En Parque Patricios, hace 10 años, Móvil, una organización independiente que se dedica a la producción y exhibición de arte contemporáneo, era fundada por las curadoras Alejandra Aguado y Solana Molina Viamonte, quien dirige el espacio en solitario desde hace cinco.
El espacio se encuentra en lo que alguna vez fue una fábrica de caucho y afines, y que en la actualidad es cheLA, un centro autogestionado que promueve la experimentación en arte, tecnología y comunidad, y en el que habitan otros proyectos autogestivos e independientes, como Resonar, PedLúdico y Estrategias Murales Contemporáneas, entre otros.
Para celebrar la década, organizó su primera muestra colectiva, Punto de fuga, en la que reúne a los artistas 21 que alguna vez expusieron allí: Irina Kirchuck, Joaquin Boz, Tomás Maglione, Mercedes Azplicueta, Sebastián Roque, Nicolás Sarmiento, Santiago de Paoli, Joaquín Aras, Manuel Molina, Elena Dhan, Benjamín Felice, Julián D´Angiolillo, Mariana Ferrari, Jesús Jair Toledo, Celina Eceiza, Denise Groesman, Nicolás Mastracchio y Lucía Reissig.
“La intención fue darle espacio a artistas jóvenes para que tuvieran su primera muestra individual y, a la vez, que pudieron armar un trabajo de portfolio para presentarse afuera en instituciones con un espíritu afín, becas y residencias, y por suerte pasó mucho”, dijo Molina Viamonte a Infobae Cultura.
Y agregó: “La idea era sacarlos de la situación de su trabajo en el taller del momento, y poder pensar en otra escala, pero no solo espacial, que en sí es un desafío muy grande, sino también conceptual en relación con animarse a profundizar en sus procesos y que puedan probar algo que les sea importante en su carrera, en su desarrollo”.
“Invitamos a gente que nos interesa cómo piensa a desarrollar algo totalmente nuevo, con mucho diálogo curatorial, en una especie de residencia de trabajo en la sala o su taller y los proyectos, que se presentaron todos por primera vez acá, fueron muy distintos”, sostuvo.
Punto de fuga fue articulada de la colaboración entre Molina Viamonte, Aguado y Sylvie Fortin, curadora canadiense que vive entre Toronto, Nueva York y Buenos Aires, quien es “una entusiasta del proyecto”.
El debut, en abril de 2014, se produjo con la muestra Termo, de Irina Kirchuck, de quien se encuentra la única obra de la expo que ya estuvo en sala, “Viento” (2014), un ventilador que se presenta como con cortes que lo proyectan en el espacio, y “Frigidaire” (2017), realizada a partir de puertas de heladeras y freezer con resina.
“La invitación entonces tuvo que ver con que es una artista que trabaja mucho con materiales industriales. Y para activar nos parecía interesante esa transformación de lo que es realmente un ex complejo industrial, con un proyecto relacionado al tema, con un humor y una poética en torno a estas materialidades”, dijo Molina Viamonte.
El cineasta Joaquín Aras plantea el “límite entre el cine y las artes visuales” con “Grandes tesoros de la memoria Vol. I” (2018-2021), a partir de la cual se lo puedo oír silbando bandas sonoras de algunas de sus películas favoritas “como una especie de presencia fantasma que acompaña la muestra”. En lo acústico también se encuentra “Stimolo” (2018), de Mercedes Azpilicueta, que siguiendo su interés por el collage literario recita sobre una base sonora un poema inspirado en la obra de la crítica de arte y activista feminista italiana Carla Lonzi, construido a partir de palabras de un gran número de artistas, transformadas en un susurro hipnótico que gira en torno a ideas de motivo e inspiración artísticos.
De Jesús Jair Toledo se observa “Puerta” (2024), una instalación in situ en la que una silueta humana atravesó una pared de ladrillos, como si fuera un clásico gag de dibujitos, pero que refiere a “una idea del Gólem” y que se relaciona con su muestra El Frankenstein, en las que “trabajó con cuestiones de memoria personal y psicomagia”, a partir de diferentes piezas y performances.
En “Claustrofilia” (2013), Julián D´Angiolillo presenta una serie de fotos intervenidas con raspados relacionadas con una “investigación larguísima que viene haciendo sobre cuevas y espeleólogos, principalmente en Italia y en Cuba” y que devino en una película, La gruta continúa, que además de pasar por Móvil tuvo proyecciones en el Malba y el Gaumont.
Por su parte, Elena Dhan se encuentra con “Sin título” (2021) “una obra en la que trabaja con látex inflado”, en la que “mezcla un poco lo bidimensional y al mismo tiempo es escultura”, que son “tres ejes que atraviesan su producción”.
En el caso de Santiago de Paoli, radicado en Nueva York, la pintura “Arrabalero ascendente o Dame cinco” (2024) revela una “ciudad bastante surrealista en la que hay una especie de guiño con ‘Desnudo bajando una escalera’ de Duchamp y otros artistas alemanes que le interesan”.
