Grateful Dead, la influyente banda de rock psicodélico que revolucionó la música en vivo con su improvisación, comunidad de seguidores y legado cultural, fue homenajeada por sus logros musicales y esfuerzos filantrópicos como “Personas del Año” de la fundación MusiCares, en el fin de semana de los Premios Grammy.
El icónico logotipo de calavera de la banda fue prominente en los gráficos en constante cambio sobre el escenario. El devoto fanático de los Dead, Andy Cohen, fue el anfitrión de un espectáculo de 2 horas y media en el Centro de Convenciones de Los Ángeles. El presentador y ejecutivo de televisión relató cómo convenció a sus padres de que lo dejaran manejar desde St. Louis hasta Wisconsin para asistir a su primer concierto de los Dead cuando era adolescente. “Me atrevería a decir que son la gran banda estadounidense”, dijo Cohen. “Qué maravilla.”
Y, ¿qué importa si los Dead solo poseen dos premios Grammy: uno por trayectoria en 2007 y otro por mejor película musical en 2018? Dejaron su huella con un estilo único y largas improvisaciones que mezclaban géneros como rock, blues, jazz, folk y psicodelia. “La longevidad nunca fue una gran preocupación para nosotros”, dijo el guitarrista Bob Weir, de 77 años, provocando risas. “Repartir alegría a través de la música fue todo lo que realmente tuvimos en mente, y logramos mucho de eso”.
El baterista Mickey Hart rindió homenaje a los Deadheads, fieles seguidores de espíritu libre de la banda. “Los Deadheads han mantenido vivo el sueño durante 60 años y continúan llevando esta música al próximo siglo”, dijo. “Antes de que el mundo supiera siquiera qué hacer con nosotros, nuestra comunidad nos levantó y nos sostuvo. Sin su apoyo, no habría Grateful Dead”.
El actor Woody Harrelson contó algunas historias extensas sobre sus aventuras con la banda, incluyendo “ir a Tailandia sin drogas con Bobby, lo cual no es fácil para ninguno de los dos”.vWeir y Hart estuvieron acompañados en el escenario para recibir el premio por tres de los hijos de sus compañeros de banda: Grahame Lesh, Trixie García y Justin Kreutzmann. El padre de Lesh, Phil, falleció en octubre a los 84 años. El padre de García, Jerry, murió en 1995 a los 53 años. El padre de Kreutzmann, Bill, no asistió y en su lugar agradeció en un mensaje en video.
Grahame Lesh estuvo ocupado toda la noche tocando la guitarra como parte de la banda de apoyo liderada por el director musical Don Was. Cantó con The War on Drugs durante “Box of Rain”, compuesta por su padre.
Weir abrió el espectáculo tocando la guitarra con el acompañamiento de una orquesta. Pronto cedieron el lugar a The War and Treaty interpretando “Samson and Delilah” con Stewart Copeland y Mick Fleetwood turnándose en solos de batería.
Dificultades técnicas afectaron brevemente las presentaciones de My Morning Jacket y John Mayer, quien se recuperó para un extenso jam con Don Was y Jeff Chimenti en “Terrapin Station”. Hart seguía mirando fuera del escenario mientras tocaba la batería durante el final de Dead & Company con “Sugar Magnolia” y “Touch of Grey”, hasta que apareció un técnico para darle monitores in-ear. Antes, Hart estaba de pie levantando el brazo derecho al ritmo de la versión de Sammy Hagar de “Loose Lucy”. “Bobby, Mick, los quiero hermanos”, dijo el excantante de Van Halen.
Dos de los momentos más tranquilos fueron las presentaciones en el centro del escenario de Norah Jones con “Ripple” y Bruce Hornsby con “Standing on the Moon”. También, Wynonna Judd interpretó “Ramble On Rose”. “Te quiero, Robert Weir”, dijo desde el escenario. “Eres mi familia por elección. Te presentaste cuando murió mi mamá”.
Usando una corona de rosas rojas, la nominada al Grammy Sierra Ferrell se unió a Lukas Nelson en “It Must Have Been the Roses”. Y Dwight Yoakam puso al público de pie bailando durante “Truckin’”. Por su parte, Noah Kahan cantó “Friend of the Devil” acompañado por tres guitarras, un banjo y un bajo.
Grateful Dead, significación y legado
Grateful Dead fue una banda fundamental en la contracultura de los años 60 y 70, cuya fusión de rock psicodélico, folk, blues y jazz redefinió la experiencia del concierto en vivo. Con un enfoque basado en la improvisación y la experimentación sonora, su música se convirtió en el símbolo de la era hippie y del movimiento de San Francisco, con álbumes icónicos como American Beauty y Workingman’s Dead. Su estilo innovador y la conexión única con su público dieron origen a una comunidad de seguidores, los Deadheads, quienes convirtieron sus giras en una experiencia cultural itinerante sin precedentes en la música popular.
El legado de Grateful Dead trasciende lo musical, influyendo en el modelo de distribución de grabaciones en vivo y en la relación entre artistas y audiencia. Su impacto se refleja en generaciones de músicos que adoptaron su enfoque libre e improvisado, así como en festivales y una escena de jam bands que siguen su espíritu. Con su filosofía de libertad artística y una dedicación inquebrantable a la música en vivo, la banda se consolidó como un fenómeno cultural que, décadas después de su auge, sigue inspirando tanto a oyentes como a la industria musical.
Fuente: AP
[Fotos: REUTERS/Mario Anzuoni]