Abuela Moses: la increíble historia de la pintora que comenzó su carrera a los 70 años

Su amor por la pintura nació de la necesidad de expresión y la llevó a exponer en galerías internacionales, convirtiéndose en un referente del arte naif

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Pinceladas de nostalgia, escenas llenas
Pinceladas de nostalgia, escenas llenas de calidez y movimiento que evocan una época dorada del campo - (The Grosby Group)

Anna Mary Robertson Moses, más conocida como Abuela Moses, desafió todas las convenciones sobre el arte y la edad cuando, a los 70 años, decidió comenzar a pintar. En una época en la que pocas mujeres lograban reconocimiento en el mundo del arte y cuando la mayoría de las personas de su edad ya estaban retiradas, ella encontró en los pinceles una nueva forma de contar historias. Su estilo autodidacta, colorido y evocador la convirtió en una de las artistas más queridas de Estados Unidos y del mundo, demostrando que el talento y la creatividad no tienen límite de tiempo.

Con una vida marcada por el trabajo en el campo, la crianza de una familia numerosa y la lucha contra las dificultades de la vida rural, su camino hacia la fama artística no fue planeado ni impulsado por ambiciones comerciales. Su arte nació de la necesidad de expresión y del deseo de capturar un mundo que, para ella, representaba la felicidad y la armonía. Lo que comenzó como un pasatiempo pronto se transformó en una carrera inesperada, y sus escenas costumbristas de la América rural la llevaron a exponer en Nueva York, Europa y Japón.

Su historia es una prueba de que nunca es tarde para redescubrir una pasión y de que el arte genuino siempre encuentra su lugar. A lo largo de tres décadas de actividad artística, Abuela Moses se convirtió en un símbolo de perseverancia, inspiración y autenticidad, y dejó una obra que sigue fascinando al público hasta el día de hoy.

Una vocación tardía y una vida de esfuerzo

Nacida en 1860 en una comunidad rural del norte de Nueva York, Anna Mary creció en una familia de agricultores donde las labores del campo y del hogar marcaban la rutina diaria. Sus cinco hermanos trabajaban junto a su padre, mientras que ella y sus cuatro hermanas se encargaban de las tareas domésticas. Desde pequeña mostró interés por las artes manuales y desarrolló una habilidad notable para el bordado, técnica que perfeccionó a lo largo de su vida.

A los 27 años se casó con Thomas Moses, otro granjero con quien compartió cuatro décadas de matrimonio. Se mudaron a Virginia, donde establecieron su propia granja y formaron una familia numerosa: tuvieron diez hijos, aunque solo cinco llegaron a la edad adulta. En 1927, de vuelta en Nueva York, la muerte de su esposo y los estragos de la artritis la obligaron a abandonar el bordado, el oficio que había practicado por años. Lejos de rendirse, buscó una alternativa para canalizar su creatividad y encontró en la pintura una nueva forma de expresión.

Un talento sin edad, Abuela
Un talento sin edad, Abuela Moses demostró que la creatividad florece a cualquier etapa de la vida - (The Grosby Group)

El arte naif y su sello inconfundible

La obra de Abuela Moses se encuadra dentro del estilo naif, un tipo de arte autodidacta que se caracteriza por la sencillez del dibujo, la ausencia de perspectiva académica y una composición detallada, en ocasiones abarrotada de elementos. En su caso, las escenas rurales de su infancia y juventud fueron la principal fuente de inspiración.

A diferencia de otros artistas, no representó la modernización ni los avances industriales en sus cuadros. Su enfoque romántico y nostálgico la llevó a plasmar un mundo idealizado, evocando una época dorada en la vida del campo. En ese sentido, sus pinturas recuerdan a las obras de Pieter Brueghel el Viejo, célebre por sus representaciones de la vida cotidiana en la Europa del siglo XVI. También se mencionó la influencia del francés Henri Rousseau, otro exponente del arte naif.

El uso del color y la atención al detalle en sus obras reflejan su experiencia previa en el bordado. Sus paisajes suelen estar llenos de personajes en movimiento, realizando tareas agrícolas, festejando o disfrutando de la naturaleza. Cada cuadro transmite una sensación de calidez y autenticidad, lo que contribuyó a su enorme popularidad.

El descubrimiento de un talento oculto

El giro inesperado en la vida de Abuela Moses ocurrió en la década de 1930, cuando un coleccionista de arte, Louis J. Caldor, vio una de sus pinturas en la vitrina de una tienda de Nueva York. Fascinado por su estilo, compró toda la colección disponible y organizó una exposición en la Galerie Saint-Etienne en 1940.

El impacto de esta muestra fue inmediato. La crítica especializada y el público acogieron con entusiasmo su obra, lo que la llevó a exponer en diferentes ciudades de Estados Unidos y otros países. En un momento donde las tendencias artísticas apuntaban a la abstracción y la experimentación, su arte costumbrista y genuino resultó refrescante.

Anna Mary Robertson Moses, la
Anna Mary Robertson Moses, la mujer que transformó su pasión en un fenómeno artístico global - (The Grosby Group)

Una artista reconocida en vida

A diferencia de muchos pintores que obtuvieron reconocimiento solo después de su muerte, Abuela Moses experimentó la fama en vida. Su obra fue codiciada por coleccionistas de Europa, Japón y Estados Unidos, y su imagen se convirtió en un símbolo de perseverancia y pasión por el arte.

En 1949, el presidente Harry S. Truman la condecoró en Washington, y un año después, su vida inspiró un documental que llegó a ser nominado a los Premios Óscar. En 1952 publicó su autobiografía, titulada “La historia de mi vida”, donde relató sus experiencias y el camino que la llevó a convertirse en artista.

La relevancia de su legado quedó aún más consolidada en 1960, cuando el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, declaró su cumpleaños número 100 como el “Grandma Moses Day”.

Un legado que trasciende el tiempo

La vitalidad de Abuela Moses la acompañó hasta el final. A los 100 años, aún se despertaba a las seis y media de la mañana para pintar, y en el último año de su vida produjo 25 obras. Su arte sigue siendo altamente valorado y algunas de sus pinturas, como “The Old Checkered House”, alcazaron precios millonarios en el mercado actual.

El 13 de diciembre de 1961, a los 101 años, Anna Mary Robertson Moses falleció, dejando un legado imborrable en la historia del arte. Su ejemplo es una inspiración para quienes creen que la creatividad y el talento no tienen edad.

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