Los colombianos aprenden a jugar con el crédito: así se consolida una nueva cultura financiera en el país sin ‘colgarse’

Los ciudadanos están dejando atrás el endeudamiento impulsivo y aprendiendo a usar el crédito como herramienta de planeación, inclusión y estabilidad financiera

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El crédito de consumo en
El crédito de consumo en Colombia se consolida como herramienta de planeación financiera y no solo de emergencia - crédito Freepik

En un país donde cada peso cuenta, el crédito de consumo se está transformando en una herramienta de planeación más que de urgencia. Atrás parecen quedar los tiempos del endeudamiento impulsivo, los colombianos están tomando decisiones financieras más cuidadosas, buscando mantener liquidez y estabilidad en medio de un panorama económico que empieza a respirar con optimismo.

El último informe del FGA Fondo de Garantías, basados en cifras propias y de TransUnion, confirman esa tendencia. Durante el primer semestre de 2025, el 70% de los créditos solicitados fueron por montos inferiores a un millón de pesos, y la misma proporción se concentró en plazos menores a seis meses. Una señal clara de que el crédito ya no se ve como un riesgo, sino como una estrategia.

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El 70% de los créditos
El 70% de los créditos solicitados en 2025 fueron por montos inferiores a un millón de pesos y plazos menores a seis meses - crédito Colprensa

“Estamos viendo un consumidor más consciente y estratégico, con prudencia al tomar créditos pequeños y a corto plazo para mantener liquidez y planear mejor su presupuesto. Este comportamiento refleja una evolución hacia decisiones más responsables y sostenibles y aunque falta camino por recorrer, confirma la creciente confianza de los hogares en el sistema crediticio formal”, explicó David Bocanument, presidente de FGA Fondo de Garantías.

El repunte del crédito de consumo llega en un momento de tasas más bajas, inflación controlada y señales de recuperación económica, un entorno que ha devuelto confianza a los hogares y dinamizado el sistema financiero. Pero más allá de las cifras, hay un cambio cultural, los colombianos están aprendiendo a usar el crédito como un aliado para crecer, no solo para sobrevivir.

Mujeres y jóvenes, protagonistas del nuevo ciclo financiero

El análisis reveló que son las mujeres quienes están liderando esta transformación. Con un 58% de participación en la actividad crediticia, ellas se posicionan como las principales impulsoras de la inclusión financiera. También destacan los adultos de 26 a 40 años, que representan el 40% de los usuarios activos, seguidos por los grupos de 41 a 50 años y de 51 a 70 años, ambos con un 20%.

Aunque los menores de 25 años aún representan un segmento con potencial de crecimiento, FGA Fondo de Garantías logró aumentar su participación al 17% en operaciones respaldadas a jóvenes durante el primer semestre, un avance que refleja el interés por incluir nuevas generaciones en la vida crediticia formal.

Las mujeres lideran la inclusión
Las mujeres lideran la inclusión financiera en Colombia, con un 58% de participación en la actividad crediticia formal - crédito Freepik

Estratos medios: el motor del consumo responsable

El comportamiento del crédito también reveló profundas diferencias entre los niveles socioeconómicos. Los estratos 2 y 3 concentran cerca del 68% de los desembolsos, lo que demuestra que el crédito de consumo sigue siendo una herramienta esencial para los hogares de ingresos medios y bajos. En contraste, los estratos altos (5 y 6) representan menos del 8%, un dato que refuerza el papel del crédito como sostén del consumo popular y dinamizador de la economía cotidiana.

Crédito que incluye, no excluye

“El crédito de consumo sigue siendo una herramienta clave para generar oportunidades que mejoren la calidad de vida de los colombianos. Queremos que más hogares, microempresarios y emprendedores tengan acceso a productos financieros formales y seguros, que no solo cubran sus necesidades inmediatas, sino que también les permitan planificar y crecer”, agregó Bocanument.

El crédito de consumo impulsa
El crédito de consumo impulsa la economía de los estratos 2 y 3, que concentran el 68% de los desembolsos - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

Este comportamiento refleja un cambio profundo, el crédito está dejando de ser un salvavidas de emergencia para convertirse en un vehículo de inclusión, planeación y progreso. En la medida en que los hogares colombianos ganan confianza y educación financiera, el sistema crediticio también evoluciona hacia una economía más estable y participativa.

Con una ciudadanía más informada, entidades más comprometidas y un entorno económico que empieza a dar señales de alivio, el crédito de consumo se consolida como un pilar del desarrollo. Y en esa transformación, los colombianos están demostrando que la prudencia también puede ser una forma poderosa de avanzar.