El Deutsches Museum de ciencia y tecnología en Múnich decidió retirar un retrato de Elon Musk de su exhibición dedicada a la tecnología espacial, tras la controversia generada por un gesto realizado por el empresario durante la inauguración presidencial de Donald Trump el pasado lunes. Según informó el museo, la decisión responde a las dificultades de rendir homenaje a figuras vivas, especialmente cuando las percepciones públicas sobre ellas pueden cambiar rápidamente.
El retrato de Musk formaba parte de la galería “Astronáutica”, donde se destacaban a “visionarios del pasado y del futuro”. Entre las figuras incluidas en esta exhibición se encontraban también los científicos espaciales Hermann Oberth y Max Valier. Sin embargo, el panel que contenía la imagen del fundador de SpaceX fue cubierto en noviembre como una medida temporal, y se confirmó que será retirado de manera definitiva, informaron desde Artnet.
Un portavoz del museo explicó que el espacio limitado en los paneles de la exhibición dificulta proporcionar suficiente contexto sobre las figuras representadas, lo que complica reaccionar ante eventos actuales. “Siempre puede ser problemático honrar a personas que aún están vivas en un lugar tan destacado de una exposición, porque puede interpretarse como un tributo acrítico”, señaló el portavoz. Además, enfatizó que los logros de una persona suelen evaluarse de manera más precisa en retrospectiva.
La controversia se originó durante un evento de inauguración presidencial en Washington, D.C., el 20 de enero, cuando Musk realizó un gesto que muchos interpretaron como un saludo nazi. Según detalló el medio The Guardian, el empresario, tras agradecer a los asistentes por “hacerlo posible”, colocó su mano derecha sobre el pecho y luego levantó el brazo en un ángulo diagonal con los dedos juntos y la palma hacia abajo. Posteriormente, repitió el gesto hacia el público que se encontraba detrás de él.
En países como Alemania y Austria, este tipo de gesto es ilegal debido a su asociación con el régimen nazi de Adolf Hitler, mientras que en otras naciones europeas puede considerarse discurso de odio si se utiliza para promover ideologías nazis. La presidenta de la comunidad judía en Múnich, Charlotte Knobloch, calificó la acción de Musk como “altamente inquietante” y la vinculó con declaraciones recientes del empresario en apoyo al partido político de extrema derecha alemán Alternative für Deutschland (AfD).
En semanas previas, Musk había generado controversia al expresar en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), de la cual es propietario, que el AfD es el único partido capaz de “salvar a Alemania”. Además, transmitió una entrevista de 75 minutos con Alice Weidel, candidata a la dirección del partido, lo que ha llevado a que las autoridades investiguen si esta transmisión constituye una donación ilegal de campaña, en violación de las leyes electorales alemanas.
El próximo mes, el 23 de febrero, se celebrarán las elecciones federales en Alemania, y el apoyo de Musk al AfD ha intensificado el escrutinio sobre su influencia política en el país.
El gesto de Musk también generó un intenso debate en Estados Unidos. La historiadora Ruth Ben-Ghiat, experta en fascismo y profesora en la Universidad de Nueva York, afirmó en X: “Como historiadora del fascismo, puedo decir que fue un saludo nazi, y uno muy desafiante”. Por otro lado, la Liga Antidifamación (ADL), una organización dedicada a combatir el antisemitismo, emitió un comunicado en el que describió el gesto como “torpe y realizado en un momento de entusiasmo”, descartando que se tratara de un saludo nazi. “Apreciamos que la gente esté alerta”, añadió la ADL.
Musk respondió a las acusaciones en su plataforma, calificándolas de exageradas y afirmando que “el ataque de ‘todos son Hitler’ está muy gastado”. Algunos usuarios en línea defendieron al empresario, argumentando que el gesto podría interpretarse como un “saludo romano”, utilizado históricamente por el líder fascista italiano Benito Mussolini y popularizado entre los miembros de su partido en el siglo XX.
Además de ser el fundador y director ejecutivo de SpaceX y Tesla, Musk es actualmente el hombre más rico del mundo. En las elecciones estadounidenses del año pasado, destinó aproximadamente 277 millones de dólares para apoyar la campaña de Trump y otros candidatos republicanos al Congreso. En las últimas semanas, también ha criticado a líderes europeos como el canciller alemán Olaf Scholz y el primer ministro británico Keir Starmer, lo que ha incrementado la atención sobre sus declaraciones y acciones públicas.