Denis Groesman trabaja mucho con materiales desechados como también con lo biológico, aunque en este caso, con “Soltar lastre” (2024) va más hacia lo primero, con una pieza que reúne “un conjunto de ladrillos aglomerados que recolectó en los terrenos ganados al río, que deben tener cientos de años” y a través de un sistema de poleas con soga de arpillera invita a activarlas para indagar “en una memoria profunda de la ciudad”.
Con “Aromo (2022)”, “Torre” y “Desértico” (2024), Nicolás Sarmiento, quien vive en Basel, Suiza, expone obras “que tienen que ver con el trabajo de la oficina y la superposición de capas, que pueden ser en algunos casos dibujos y en otros, impresos” y una mesa escultórica.
De Joaquín Boz se presentan dos de sus últimas enormes pinturas abstractas y también en el área de lo no-figurativo Mariana Ferrari introduce una obra con acrílico intervenida con gesso y trapos sobre tela, mientras que Nicolás Mastracchio lo hace con dos fotografías directas de la serie Cerca del Sol de 2023, que son “tomas a papeles, en las que hay una fuente de luz en el fondo y él los va superponiendo y generando unas coreografías” que “en algunos casos se puede ver un poquito más oscuras y en otras parecen translúcidas o más arrugados, con diferentes tipos de transparencias o de colores”.
La obra del tucumano Benjamín Felice “Cristo de la paciencia composición raqueña” (2024) remite a un retablo con una base de cera que levanta con un objeto punzante y a las que le hecha tierra encima con imágenes que “tienen que ver con sus memorias, muchas veces ligadas a la fundación tucumana y otras que circulan en capillas o en diferentes lugares de la provincia”.
Celina Eceiza realizó “una carta de amor a todos los artistas de Móvil” con una pieza textil en la que incluyó “un póster de cada uno de los artistas que pasaron” en “Museo blando Móvil fan” y Lucía Reissig con “Pisos pegajosos” (2022-2024) presenta una instalación que “viene de un concepto de economía feminista, que están los techos de cristal y los pisos pegajosos”.
En el centro de la sala se encuentran “Bufones, arlequines y saltimbanquis” (2022-2024), tres trajes en los que Manuel Molina reinterpreta los ropajes de personajes en cuadros famosos de Goya, Velázquez y Picasso. Y sobre una de las ventanas, Sebastián Roque, afincado en Milán, participa con un piercing que cuelga sobre una de las manijas, en algo así como “la joya que corona la muestra”.
En una sala contigua, “Yo me disfracé de estrella asesinada” (2020) es una videoinstalación en la que Tomás Maglione construye una historia algo onírica surgida a partir de la compra de un videojuego de los JJ.OO. de Atlante ‘96 en Paraguay que, en realidad, solo traía la introducción.
En la misma habitación se encuentran el video “4 escenas, 2013-2024″ de Leticia Obeid en la que se la observa dibujando a dos manos, que “tiene que ver con otras prácticas de ella” y una serie de esos dibujos.
Obeid formó parte de un proyecto del que participaron artistas de trayectoria, a los que se invitó a desarrollar un trabajo fuera de su línea habitual. Entonces, preparó una jornada de pensamiento sobre la economía desde la sociología, la historia y el arte. También formaron parte Marina De Caro, quien ejecuto “El universo en un hilo”, un poema visual a modo de ópera que conjugó imagen, musicalidad y movimiento y que fue estrenada en Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino de La Plata.
Leopoldo Estol, por su parte, con “La pequeña vida”, produjo su primer proyecto audiovisual en el que abordaba la ruta de los libros y los caminos que transitan algunos libreros independientes. De Estol, en la muestra, se puede ver la escultura “Dormilón” (2024).
Móvil se sostiene gracias a la colaboración de individuos e instituciones que comparten la visión de que los artistas pueden crear obras que impacten en la percepción del mundo y que permitió que la organización mantenga su independencia y continúe funcionando, resalta la directora.
Si bien el cierre de la muestra se realizará el 21 de diciembre, el sábado 28 De Caro realizará una performance, a partir de las 12, en la que se bailará durante 24 horas “para armar un campo magnético entre la danza y la música como un conjuro contra la crueldad”. Además, habrá un desfile y venta de remeras realizadas por Eceiza, con fecha a confirmar en el Ig: @movilartecontemporaneo.
*”Punto de fuga”, en Móvil, Iguazú 451, CABA. Hasta el 21 de diciembre, todos los sábados 16 a 20 hs. Entrada libre y gratuita. Móvil organiza visitas guiadas y participativas a las exhibiciones para grupos universitarios, asociaciones, profesionales, coleccionistas, grupos comunitarios u otros.
Fotos: Ignacio Iasparra