
A sus 94 años, Margo Glantz se mantiene activa, jovial y aguda. La autora dice que le da “náusea” escuchar cuando alguien lee sus textos, y “odia” cuando revelan su edad, pero no niega ninguno de los dos, y a la vez se muestra con optimismo ante las perspectivas del futuro de la literatura.
“He visto que la presencia de la mujer es cada vez más intensa, más importante y muchos temas que antes no se tocaban, se tocan porque son temas muy femeninos, por ejemplo, el problema de la maternidad”, dijo poco antes de recibir un homenaje a su trayectoria en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México.
“Las mujeres trabajan ese tema que antes era tratado sobre todo por hombres, y creo que hay una diferencia muy importante cuando una mujer, que somos las que damos a luz, trata ese tema”, agregó la autora, quien es madre de dos hijas, Alina y Renata, así como abuela.
Glantz estuvo acompañada en su homenaje por autoras como Jazmina Barrera, Julieta García González, Karen Villeda y Julia Santibáñez, así como por el escritor Philippe Ollé-Laprune, quienes reconocieron la inspiración que ha representado en múltiples generaciones.
En la ceremonia, también se realizó una lectura dramatizada de un fragmento de su novela de 2002 El rastro a cargo de la actriz Alejandra Maldonado. Glantz señaló en broma: “Oírme me da un poco de náusea, pero también es interesante que de repente oigo algo de lo que yo escribí y me parece que es imposible que lo haya escrito” y “como dijo muy bien Julieta (García González), cosa que lo odio, tengo 94″.

Glantz nació en la Ciudad de México, el 28 de enero de 1930. Es narradora, ensayista, traductora y cronista. Entre sus obras, destacan Las genealogías, Síndrome de naufragios, Coronada de moscas, Yo también me acuerdo y Las mil y una calorías, novela dietética.
Es profesora emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México, integrante de la Academia Mexicana de la Lengua y ha sido profesora visitante en las universidades de París, Yale, Cambridge, Princeton, Berkeley, Harvard, Stanford, Barcelona, Londres, Buenos Aires, Santiago, entre otras. También becaria de la Fundación Rockefeller y de la Fundación Guggenheim.
Ha sido galardonada con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Medalla de Oro Bellas Artes y el Premio Nacional de Artes y Ciencias de México.
Su familia es judía de origen ucraniano, sus padres emigraron a mediados de la década de 1920 a México. Su padre era el poeta Jacobo Glantz, su madre, Elizabeth Shapiro. Jacobo fue profesor de marxismo en Europa y en México, fue parte del círculo artístico, como amigo de Diego Rivera, para quien incluso colaboró como modelo y con quien publicó un libro ilustrado de poesía en yiddish.
Glantz fue directora del Instituto Cultural Mexicano-Israelí (1966-1970) y suele publicar fotografías de víctimas del Holocausto en su cuenta de Twitter. La guerra en Ucrania y Gaza son conflictos que tiene muy presentes.
“Creo que el tema actual, la guerra, todo eso, plantea problemas muy graves y revive la misoginia y el antisemitismo, me preocupa mucho”, dijo. “Estoy con Israel, estoy con Gaza también, pero me parece que hay un antisemitismo muy evidente; es más fácil ser misógino y antisemita que otra cosa, es más fácil caer en esos estereotipos. Hubo muchos millones de judíos que perecieron solo por serlo, y de alguna manera no puedo olvidarlo”.

Glantz se ve radiante y, pese a su edad, puede caminar con poca ayuda, pero sobre todo destaca su buen humor. “Estoy tratando de escribir mis memorias, pero llevo año y medio que llevo seis páginas, espero no morirme y escribirlas”, dijo a AP.
“No escribí lo que escribí porque quería estar en contra de otros escritores, sino porque que era lo que podía escribir”, dijo. “Cuando me di cuenta de que no me importaba y vale madres que otros escriban de otra manera, decidí que yo publicaba. Nadie quiso publicarme, lo cuento siempre, ya lo conté como 815 veces, pero lo publiqué a cuenta de autor, porque nadie quería publicar mis engendros”.
Fuente: AP.
Foto: AP (Berenice Bautista) y EFE (Francisco Guasco).
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