La belleza de la semana: “Pandemónium” y la influencia en el cine de John Martin

La obra del artista británico del Romanticismo inspiró a D.W. Griffith, al maestro del stop-motion Ray Harryhausen e incluso a George Lucas en ‘Star Wars’, a través de reinterpretaciones que forman parte de la cultura pop

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"Pandemonium", de John Martin, en
"Pandemonium", de John Martin, en el Museo del Louvre

La lava danza descontrolada, surge desde el interior con fuerza y, sabiéndose imparable, arrasa con todo a su paso. Sobre un risco de roca elevado, un hombre levanta los brazos.

Es el Pandemónium que creó el poeta británico John Milton, que se observa en la pintura homónima del también inglés John Martin o una de las escenas más icónicas de la saga de Star Wars, cuando en La Venganza De Los Sith (George Lucas, 2005), maestro y alumno se enfrentan en Mustafar, el pequeño planeta volcánico donde se dirime el futuro de la galaxia.

Esta tríada es un ejemplo más, de muchos, de cómo el arte de las palabras puede traducirse en imágenes fijas y después en movimiento. Y en este caso, el más famoso de los poemas narrativos de Milton, El paraíso perdido (1667), describe cómo Lucifer junto a Belcebú, ambos ángeles caídos, lanzan su venganza desde un magnífico castillo forjado a fuego, el pandemonio.

De la serie "El Paraíso
De la serie "El Paraíso perdido", de Gustave Doré

La influencia del clásico de la literatura es tan grande que trascendió a la forma en que la Biblia explicó la rivalidad cielo vs. infierno, poniendo en primer lugar la venganza y el rencor como motivo de la disputa, por encima del Adan y Eva affair, toda la cuestión de la manzana y el pecado original. Más allá de esta no tan teológica teoría, el libro posee un brío inaudito para su época, y eso fue representado por una serie de famosas ilustraciones de Gustave Doré, aunque sin dudas la obra que mejor capta aquel espíritu es Pandemónium, el cuadro de 1841 de Martin, que se encuentra en el Museo del Louvre.

En la gran obra de Martin -123 cm por 183 cm- se observa a Satanás de pie, que tras crear de un soplo el palacio que va a albergar la reunión de todos los demonios, levanta los brazos como signo de algarabía, de triunfalismo, de excitación.

En el río de lava, por su parte, pueden observarse llamas que como brazos salen al encuentro, mientras que más atrás una magnífica capital infernal se erige desafiante, dejando diminuta la figura del mismo Satán, en el centro de la escena. La pintura va de la pincelada precisa para definir lo arquitectónico a un manejo más de mano libre en las llamas y el suelo, lo que le otorga a la escena un dinamismo caótico pero a su vez bien estructurado.

Escena de 'Duelo En Mustafar' de "Star Wars - La Venganza De Los Sith"

¿Se inspiró Lucas en esta obra para la escena de S.W.? No existen citas que así puedan verificarlo, lo que no es apto a debate es que el cineasta es un conocedor de la obra de Martin y que sí utilizó el mezzotinto Satanás presidiendo el Concilio Infernal (1831) como inspiración del senado galáctico, tal como se documentó para la muestra Apocalipsis, de 2011, en la Tate Britain.

John Martin (1789 - 1854), de quien se cumplen hoy 171 años de su muerte, fue un pintor destacado del romanticismo, movimiento que surgió en medio de grandes cambios sociales y como respuesta al racionalismo de la Ilustración y a la rigidez del Neoclasicismo, en el que se produjo un regreso hacia la libertad del artista, de las emociones, la naturaleza y una búsqueda de lo trascendental.

En sus pinturas de grandes dimensiones representó escenas bíblicas, apocalípticas o mitológicas, pero lo hizo con una potencia en que se mixturaba una mano tanto detallista en lo estructural como libre en lo expresivo.

El mezzotinto "Satanás presidiendo el
El mezzotinto "Satanás presidiendo el Concilio Infernal" y su traspaso al cine en el senado galáctico

Y es que Martin fue un pintor de la épica muy singular, que supo combinar efectos atmosféricos intensos con representaciones arquitectónicas muy precisas, siguiendo el legado de la escuela veneciana del siglo XVIII. Y esto tiene una razón.

Primero fue aprendiz de un pintor heráldico de carruajes en Newcastle, para luego trabajar con un pintor detallista de porcelana, lo que lo llevó a trasladarse a Londres en 1806. Allí, a partir de 1811, cuando empezó a exhibir sus obras en la Royal Academy, su nombre comenzó a crecer, y fue llamado peyorativamente como “el pintor más popular del momento”, por Sir Thomas Lawrence, presidente de la institución, a pesar de que ese exceso de dramatismo que se le reprochaba le otorgaron, entre el público, admiración y respeto.

Por otro lado, diseñó lámparas de seguridad para minas y sistemas de ventilación, intentando gestionar los flujos de aire y gases en los entornos industriales. En ese sentido, su creatividad en lo artístico convivía con un desarrollo técnico en el que buscaba controlar fuerzas naturales y artificiales. Martin buscaba desafiar y contener a la fuerza de la naturaleza, en la vida y en los lienzos.

