“¿En qué democracia cree el ciudadano común cuando la corrupción le roba el futuro, el aparato judicial no actúa y los crímenes contra el erario permanecen en la impunidad?”
Con preguntas como esta, el libro Sin miedo: Defender la democracia desde la democracia, del exministro del Interior -y luego de Justicia- colombiano, Fernando Carrillo Flórez aborda un desafío crucial: la participación de las nuevas generaciones en la política. En un momento en el que el autoritarismo y el populismo amenazan las democracias, Carrillo propone revitalizarlas desde sus valores fundamentales, destacando que esta defensa no puede depender del miedo o la indiferencia. Su enfoque se centra en la necesidad de formarse como ciudadanos críticos, para lo cual considera esencial reformar los sistemas educativos y reforzar las instituciones judiciales.
Ya en el arranque, Carrillo Florez mira de frente una realidad difícil: “El concepto de democracia y el valor de esta no parecen estar muy claros en la mente de millones de ciudadanos que no han visto solucionados sus problemas básicos de justicia, seguridad y bienestar social”, dice. Y ejemplifica: “La violencia, la pobreza y la corrupción aparecen como enemigos mortales de la democracia en países como Colombia, donde las cifras de más de sesenta años de guerra interna no tienen parangón en ningún otro sitio del mundo”.
En su análisis, Carrillo conecta los problemas democráticos actuales con tendencias globales. Examina cómo las desigualdades económicas y tecnológicas incrementan el descontento social y alimentan las narrativas populistas, lo que debilita la confianza en las instituciones democráticas. Además, destaca la polarización política y la corrupción como factores de erosión democrática.
Carrillo dedica un especial enfoque a Colombia, y expone cómo este país ejemplifica las tensiones de las democracias latinoamericanas. Enfrentando una historia de violencia y desigualdad, Colombia sigue siendo vulnerable a corrientes populistas y autoritarias. La polarización política es resaltada como un peligro significativo que socava la confianza institucional y limita los consensos necesarios para el progreso.
Además de identificar estos desafíos, Carrillo ofrece soluciones concretas. Aboga por el uso de tecnologías para aumentar la transparencia gubernamental y resalta la importancia de integrar nuevas generaciones en sistemas políticos a menudo dominados por élites tradicionales. En sus palabras, la transformación debe comenzar desde el ámbito local hasta el global, construyendo una sociedad más inclusiva y participativa.
El libro invita a ciudadanos y políticos jóvenes a desafiar el statu quo y convertirse en agentes de cambio. Carrillo subraya que el destino de la democracia requiere del esfuerzo colectivo de todos los ciudadanos en construir un sistema justo y adaptado a las nuevas realidades.