Descubrieron un call center criminal en la cárcel Bellavista de Medellín: así fue el operativo

Reclusos coordinaban llamadas intimidatorias para obtener recursos aprovechando la vulnerabilidad de la población en diciembre, según las autoridades

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Los internos de Bellavista utilizaban
Los internos de Bellavista utilizaban teléfonos celulares y módems de internet para realizar extorsiones telefónicas durante la temporada decembrina - crédito Policía Valle de Aburrá

Tras varias semanas de investigación, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá incautó una significativa cantidad de equipos y droga en un operativo dentro de la cárcel Bellavista en Medellín, donde se desarticuló un call center criminal que operaba desde el área de reclusión.

La investigación permitió a las autoridades identificar el modus operandi de los reclusos, quienes, desde el patio dos —donde cumplen condena más de setecientas personas—, realizaban llamadas intimidatorias a sus víctimas con el objetivo de exigirles dinero.

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Según la Policía, la estructura delictiva funcionaba de manera permanente y se encontraba preparada para aprovechar las festividades de fin de año, momento en el que la circulación de primas y otros pagos extraordinarios incrementa la vulnerabilidad de la población ante este tipo de delitos.

Durante la intervención, los agentes incautaron cincuenta teléfonos celulares, veinte cargadores, dos módems de internet, más de cien gramos de estupefacientes y veinte armas cortopunzantes, elementos que facilitaban la operación ilegal dentro del establecimiento penitenciario. Estos hallazgos evidencian la logística y los recursos con los que contaba la red para mantener su actividad delictiva.

Más de setecientos reclusos compartían
Más de setecientos reclusos compartían el patio dos, desde donde se coordinaban llamadas intimidatorias para exigir dinero a las víctimas - crédito Policía Valle de Aburrá

Las pesquisas permitieron a las unidades de policía judicial constatar la existencia de un esquema delictivo permanente, en el que los reclusos aprovechaban la infraestructura tecnológica clandestina para realizar llamadas amenazantes y exigir pagos a las víctimas, simulando ser autoridades o recurriendo a intimidaciones telefónicas.

El propósito era apropiarse de sumas de dinero, especialmente en momentos como diciembre, mes en que muchas personas reciben primas y otros ingresos adicionales.

El brigadier general William Castaño, comandante de la Policía en el Valle de Aburrá, brindó detalles sobre la operación: “La acción, inició producto de un proceso investigativo orientado a contrarrestar modalidades de extorsión telefónica y digital, permitió intervenir estructuras delictivas que operaban desde el interior del establecimiento a través de un sistema clandestino tipo ‘call center criminal’. Estas redes se dedicaban a suplantar autoridades, amenazar y realizar exigencias económicas a sus víctimas mediante llamadas”, explicó.

En el patio dos de la penitenciaría, de acuerdo con el reporte de las autoridades, permanecen actualmente privados de la libertad poco más de 700 personas, lo que daba a la estructura un alcance potencial significativo para organizar y camuflar su operación ilícita.

El operativo en el patio
El operativo en el patio dos de Bellavista revela la sofisticación de las redes criminales que operan desde centros penitenciarios - crédito Alcaldía de Medellín

La intervención, enmarcada en una estrategia diseñada para fin de año, apunta a debilitar la capacidad de acción de las organizaciones criminales que insisten en delinquir desde el interior de los centros carcelarios.

La propia Policía reafirmó su postura en torno a estas acciones: “Estos operativos hacen parte de la estrategia de fin de año para golpear a las organizaciones criminales que continúan delinquiendo desde los centros carcelarios”, insistiendo en el objetivo de proteger a la ciudadanía y combatir las fuentes de ingresos ilegales debidamente identificadas en la región.

Dragoneante se salvó de ser asesinado cuando salía de la cárcel Bellavista, en Medellín

El intento de asesinato contra un dragoneante del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en Antioquia ha generado preocupación por la seguridad de los funcionarios penitenciarios en la región.

El ataque armado ocurrió cuando el funcionario, identificado por su apellido Benítez, se dirigía a su domicilio tras concluir su jornada laboral en un centro penitenciario de mediana seguridad, según informó Noticias RCN.

- crédito Imagen Ilustrativa Infobae/Inpec
- crédito Imagen Ilustrativa Infobae/Inpec

La agresión se produjo en la vía que une Buga con Medellín, donde Benítez se desplazaba en motocicleta. De acuerdo con la reconstrucción de los hechos realizada por Felipe Quimbayo, vicepresidente del sindicato del Inpec, en diálogo con Noticias RCN, el funcionario fue interceptado por sicarios que lo seguían en otra motocicleta.

Quimbayo relató: “Aproximadamente a 100 metros del ingreso de la cárcel, ve como un motorizado, el pato (o el parrillero), saca un arma de fuego y lo que hace es hacer dos impactos”, aseguró al medio.

A pesar de la gravedad del ataque, Benítez salió ileso, un desenlace que ha sido calificado como afortunado por la modalidad empleada por los agresores.

Quimbayo detalló que el dragoneante, al advertir el peligro, logró evadir a los atacantes entre los vehículos: “Él se da cuenta de la situación y lo que hace es huir o escabullirse dentro de las motos y los carros. Continúa la persecución, hace dos tiros más este sujeto y pues ahí sí ya los pierde de vista”, explicó el vicepresidente sindical a Noticias RCN.