India, Japón y las dos Coreas, así como en Nueva York, Washington D. C. y París.

♦ Además de la colección de artículos Sfogliature (2006), ha publicado el ensayo Risse da stadio nella Bisanzio di Giustiniano (2008) y la saga familiar Spie e zie (2015).

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