Escena de Babilonia en "Intolerancia" (1916), de D.W. Griffith

Su influencia en el cine es aún más amplia y se retoma a los mismos orígenes del séptimo arte. Hace un par de semanas se cumplieron 110 años del estreno de El Nacimiento de una nación, el hoy polémico filme de D. W. Griffith, piedra angular del cine como lo conocemos al cambiar para siempre la narrativa.

Entre muchas de sus innovaciones, la película se caracterizó por sus grandes escenas de batalla a planos abiertos con cámara fija, en las que miles de extras recrearon con realismo los combates de la Guerra de Secesión (1861-1865), algo que, pasado el tiempo, ya resulta común en las superproducciones. Detrás de la inspiración de aquellas escenas, y de las que vinieron después como en un uróboro, estaba y está el legago de Martin.

El ascendiente de Martin en Griffith puede apreciarse con mayor magnitud en Intolerancia (1916), una película muda épica de más de tres horas y una de las más caras de la historia. Se sabe que D.W. guardaba una imagen del El festín de Baltasar (1820) en su álbum de recortes, y que la utilizó para la secuencia de Babilonia.

"El festín de Baltasar" se
"El festín de Baltasar" se encuentra en una colección privada

En ese sentido, para ver el poder de Martin en la construcción de las grandes escenas solo se necesita mirar su “trilogía mesopotámica”: La caída de Babilonia (1819), El festín… y La caída de Nínive (1828).

Otro genio de Hollywood que recurrió a Martin fue Ray Harryhausen. Este maestro de los efectos especiales y el stop motion, realizó clásicos como El gran gorila (Ernest B. Schoedsack, 1949), por la que obtuvo un Óscar, y Jasón y los argonautas (Don Chaffey, 1963). Para el Olimpio de Furia de titanes (Desmond Davis, 1981) se inspiró en la ciudad de Josué ordenando al sol que se detenga sobre Gabaón (1816).

Regresando a su carrera, en un punto, Martin comenzó a tener grandes problemas para vender sus mega obras. No todo el mundo tenía el espacio -ni el dinero- para adquirirlas, por lo que realizó un giro hacia la mezzotinta, una técnica de grabado que permitía reproducir piezas a menor tamaño y costo. Y justamente, sus mezzotintas sobre El paraíso perdido de Milton fueron de las más exitosas y reproducidas.

"Josué ordenando al sol que
"Josué ordenando al sol que se detenga sobre Gabaón" (1816), de John Martin, en la National Gallery of Art, Washington, D.C.

En paralelo, la mente inquieta de Martin no se detuvo. En su taller de grabado realizó innovaciones técnicas que perduran, como el uso de placas de acero, más duraderas, en vez de las de cobre, y también experimentó con desechos industriales como aceites, carbón y pigmentos derivados, en un proceso artístico que tenía mucho de laboratorio en el que se podía controlar los procedimientos a través de la dosificación justa de materiales.

Por otra parte, en lo urbanístico, realizó un proyecto ante una crisis de infraestructura en Londres, donde el crecimiento urbano y la introducción de inodoros de descarga habían saturado los sistemas tradicionales. Propuso, entonces, acueductos y sistemas de alcantarillado que separaban los flujos de agua potable y aguas residuales, ideas que no se llevaron a cabo, pero luego fueron retomadas y realizadas por otro arquitecto.

Más allá de la inevitable disminución en la venta de grabados y proyectos frustrados, logró mantener su posición en la sociedad londinense, y en 1840 recibió la visita del príncipe Alberto en su estudio, lo que marcó un hito en su carrera, ya que el príncipe consorte le encargó la pintura La víspera del diluvio, donde una vez más reflejó su estilo apocalíptico.

Tapas inspiradas en John Martin
Tapas inspiradas en John Martin

En el ámbito de la música, el artista Derek Riggs, conocido por ser el creador artístico de Eddie, la mascota de la banda de heavy metal Iron Maiden, para quienes diseñó sus tapas de los ‘80, aseguró que en sus piezas había guiños a las obras de Martin. Por ejemplo, sobre la creación del arte de Live After Death (1985), comentó en una entrevista: “Temáticamente, es un poco influenciado por John Martin, con el rayo destruyendo edificios. Ve a la Galería Nacional de Londres y busca las ilustraciones de Martin. Es el mismo principio, un rayo destruyendo Sodoma y Gomorra. Live After Death es una ilustración bíblica, básicamente”.

En el mundo de la pintura, Thomas Cole, fundador del paisajismo estadounidense, fue uno de sus grandes admiradores, como también Dante Gabriel Rossetti y otros artistas de la Hermandad Prerrafaelita, mientras que en la literatura, se puede a nombrar, entre otros, a Ralph Waldo Emerson y a las hermanas Brontë, que poseían una impresión El festín de Baltasar colgada en su casa en Haworth. De hecho, el personaje de Edward de Lisle, en la saga de Verdopolis (Glass Town) es una caracterización del pintor.

La liaison entre pintura y cine es profunda, inabarcable, se diría. Alguna vez, observamos el influjo del modernista Edward Hopper en la gran pantalla, pero también está el cine surrealista, la estética pop, etcétera, y no necesariamente en películas de “época”, que tengan un paralelismo temporal, porque -como en el caso de John Martin- hay un punto en el que lo real, la imaginación y el talento se unen como una fuerza de la naturaleza.